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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Martin Alonso

Los científicos siempre están a la busca de indicadores. Los geólogos han tratado de trabajar hacia atrás, desde grandes eventos como los terremotos para encontrar fenómenos sin relación que puedan usarse para predecir eventos similares en el futuro. Un doctor, al notar que un síntoma no cuadra con el cuadro médico de un paciente, en lugar de descartarlo como irrelevante, lo puede tomar como señal que otro sistema del cuerpo pueda estar afectado, u otro problema podría estar al alza. Los economistas tienen un amor particular por esto porque las economías son complejas y multifactoriales, de tal forma que uno debe desarrollar un nivel de atención parecido al de un loco por las conspiraciones, para poder así entender la más mínima interacción. Hay un podcast frecuente, breve y ocasionalmente espurio de NPR dedicado a decirle a las personas sobre potenciales indicadores económicos, que tiene un título de poca imaginación (pero sabio): “El Indicador.”

A los sabermétricos también les gustan los indicadores, pero su necesidad es muy reducida en un contexto como el béisbol. A pesar de lo que complejo que el juego pueda parecer para aquellos que lo conocen y aman, es un sistema relativamente simple, estable, cerrado, y la mayoría de cosas que realmente necesitamos saber pueden ser observadas directamente y documentadas claramente. Como todo trabajo de los analistas de béisbol, entonces, revisar indicadores es un ejercicio sin riesgo alguno, hecho la mayoría de veces por diversión. Con esa advertencia establecida, hablemos de algo que podría ser un indicador valioso e interesante: un reemplazo para la herramienta de bateo.

Obviamente, esto va a ser extremadamente imperfecto. Ninguna estadística recopila la larga lista de cosas que un bateador necesita hacer bien para ser una amenaza ofensiva mejor que el promedio. La cobertura del plato importa, la estrategia importa, el plano del swing importa, y la habilidad de usar todo el campo importa. Sin embargo, antes que todo eso, hay una forma de revisar la afinidad de un jugador para batear que parece clasificarlos muy bien: la consistente maña para no fallar ni despilfarrar errores.

La temporada pasada, 153 bateadores hicieron swing a 100 o más lanzamientos que se encontraron al medio del plato. Usando la cuadrícula tres-por-tres de la zona de strike, estos son lanzamientos al medio de manera vertical y horizontal. La liga en total bateó .344 y sluggeó .638 contra estos lanzamientos, la temporada pasada. Son oportunidades, y errarle a una es vergonzoso. Hacerlo consistentemente es usualmente una señal de que un bateador no es bueno cuadrando la pelota, de ponerle el barril del bate a la pelota. Con eso en mente, aquí están los mejores y peores jugadores en el béisbol la temporada pasada en convertir swings a lanzamientos al medio en bolas en juego.

Primero, los mejores, con los porcentajes de swing más bajos resultando en una bola foul o un abanico:

Jugador Fouls y Abanicajes/Swings
Mookie Betts 31.0%
Brett Gardner 32.7%
Yulieski Gurriel 33.0%
Jorge Polanco 34.0%
Jose Ramirez 35.6%
Albert Pujols 36.7%
Daniel Murphy 37.8%

Y ahora los peores, con el porcentaje de swings más alto resultando en una bola foul o un abanico:

Jugador Fouls y Abanicajes/Swings
Keon Broxton 68.9%
Mike Zunino 66.7%
Corey Dickerson 64.7%
Trevor Story 64.6%
Justin Upton 62.5%
Joey Gallo 62.1%
Freddie Freeman 61.5%

Ian Kinsler y David Peralta evitaron un lado de esta lista; Mark Reynolds y Kyle Schwarber just evitaron la otra. Probablemente puedas adivinar quién pertenece a qué lado.

La primera sorpresa aquí fue la distancia entre la parte alta y baja de la lista. Un gran número de jugadores están bateando foul o abanicando a más de 60 por ciento de sus swings a lanzamientos al medio; un número casi igual está haciendo lo mismo menos de 40 por ciento de las veces.

Es importante entender que no dice esto. Por ejemplo, Corey Dickerson tiene una de las mejores coberturas al plato (y coberturas de áreas más allá del plato, francamente) en la MLB, y puede enviar lanzamientos a cualquier parte del campo, asi que no es terriblemente importante que haya mejorado este número. Freddie Freeman, Trevor Story, y Schwarber jugaron parte o casi toda la temporada con una lesión seria, así que esto quizás se refiera más a problemas con su ritmo o habilidad para hacer un swing normal en lugar de su verdadero talento. Con otros chicos, sin embargo, es fácil ver cómo esto es una parte mucho mayor sobre sus habilidades ofensivas. Mike Zunino, Joey Gallo, y especialmente Keon Broxton han sido jugadores menores de lo que sus herramientas puras dicen serlo, parcialmente por esta falla.

Es igual de verdadero al otro lado del espectro. El hecho que estos chicos consistentemente cuadran la pelota lo suficiente para ponerla en juego no nos dice si lo batean al suelo o al aire. (Generalmente hablando, una pelota a la Altura de la correa golpeada al suelo tiene un resultado menos óptimo.) No nos dicen si tienden a batearlo fuertemente o no, o a qué área del campo la suelen batear. Podemos obtener todos esos números, también, pero la idea aquí es mantener las cosas simples, y al mantenerlas simples, perdemos un poco del detalle y precisión de la medida. Aun así, observe estos nombres. Son casi perfectos. Claro, un ranking ideal de jugadores por herramienta de bateo tendrá a Jose Altuve, Mike Trout, y Corey Seager cerca de la cima, pero esta expresión con propósito pero no ideal aun pone a Mookie Betts al tope de la lista.

Betts es subestimado de esta manera; su afinidad por el barril es divino. Brett Gardner es un nombre igualmente divertido, un jugador que frecuentemente lucha contra lanzamientos difíciles (especialmente en cuentas profundas) pero que lo hace sin perder el ritmo cuando un lanzador se manda. El resto de los nombres son, en su mayoría, igualmente predecibles. Incluso Albert Pujols, cuya pérdida de fuerza y velocidad y salud lo han vuelto un pésimo jugador en todo aspecto, mantiene su afinidad por hacer contacto de calidad y lanzarse a su lanzamiento, en una forma que uno puede verlo tan fácilmente en el campo como en esta tabla.

Así que, hablemos de Jorge Polanco. De todos los nombres en la lista superior, el único que fue casi sorprendente al igual que Polanco fue Freeman. A pesar de su sobre desempeño el agosto pasado, el consenso sobre Polanco ha sido que no es más que un jugador regular de segunda división, posiblemente en segunda o tercera base. No se le considera un buen defensor para mantenerse en el campo corto por mucho tiempo, y según FRAA, nuestra afirmación sobre el trabajo que ha hecho ahí para los Twins valida nuestra proyección. Sin embargo, Polanco apareció en cuatro listas de las 10 mejores promesas de los Twins en BP durante su ascenso a las mayores, y en cada una, su herramienta de bateo se ha mantenido en 55 o 60. Los scouts siempre han creído que Polanco batearía; simplemente no han sabido batearía por fuerza o caminaría lo suficiente para que su herramienta de bateo resalte en otro lugar defensivo.

En luz de esto, el extraordinario fin de Polanco a la temporada 2017 debería leerse como mucho más alentador de lo que aparenta en la superficie. Nada de lo que hizo en los dos últimos meses de la temporada debería atribuírsele a la suerte: el ambidextro bateador de 23 años caminó 19 veces y abanicó 32 veces en 234 apariciones al plato. Además, tuvo 27 hits de extra base en ese periodo. Con esta información adicional, sin embargo, podríamos decir que no solo está desarrollando sus habilidades secundarias, pero manteniendo una afinidad pura por la calidad de contacto que era mejor de lo que sabíamos todo este tiempo. Si es así, Polanco podría superar su previa proyección máxima.

Para un equipo de los Twins que podría necesitar una respuesta a largo plazo en segunda y tercera base para la próxima temporada (la agencia libre de Brian Dozier se acerca, y los problemas dentro y fuera del campo de Miguel Sano todavía no tienen solución), ese sería un bienvenido desarrollo. Le daría espacio a Royce Lewis o Nick Gordon como su futuro campo corto, y podría darle mayor profundidad a la alineación que resaltó la temporada pasada. Suceda o no todo lo mencionado, sin embargo, podría depender de preguntar que tanto uno cree que aprovechar lanzamientos errados es un indicador de la herramienta de bateo.

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