keyboard_arrow_uptop
Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Si buscas la antítesis del inicialista más querido por los dueños de equipos fantásticos, Kyle Hendricks puede ser el indicado. Considera el K/9 de 7.73 durante su carrera, o su porcentaje de ponches de 21.4, ambos datos promedios en el juego moderno. Además está la velocidad de su bola rápida, la cual empezó en un promedio de 90 millas por hora y ha disminuido al pasar de los años, acabando debajo de las 87 millas por hora en 2017.

Al mismo tiempo que Hendricks pareciera prosaico en muchos aspectos, es excepcional en otros. Existen cinco lanzadores en activo con al menos 50 partidos como abridor y un ERA por debajo de 3.00: Clayton Kershaw, Chris Sale, Jacob deGrom, Noah Syndergaard, y Hendricks. De este grupo activo con al menos 50 inicios, sólo Kershaw, Sale, Corey Kluber, Stephen Strasburg, Madison Bumgarner y Masahiro Tanaka tienen un WHIP inferior. Ambos datos deben ser muy apreciados por los dueños de equipos de fantasía.

¿Cómo es que Hendricks se mantiene junto a nombras tan relevantes, y podríamos esperar que siga así?

Como se detalló ya en estas páginas hace más de un año, Hendricks es un lanzador de túneles de elite. Mantiene sus lanzamientos en rutas de vuelo similares al salir de su mano de manera consistente y no existe una separación importante entre ellas en cuanto a velocidad. Hendricks es un lanzador de bolas rápidas y cambios de velocidad primordialmente. Al mismo tiempo, esta es una caracterización poco acertada, porque Hendricks usa una bola rápida de cuatro costuras y un sinker, pero también tiene dos cambios de velocidad.

Todo esto hace que los bateadores tengan problemas para distinguir sus lanzamientos, lo cual explica su .275 BABIP durante su carrera. Hendricks no puede dominar a los bateadores con alta velocidad, pero la naturaleza similar, pero diferente, de su arsenal hace que los bateadores no puedan cuadrar sus lanzamientos aun cuando logran hacer contacto, lo cual no ocurre frecuentemente contra sus cambios de velocidad, particularmente.

Esto también ayuda con las rolas: Hendricks cuenta con un ratio de 52 por ciento y este nunca ha sido inferior al 50 por ciento. Aunque su tasa de cuadrangulares subió al máximo de su carrera en el 2017, a 1.1 cada nueve innings, este número es bastante inferior al rápidamente creciente promedio de la liga, el cual llegó a 1.27, y 1.34 si sólo contamos a los lanzadores inicialistas. Este es otro aspecto en el cual Hendricks es constantemente superior a la gran mayoría de sus colegas.

Todo esto se combina para demostrar que Hendricks siempre ha sido un buen lanzador inicialista, desde sus inicios en las ligas menores, a pesar de varios reportes de exploración decepcionantes y números periféricos sin brillo. La culminación del trabajo de Hendricks fue el ERA de 2.13 en 190 entradas en 2016, ayudando a los Cubs a conseguir 103 triunfos en temporada regular y finalmente el cetro de la Serie Mundial.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas en 2017. Su control se perdió al principio de la campaña, permitiendo 12 bases por bolas en cinco aperturas en abril. Después de sus dos peores aperturas de la temporada, Hendricks se fue a la lista de lesionados a principios de junio, con un misterioso problema en un dedo que lo mantuvo fuera de acción durante seis semanas.

Hendricks aceptó que su dedo medio le dolía al lanzar su curva y su sinker. Al regresar de la lista de lesionados, 2017 mejoró considerablemente. Incrementó su tasa de ponches por 2.5 puntos porcentuales en la segunda mitad de la temporada y disminuyó su tasa de bases por bola casi por igual. Zack Moser, de BP Wrigleyville, detalló las principales razones de la mejoría al finalizar la temporada: Hendricks mezcló sus lanzamientos con mayor efectividad, utilizando su curva y su cambio de velocidad más a menudo, y gradualmente subió su velocidad con la ayuda de un nuevo ángulo de su brazo.

Trabajar en los 80s altos en lugar de los 80s medios no parecería una gran diferencia, pero con un arsenal que se basa en quebrantar el ritmo de los bateadores, así como uno de los lanzamientos de velocidad más lentos de la liga, al recuperar su velocidad Hendricks mejoró notablemente. Su control regresó a los niveles de elite. De acuerdo a las nuevas medidas de control de BP, Hendricks terminó la temporada con la segunda mejor marca de la liga (con al menos 100 entradas) y en vigésimo lugar en Strikes Cantados Superior al Promedio (CSAA por sus siglas en inglés).

La mejoría se notó en sus datos de bolas en juego. El lanzador de 28 años disminuyó su tasa de contacto fuerte en más de 10 puntos porcentuales al regresar de la lista de lesionados. De acuerdo a Baseball Savant, el xwOBA de Hendricks fue de .322 antes de su visita a la lista de lesionados y .281 después. Esa es la diferencia entre Ty Blach y Carlos Martínez.

En adelante, debemos esperar que Hendricks siga siendo un lanzador inicialista confiable para el dueño de equipos de fantasía. Sin el alto potencial de ponchar a más de un bateador por inning, es difícil que alcance los niveles más altos de lanzadores inicialistas como lo consiguió en 2016. Sin embargo, ERA y WHIP de calidad y una buena cantidad de triunfos son expectativas razonables para un lanzador inicialista de los Cubs. La primera mitad de 2017 demostró lo que puede pasar cuando el control de Hendricks no es el mejor. Pero durante toda su carrera, ha demostrado lo efectivo que es cuando lo tiene.

Thank you for reading

This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.

Subscribe now
You need to be logged in to comment. Login or Subscribe