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Image credit: Matt Marton - USA TODAY Sports

Traducido por Pepe Latorre

La semana pasada escribí un artículo sobre lanzadores que con carreras de al menos 1.000 entradas lanzadas permitieron un OPS ajustado al parque peor que el promedio de la MLB. Es fácil imaginar como algo así podría suceder en una o dos temporadas, ¿pero en una carrera con 1.000 entradas? Sólo hay 1.045 lanzadores que desde 1915 hayan lanzado esa cantidad de entradas. Pero algunos de ellos (un 31%, para ser exactos) hicieron mejores a los bateadores contrarios durante la totalidad de su carrera.

Es decepcionante, pero no algo vergonzoso. Clayton Richard y Jordan Lyles estaban empatados en el segundo lugar de la lista, y participaron en 275 y 352 juegos de la MLB, respectivamente, ganando $19.0 millones y $43.7 millones, también respectivamente (y la carrera de Lyles no ha terminado). No tienen que agachar la cabeza.

¿Pero sabes qué si es vergonzoso? Cuando eres peor que alguien que ni siquiera es un lanzador.

Como ya he escrito en otras ocasiones ha habido una explosión en la aparición de jugadores de posición capaces de lanzar. De 2002 a 2006 (¡esto no fue hace mucho!) hubo seis jugadores de posición que lanzaron. El año pasado igualamos ese total el 6 de abril, el octavo día de la temporada. La mayoría han sido bastante malos. Si te pagan por lanzar y eres peor que un jugador de posición, sí, eso es vergonzoso.

Voy a buscar lanzadores que permitieron un OPS en una temporada peor que el permitido por los jugadores de posición en total. Pero primero algunas reglas básicas. En 2008, por ejemplo, cada uno de los 88 clasificados por ERA tuvo un OPS peor que el de los jugadores de posición que lanzaron. Eso se debe a que sólo tres lo hicieron: Aaron Miles (lanzó una novena entrada y logró un 1-2-3), Jamie Burke (enfrentó a cuatro bateadores, permitiendo un doble, un lanzamiento descontrolado y un elevado de sacrificio) y Tony Peña (otro 1-2 -3 en una novena entrada). Los jugadores de posición permitieron así una línea de bateo de .111/.100/.222. En 2003 Wiki González lanzó una entrada, sin permitir hits y concediendo una base por bolas. No se puede superar una línea de .000/.250/.000.

Es por eso por lo que he establecido un mínimo de 25 bateadores enfrentados por los jugadores de posición. Eso eliminó de un plumazo, en la era de los 30 equipos, seis temporadas: 1998, 2002, 2003, 2005, 2006 y 2008. Nos quedan 20. En 2004 y 2007, los jugadores de posición permitieron un OPS más bajo que los lanzadores reales: .717 en 43 apariciones en 2004 contra un .763 para la liga, y .602 en 29 apariciones al plato en 2007 contra un .758. Son las rarezas que ocurren cuando manejamos muestras pequeñas. Nos quedan, pues, 18 temporadas.

De las 18 temporadas restantes en las que los jugadores de posición enfrentaron al menos a 25 bateadores y permitieron un OPS superior al promedio de la liga, no hubo 10 temporadas en que a los lanzadores con al menos 25 entradas lanzadas (ese es mi límite arbitrario para los lanzadores reales) le fuera peor que a los jugadores de posición. Eso incluye cada una de las últimas cuatro temporadas: OPS de 1.128 para jugadores de posición en 161 apariciones al plato en 2020, 1.043 en 390 apariciones en 2021, 1.118 en 671 apariciones en 2022 y 1.150 en 613 apariciones en 2023.

Eso nos deja con ocho temporadas en las que a los lanzadores les fue peor que a los jugadores de posición. Aquí están.

2001: OPS de .994 en 31 apariciones al plato. Brian Reith (1.048 de OPS en 40 ⅓ entradas), Nate Cornejo (1.035 en 42 ⅔), Chris Peters (1.021 en 31), Brian Rose (1.005 en 29), Tim Drew (.999 en 35), y Adam Johnson (.999 en 25) fueron peores. Ninguno de ellos tuvo una efectividad inferior a 7. Cornejo, que abrió 10 juegos, se las apañó para conseguir un récord de 4-4.

2010: OPS de .793 en 43 apariciones al plato. Este fue un año bastante bueno para los jugadores de posición. El OPS promedio de la MLB fue de .728 y por tanto hubo muchos lanzadores a los que les fue peor: 115 con al menos 25 entradas lanzadas, 68 con al menos 50, 30 con al menos 100. James Shields lanzó 203 ⅓ entradas y permitió un OPS de .828, peor que el de los jugadores de posición. Alfredo Simón salvó 17 juegos con un OPS de .825. Carlos Carrasco, en su temporada de novato, inició siete juegos, lanzando 44 ⅔ entradas, con efectividad de 3.83 a pesar de un OPS de .816. Nueve jugadores de posición lanzaron ese año (incluidas dos apariciones de Aaron Miles), lanzando 10 entradas y permitiendo 10 hits, cuatro bases por bolas y un hit. Sólo tres permitieron carreras, incluida una del receptor de los Astros, Kevin Cash.

2011: OPS de .741 en 33 apariciones al plato. El promedio de la MLB fue de .720, por lo que nuevamente hubo muchos lanzadores que tuvieron peores números que los ocho lanzadores que se combinaron para 7 ⅓ entradas. Hasta mediados de agosto, los jugadores de posición habían permitido un buenísimo OPS de .526. Es entonces cuando Skip Schumaker (dos ponches, pero también una base por bolas y un jonrón de dos carreras en una entrada) y Darnell McDonald (dos bases por bolas y un doble de dos carreras) arruinaron la diversión. Hubo 160 lanzadores con al menos 25 entradas lanzadas ese año que permitieron un OPS superior a .741, incluido el cerrador de los Rockies, Huston Street (.781), que salvó 29 juegos, y Max Scherzer (.781), que tuvo una marca de 15-9 con Detroit y ganó el segundo juego de la Serie Divisional contra los Yankees.

2012: OPS de 1.001 en 57 apariciones al plato. Zach Stewart (1.054 de OPS en 35 ⅔ entradas), Chien-Ming Wang (1.028 en 32 ⅓ entradas) y Francisco Cordero (1.020 en 39 ⅓ entradas) tuvieron peores temporadas que 12 jugadores de posición ese año. Dewayne Wise y Jeff Mathis lanzaron dos veces, y Chris Davis lanzó dos entradas en blanco contra Boston para conseguir una victoria en entradas extra. Stewart no tuvo una carrera larga, pero Wang fue subcampeón del premio Cy Young en 2006 y Cordero había salvado 194 juegos con una efectividad de 2.97 durante las cinco temporadas anteriores con dos apariciones en el Juego de las Estrellas.

2013: OPS de .758 en 49 apariciones al plato. La última temporada en las que los jugadores de posición estuvieron cerca del promedio de la MLB, que fue de .714. Hubo 142 lanzadores que lanzaron 25 entradas con un OPS permitido superior a .758, incluido un año sabático de CC Sabathia, cuyo OPS de .770 le llevó a una efectividad de 4.78. Los jugadores de posición habrían tenido mejores números, pero los Phillies utilizaron a dos, John McDonald y Casper Wells, en la entrada 18 de un juego de agosto contra Arizona, y se combinaron para permitir cinco hits, tres bases por bolas y cinco carreras limpias.

2014: OPS de .919 en 82 apariciones al plato. Un OPS de .919 no es bueno, pero Wandy Rodriguez (con un OPS de 1.059 en 26 ⅔ entradas), Joe Saunders (.999 en 43), el novato de los Tigers Robbie Ray (.993 en 28 ⅔) y Brad Penny (.936 en 26) se las arreglaron para hacerlo peor. Hubo 20 apariciones como lanzadores por parte de jugadores de posición, un récord. La más memorable fue la de Mike Carp de Boston. El 24 de abril, y contra los Yankees, lanzó una entrada y dio cinco bases por bolas, pero sólo permitió una carrera al lograr una doble matanza tras un rodado de Brian McCann. El receptor de los Cubs, John Baker, también lograría una doble matanza más adelante en la temporada contra los Rockies, lo que lo ayudó a obtener una victoria al lanzar la entrada 16 sin permitir carreras.

2016: OPS de .913 en 114 apariciones al plato. Ese OPS de .919 permitido en 2014 fue 219 puntos más alto que el promedio de la MLB. En 2016, con una pelota dopada, .913 fue solo 174 puntos más alto, por lo que hubo muchos más lanzadores que no pudieron duplicar la cifra de los jugadores de posición. Hubo 23 lanzadores con al menos 25 entradas lanzadas que fueron peores, incluido el actual gerente general de Texas Chris Young (un OPS de .942 en 88 ⅔ entradas) y el novato de los Twins José Berríos (.932 en 58 ⅓ entradas). Hubo 26 apariciones como lanzadores por parte de jugadores de posición, una menos que el récord establecido el año anterior. Los receptores Erik Kratz, Drew Butera, Chris Gimenez y Christian Bethancourt hicieron dos apariciones cada uno. Se combinaron para permitir seis carreras en siete entradas. Todos los demás jugadores de posición permitieron nueve carreras en 17 ⅔ entradas.

2019: OPS de 1.049 en 454 apariciones al plato. 2019 fue el año en el que los jugadores de posición se enfrentaban a bateadores rivales durante una temporada completa. En este caso, los bateadores batearon .328/.407/.641 con 32 jonrones, 47 bases por bolas y sólo 30 ponches contra 90 jugadores de posición. Sin embargo, seis lanzadores no pudieron igualar ese OPS. Zac Reininger permitió un OPS de 1.215 en 28 entradas, Dan Straily 1.157 en 47 ⅔, Ty Blach 1.125 en 27, Brock Stewart 1.121 en 25 ⅔, Edwin Jackson 1.102 en 67 ⅔ y Chance Adams 1.068 en 25 ⅓. Fue la última temporada en la MLB para Reoninger, Straily y Jackson, y Blach, debido a la pandemia y la cirugía Tommy John, no volvería a lanzar en las Mayores hasta 2022.

Ahora que tener a jugadores de posición lanzado es es algo muy habitual, es difícil imaginar que de repente se dé una temporada de OPS por debajo de .950. Puede haber algunos lanzadores atípicos y con baja carga de trabajo a quienes les irá peor que a los jugadores de posición en el futuro, aunque no hemos visto ninguno en las últimas cuatro temporadas. Lo cual, en definitiva, probablemente sea mejor para los lanzadores. Los reales, claro está.

Gracias a Scott Hvizdos, oyente de Effectively Wild, por hacer esta pregunta y gracias a Ben Lindbergh por pasarme la excelente pregunta de Scott.

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