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Image credit: Peter G. Aiken/USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gamez

Los ponches son el nombre del juego en la MLB de 2019, pero con los roletazos quizás hayas notado un ligero cambio en el juego de béisbol en los últimos años. La cifra de ponches está muy alta. La cifra de jonrones está alta. Todo lo demás está, bien, no. Hasta los juegos del miércoles, 28 abridores calificados (de 74) habían ponchado al menos a un bateador por entrada. Retroceda una década y lo hicieron 11 lanzadores abridores. Demonios, retrocedan media década y solo 14 lanzadores abridores lo hicieron. Es un juego diferente.

Ahora revisemos los jonrones. Este año, 16 lanzadores abridores han permitido al menos 1.5 jonrones por cada nueve entradas. En 2014, nadie permitió tantos jonrones. De hecho, de 2009 a 2015, hubo solo 14 temporadas calificadas en las que un lanzador permitió 1.5 jonrones por nueve entradas o más.

Cinco de los lanzadores con la alta tasa de jonrones en 2019 se encuentran entre los 29 con al menos un ponche por entrada. En el béisbol de grandes ligas de hoy, los ponches y los jonrones van de la mano.

Es el turno de los disidentes. Desde el comienzo de la segunda mitad de 2018 (y antes del fin de semana), solo cinco abridores han tenido más aperturas que Brad Keller de los Royals. En ese lapso, ha registrado una efectividad de 3.63, que ocupa un sólido puesto número 31 de 79 lanzadores con al menos 150 entradas desde esa pausa, y está empatado con Noah Syndergaard. Aquí están sus clasificaciones generales entre estos lanzadores:

Aperturas 6º (empatado)
Entradas
% de Roletazos
Jonrones / Rectas 12º
Ponches / 9 72º
% de Ponches 74º
% de Abanicar 77º

Eso es…bueno, eso es realmente un perfil. Toneladas de roletazos, básicamente sin ponches y muy pocos intentar batear y fallar. Entonces Keller es el anti-2019. ¿Pero es eso algo malo?. Los resultados están ahí, evidentemente. Toma la pelota cada cinco días, lo que tiene valor, y mantiene a los oponentes sin hacer mover el marcador en gran parte debido a que no permite jonrones. Claro que otorga demasiadas bases por bolas y te encantaría verlo lograr que intentaran batear y fallaran mas ante una bola rápida que puede cronometrarse en las altas 90 mph (145 kmh) y un slider que ha demostrado ser realmente incómodo, pero está encontrando el éxito en un lado cuando todos los demás están en el otro. ¿No es eso de lo que se trata?

Muchos se burlarán de la idea de un lanzador que usa un lanzamiento que busca ser bateado para encontrar el éxito en las grandes ligas en una era donde los ponches son los reyes. Pero tenga en cuenta que esta también es una era en la que los reajustes defensivos son aún más comunes que los ponches. Sigue siendo cierto que un ponche es (casi) siempre un out y una bola bateada tiene la posibilidad de hacer daño, pero para los equipos que utilizan el reajuste defensivo (o incluso solo una ubicación defensiva agresiva) sabiamente, un lanzador que provoca muchos roletazos no es realmente la peor cosa. Mirando a Keller en particular, lanza para el equipo correcto que son los Royals.

La temporada pasada, los oponentes batearon .270 en roletazos contra los Royals. En 2017, la cifra fue .264. Fue .265 en 2016. Hasta los juegos del domingo, los Royals  han permitido un promedio de .250 en roletazos durante 2019. Esa es una gran diferencia en el transcurso de una larga temporada. Obviamente, hay más que el reajuste defensivo, pero eso ciertamente ayuda, ya que son uno de los usuarios más destacados del reajuste defensivo en el béisbol (aunque ahora casi todos están reajustando).

¿Son los lanzadores como Brad Keller la nueva ineficiencia del mercado? Desde la pausa del año pasado, hay nueve lanzadores que han registrado una tasa de roletazos del 50 % o más con un mínimo de 150 entradas trabajadas. De esos nueve, seis de ellos han ponchado a menos del 20 % de todos los bateadores que han enfrentado. Estos son los tipos que realmente lo están haciendo de manera diferente. Y aquí está la parte loca. Cuatro de los seis tienen una efectividad por debajo de 4.00 en ese lapso y todos menos uno están mejorando tanto su FIP (Fildeo Independiente del Lanzador, por sus siglas en inglés) como su DRA (Carreras Merecidas Permitidas, por sus siglas en inglés). Y lo divertido es que aparentemente todos lo hacen de diferentes maneras.

Por ejemplo, Marcus Stroman lanza su sinker, o bola que se hunde,  y su slider, o bola que desliza, en un 70 % de las veces y los mezcla con su envío que se corta para cambiar el plano de giro del bateador. Wade Miley, por el contrario, casi nunca lanza un sinker. Él confía en su slider casi la mitad del tiempo y lo mezcla con un cambio de velocidad y con su envío de cuatro costuras. Jake Arrieta lanza el sinker más que cualquiera de los seis y recibe un montón de roletazos, pero también tiene la segunda peor ERA de los seis.

El punto es realmente demostrar que no hay necesariamente una única forma de retirar a los oponentes en el béisbol de 2019, incluso si parece que la única opción es lanzar y ponchar a todos. Hay espacio en el beisbol para que lanzadores como Miley y Stroman y Keller y  Miles Mikolas tengan éxito. Claro, si un pitcher puede obligar a los rivales a intentar conectar y fallar, aquí y allá, facilita el trabajo, pero los jonrones vienen por ti y si bien un bateador intenta conectar y falla en los dos primeros envíos, podría no fallar en el tercero y si batea esa bola puede salir por el aire,  y parece que cualquier bola que va por esa vía tiene la oportunidad de salir del estadio.

Esta temporada se encamina a tener la proporción más baja entre dobles y jonrones desde la huelga de 1994 y por una buena cantidad. Solo ha sido inferior a 1.5 dobles por cada jonrón en las últimas cuatro temporadas. Y eso significa que si bien, sí, el béisbol favorece los ponches, mantener la pelota rodando sobre el terreno y, principalmente, evitando que pase por encima de la cerca es una habilidad que tiene mucho valor.

Es por eso que tipos como Keller, Miley, Stroman y similares pueden tener éxito en un mundo donde lo poco común puede parecer insignificante. Esta temporada, más del 44 % de las carreras se han anotado a través del jonrón. Hace cinco años, el número era del 33,4% por si querías otro ejemplo de cuánto ha impactado el jonrón al juego.

Solo el 26 % de las carreras permitidas por Keller este año han llegado a través del jonrón. Para Stroman, la cifra es del 25 %. Incluso para Miley, que tiene un número de Guillen de más del 50 % este año, su capacidad para limitar los jonrones ha sido enorme porque sus números brillantes serían mucho menos brillantes si los permitiera como lo hizo en 2017 y 2018, dado que gran parte de lo que le hacen en contra es a través de largos batazos.

Puede que no sean todos los que lo planean, pero los lanzadores de roletazos en un mundo de ponches pueden ser exitosos y muchos lo son. No sería terriblemente sorprendente ver a más equipos buscar lanzadores como éstos en un esfuerzo por frenar la epidemia de jonrones y convertir una debilidad que todos parecen tener en una fuerza que probablemente se pueda construir a muy bajo costo en comparación con el pago por ponches.

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