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Image credit: Jeff Curry-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

St. Louis Cardinals (91-71) vs. Washington Nationals (93-69)

El equipo que nunca había ganado una serie de postemporada se quitó ese estigma—venciendo a los Dodgers, ni más ni menos, para quienes no llegar a la Serie Mundial parecía inconcebible. El siguiente escollo para los fortalecidos Nationals es… la antítesis del béisbol recientemente jugado en la capital de los EE.UU..

Hasta ahora, justa o injustamente, el modus operandi de los Nacionales ha sido caracterizado por emplear a estrellas llamativas y a los mejores jugadores, pero con una incapacidad total para avanzar en la postemporada, incluso si se les da la oportunidad de hacerlo. Los Cardinals, por otro lado, son la franquicia que durante mucho tiempo aparentemente despertaba y caía en la Serie de Campeonato.

El peso de la historia todavía flota sobre las franquicias, pero ambas iteraciones indican que los equipos están en transición. Por cada Ryan Zimmerman torturado, hay un Juan Soto libre y sin trabas. Por cada Yadier Molina canoso, hay un Jack Flaherty sin probar. Nuestros recuerdos hacen atajos, pero se desvían fácilmente.

¿Cómo llegaron hasta aquí?

Los Cardinals estaban en .500 en la pausa para el Juego de las Estrellas. Luego, animados por la histórica actuación de Flaherty, la mejora de Dakota Hudson, y supongo que, tal vez, un caso aún no reportado de trampas asistidas por una máquina del tiempo por parte de Adam Wainwright, destruyeron a sus oponentes durante la segunda mitad, permitiendo seis cuadrangulares menos que cualquier otro equipo en el béisbol y llegaron a la cima de una peleada División Central de la Liga Nacional. Eliminaron a los Braves en una tensa Serie Divisional—generalmente bien lanzada por todos menos por Carlos Martínez—la cual incluyó una perpleja cantidad de esfuerzo por parte de Flaherty y Wainwright y que terminó con la paliza en un inning en el quinto juego.

Los Nationals deben reclamar su derecho en este punto: desde algún momento de mayo (en el punto en el que consiguieron quitarle el bullpen el mote de “muerto” y le dieron el de “gravemente herido”), han sido el mejor equipo de la Liga Nacional. Esto era discutible, en el mejor de los casos, en la realidad. Todavía lo es para todos los estándares racionales, pero la postemporada crea significado en el resultado de series cortas, y por esa definición, vencieron a sus principales competidores, los Dodgers. Para ello, parcharon el bullpen con contribuciones de abridores como Max Scherzer y Patrick Corbin, y emplearon a Soto y Anthony Rendón. Cada uno de ellos obtuvo marcas de OPS por encima de 1.000 en la Serie Divisional, y aparte del tiempo en que Joe Kelly fue abandonado allí como un niño pequeño que perdió el autobús escolar, hicieron ese daño contra competencia de élite.

Una razón por la que cada uno ganará

Cardinals: Tommy Edman es el icono actual de la Magia Diabólica de los Cardinals, el fenómeno en el que un tipo del que nunca has oído hablar se pone el uniforme de St. Louis y mata a todas y cada una de las cosas que se interponen en su camino. Esto es una broma en algunos sentidos y totalmente arraigada en la realidad en otros. Específicamente, refleja la interminable habilidad de los Cardinals para convocar a su competitividad. Esto se nota particularmente en el frente defensivo. A pesar de algunos errores en la Serie Divisional, se clasificó como uno de los mejores de las Grandes Ligas, especialmente en lo que se refiere al tráfico en las bases—haciendo doble plays a un ritmo superior al de cualquier otro equipo y aplastando el juego en las bases con la experiencia y el brazo de Molina. También significa que carecerán eternamente de agujeros negros en todo el campo, como los Nationals, y de hecho tendrán buenos brazos como Giovanny Gallegos para lanzar y tal vez neutralizar las amenazas de alto poder.

Nationals: Su rotación inicial—con el mejor, quinto mejor, décimo quinto mejor, y quincuagésimo tercer mejor lanzador de la temporada por DRA—con un mínimo de 100 entradas—es un terror absoluto en el formato de postemporada. La postemporada de Stephen Strasburg está a la altura de su puesto por DRA hasta ahora—la métrica de lanzamiento de esta publicación te dirá que fue el mejor lanzador del béisbol de este año—y Scherzer sigue siendo extremadamente Scherzer.

Corbin tuvo problemas en una salida de relevo contra los Dodgers, pero lanzó bien fuera de eso. Está preparado para salir en el relevo en varias oportunidades, pero quizá no sea el rival correcto para tener ese rol, ya que los bateadores más peligrosos de los Cardinals son muy diestros.

Una razón por la que no ganarán

Cardinals: Edman es quizás su tercer mejor bateador en este momento. Paul Goldschmidt y Marcell Ozuna explotaron contra los Braves. Cada uno tuvo porcentajes de bateo de .429 y de embase de .478 con dos cuadrangulares. Esto fue más de lo mismo con Goldschmidt, que retomó su nivel en la segunda mitad, pero una señal especialmente alentadora de Ozuna. El bate de poder había estado dormido desde que regresó de una lesión en la mano. Así que ahí están los dos chinchetas. ¿Y luego qué? Bueno, Kolten Wong estuvo fuerte en la recta final, pero parecía un poco perdido en la Serie Divisional, y esto nos deja con Edman. El jugador utilitario enviado por el Diablo ha igualado su total de ponches (dos) con su total de bases por bola hasta ahora en la postemporada y generalmente pone la pelota en juego de manera efectiva debido a que, por supuesto, le vendió su alma al ya mencionado Diablo. Pero entre la inutilidad relacionada con el envejecimiento que muestran Matt Carpenter y Molina y la inconsistencia de Dexter Fowler y Paul DeJong, es poco probable que el estatus de héroe de culto de Edman resuene como algo positivo si su estatura dentro de esta alineación se mantiene.

Nationals: Esta rotación inicial presumiblemente no será capaz de soportar el 73% de las entradas de la Serie de Campeonato, como lo hizo en la serie más corta contra los Dodgers. Daniel Hudson y Sean Doolittle son los únicos relevistas reales de confianza en uso, con Tanner Rainey en tercera posición. Hudson, aunque ya ha hecho el trabajo, no ha sido precisamente bueno para pacientes cardiacos durante la postemporada. Doolittle se vio más fuerte, pero su muestra más grande de forma al final de la temporada fue más débil. La pregunta es qué pasa en, digamos, el Juego 3 o el Juego 5, si los abridores nominales no vienen al rescate y una situación clave llama. Quizá sea Fernando Rodney. Tal vez sea Wander Suero. Tal vez sea Rainey. Alguien que no sea de esos titulares probablemente tendrá que sacar a Goldschmidt u Ozuna en un gran momento. Las posibilidades de que se decida todo un partido de esta serie son probablemente más altas de lo que los aficionados de los Nationals quieren pensar.

Alineaciones proyectadas

Washington vs. LD St. Louis vs. LD
Trea Turner, SS Dexter Fowler, JC
Adam Eaton, JD
Kolten Wong, 2B
Anthony Rendon, 3B Paul Goldschmidt, 1B
Juan Soto, JI
Marcell Ozuna, JI
Howie Kendrick, 2B Yadier Molina, C
Ryan Zimmerman, 1B Matt Carpenter, 3B
Kurt Suzuki, C Tommy Edman, JD
Victor Robles, JC
Paul DeJong, SS
St. Louis vs. LZ
Dexter Fowler, JD
Tommy Edman, 3B
Paul Goldschmidt, 1B
Marcell Ozuna, JI
Yadier Molina, C
Kolten Wong, 2B
Paul DeJong, SS
Harrison Bader, JC

Cuerpos de lanzadores proyectados

Washington St. Louis
Aníbal Sánchez Miles Mikolas
Max Scherzer Adam Wainwright
Stephen Strasburg Jack Flaherty
Patrick Corbin Dakota Hudson

Estado de la oposición

Es un cuento de dos patrones divergentes con los dos toleteros principales de los Cardinals: Goldschmidt está de 2-25 contra Scherzer con una base por bolas y 14 chocolates. Ozuna, por otra parte, tiene marca de .917 OPS en 39 apariciones al plato contra Scherzer. Sus números son mucho mejores contra Strasburg: su línea en 46 apariciones es .318/.348/.591.

Lo que PECOTA predice

PECOTA y Las Vegas están de acuerdo en que, a pesar de su estatus como Comodín, los Nationals son favoritos. Específicamente, las proyecciones de nuestro sistema le dan 55% de probabilidades a los Nationals de duplicar su total de triunfos en series de postemporada.

Una observación adicional 

En esta publicación tenemos una estadística: el Número Guillén. Es un cálculo sencillo: ¿Qué proporción de carreras/equipo se anotan vía cuadrangular?

Como seguramente ya has oído de nuestro colega Rob Arthur, la pelota de la postemporada es probablemente muy diferente a la de la temporada regular—menos propensa a los jonrones. Eso hace que parezca un poco notable que los Nationals y los Cardinals tuvieran los Números Guillén más pequeños de cualquier equipo de playoff, lo que significa que eran los menos dependientes de los cuadrangulares (estaban a un punto porcentual uno del otro). Lo que podría haber sido una ventaja potencial si la pelota mantuviese su patrón durante al menos otra semana (no contengas la respiración) resulta ser un elemento en común.

Ambos equipos, especialmente en sus esfuerzos de finales de verano, han logrado poner tráfico en las bases y generar carreras sin tener que esperar siempre a que la pelota vuele la valla. Esto probablemente significa que todas las carreras serán anotadas en cuadrangulares, sí, pero que esto sea un poco de esperanza de que puedan obtener algo de ofensiva sin la bola adulterada.

Predicción

Hay un número limitado de maneras de ver estas plantillas y esta serie. Aquí hay un ángulo que ofrece intriga, aunque sea sólo por un momento: los Cardinals parecen estar obteniendo un buen emparejamiento en los primeros partidos con los lanzadores. Mikolas vs. Sánchez es, en el peor de los casos, un empate, y de hecho PECOTA favorece a los Cardinals. No pueden emparejar a Scherzer con Wainwright, pero tendrán a Flaherty (el mejor lanzador del mundo en los últimos meses) contra Strasburg (posiblemente el mejor lanzador de la temporada) en dos ocasiones, disminuyendo la ventaja que esto podría proporcionar. Hay un par más de volados, es decir, de lo que cabría esperar dada la relativa fuerza de las rotaciones.

Sin embargo, las condiciones a las que se enfrentarán esos lanzadores no coinciden exactamente. Los Nacionales son un súper-equipo con piel de oveja. Lo llevan porque Trevor Rosenthal perdió hasta los calzones durante una salvaje juerga en abril, y sí, el bullpen sigue siendo una debilidad, pero este es un equipo dominante tal y como está construido en la actualidad. Lo ha sido durante algún tiempo. Como han demostrado muchas versiones anteriores de los grandes equipos de los Nationals, puede salir mal de todos modos, pero la lógica apunta hacia las estrellas—Soto, Rendón, Scherzer y Strasburg están en la cima de sus habilidades—y una aparición en la Serie Mundial para el equipo que pareció un bonbón en abril.

Nationals en 5.

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