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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Marco Gamez

En 2005, los Red Sox acumularon 95 victorias y llegaron a la postemporada, perdiendo ante los White Sox en la Serie Divisional de la Liga Americana. Recibieron la mayor parte de su producción de jugadores adquiridos a través de la agencia libre, desde superestrellas como Manny Ramírez hasta jugadores que se desarrollaron dentro de la organización pero que llegaron de la agencia libre, como Jason Varitek. Sin embargo, equipos como los Red Sox de 2005 ya no existen. El gigantesco mercado, alimentado por agentes libres, se ha extinguido casi por completo.

La temporada de 2005 fue un momento decisivo para la formación de equipos en la MLB. Ese año, aproximadamente la mitad de todos los equipos, tenían rosters en los que más de un tercio de Victorias Sobre Jugador de Reemplazo (WARP, por sus siglas en inglés) provenía de jugadores adquiridos en la agencia libre. (Utilizando los datos de la herramienta Roster Analysis  de The Baseball Gauge.) Los Red Sox lideraron el camino un año después de su campeonato que rompió la maldición, contando con casi el 60% de su WARP proveniente de los agentes libres.

Y entonces todo cambió.

A partir de 2005, los equipos comenzaron a reducir su dependencia de agentes libres cada año. La temporada pasada, solo tres equipos alcanzaron el límite de un tercio: San Francisco, Texas y Detroit. Los tres no fueron contendientes.

La creencia popular en los círculos del béisbol es que los equipos basados ​​en WARP proveniente de agentes libres, incluso los equipos exitosos, no podrán mantener su éxito por mucho tiempo. (No busque más allá de los Red Sox de 2005). Pero no hay evidencia sistemática de eso en los registros, que se remontan a 1990.

Los equipos con más de un tercio de su WARP proveniente de agentes libres obtuvieron tan buenos resultados en los siguientes cinco años (porcentaje de victorias de .502) como los que tenían menos de un tercio de su WARP proveniente de agentes libres (.499). No hay una correlación apreciable entre donde un equipo obtiene sus victorias, puede que provengan de los jugadores universitarios seleccionados, del mercado de agentes libres o de los jugadores internacionales, y la tasa a la que se espera que el equipo gane en los siguientes cinco años. Una victoria es una victoria es una victoria, independientemente de dónde venga.

Sin embargo, los equipos se han ido alejando progresivamente de los agentes libres, un patrón que sentimos intensamente este invierno. Ese cambio en la estrategia comenzó mucho antes de este año; ha sido evidente desde que los equipos comenzaron a tratar de bloquear a sus jugadores jóvenes destacados antes de llegar a la agencia libre, como cuando los Rays ficharon a Evan Longoria con una extensión a largo plazo durante su temporada de novato. Los equipos han aprendido a extender los contratos de sus superestrellas, desde Mike Trout hasta Clayton Kershaw, antes de que puedan buscar contratos libremente.

Además, sabemos que los jugadores más jóvenes están obteniendo un WARP más alto que  en casi cualquier otro momento en la era moderna de la historia del béisbol. La mayoría de los jugadores pasan sus años de mayor juventud y productividad sujetos a salarios mínimos y contratos de arbitraje que favorecen al equipo, y cuando llegan a la agencia libre, ya han comenzado a disminuir su rendimiento. Como resultado, incluso sin la tendencia de extensiones favorables para el equipo, simplemente hay menos WARP de agentes libres disponible para comprar. La consecuencia a largo plazo de las extensiones y de la merma por el envejecimiento es que hay menos WARP disponible para llegar al mercado abierto. Como resultado, es de esperar que cada roster deba depender más del talento desarrollado por el propio equipo. Sorprendentemente, sin embargo, el WARP de cosecha propia para cada equipo se ha estabilizado, y tal vez incluso disminuyó ligeramente desde un mini-pico en 2010.

Entonces, si los equipos no están construyendo sus rosters con agentes libres, y no están compensando esa pérdida al reclutar y desarrollar jugadores, ¿De dónde viene WARP? Dos fuentes conforman la mayor parte del WARP que falta: los intercambios y el fichaje de agentes libres provenientes del sector aficionado (con un porcentaje mucho menor proveniente de lo obtenido cuando fichan a un jugador colocado a disposición por otro equipo).

Un vistazo a los historiales de transacciones de la mayoría de los equipos muestra que están intercambiando más jugadores que nunca. La adquisición de un jugador valioso solía estar limitada a los picos en la fecha límite del 31 de julio y durante el invierno, pero ahora se ha apoderado de casi toda la temporada de descanso y emergió como una forma legítima de construir un equipo. Las últimas dos temporadas han promediado alrededor de 130 intercambios, en comparación con solo 80 hace una década.

El año pasado, los jugadores intercambiados incluyeron a dos ganadores del Premio MVP, Giancarlo Stanton y Christian Yelich, cada uno de ellos produciendo más de siete WARP. En comparación, en 2007, el jugador más valioso intercambiado fue el relevista Heath Bell. Los intercambios no solo son más comunes, sino que también parecen ser más sustanciales. Acelerado quizás por transferencias de equipos en reconstrucción hacia equipos contendores, casi 100 WARP más provino de intercambios en toda la liga el año pasado comparado con hace una década.

Otros 50 WARP provienen de agentes libres del sector aficionado, la mayoría de los cuales son fichados a través del mercado internacional. Los equipos se han volcado cada vez más hacia otros países para satisfacer la nueva deficiencia del mercado, cosechando talento no solo de los países tradicionalmente proveedores de jugadores de béisbol, sino también de mercados emergentes como Corea del Sur y Cuba.

Las organizaciones en la vanguardia de esta tendencia son consideradas predominantemente las más avanzadas en MLB. De las 31 temporadas en las que el roster de un equipo ha tenido más de 10 WARP de talento proveniente de agente libre amateur, 17 han correspondido a los Yankees y los Dodgers. (Tres más son de los Astros y los Indians). Jugadores como Yasiel Puig, Masahiro Tanaka, Hyun-Jin Ryu, y Miguel Andújar, entre muchos otros, han demostrado ser capaces de ser piedras angulares para construir una franquicia en lugar de ser solo rellenos de un roster.

Estas fuentes de WARP difieren del dogma moderno sobre la formación de equipos. El análisis convencional se ha centrado en la selección de jugadores universitarios, y esa es obviamente la principal fuente de WARP de cualquier equipo. Pero es posible que a medida que los equipos hayan desarrollado su propio personal de análisis, la diferencia entre los equipos que seleccionan mejor y los de peor selección se ha reducido, y la liga en general se ha vuelto más equilibrada. Si todos los equipos se vuelven un poco mejores en la selección del jugador más talentoso disponible, entonces no importa lo inteligente que sea su análisis, porque simplemente no puede elegir antes de que lo haga otro equipo.

Del mismo modo, aunque siempre hay WARP que ganar en intercambios, todos los equipos también compiten en un campo de juego parejo. El derrumbe de los Marlins ofreció una oportunidad para que otros 29 equipos apostaran por sus jugadores, como Yelich y Stanton, pero fue obvio desde el principio que ambos jugadores eran excelentes y que valía la pena adquirirlos. A menos que se tenga algo de genio, como Dave Dombrowski, para engañar a otros gerentes generales en mega intercambios, es difícil armar de manera confiable un roster con talentos de otros equipos.

En cambio, los equipos pueden encontrar ineficiencias en las áreas donde tienen más información que sus competidores. El mercado internacional es un excelente ejemplo: al invertir en la búsqueda de talentos y en las mejores capacidades de recopilación de datos (como instalar unidades Trackman para medir la velocidad de salida o el ángulo de lanzamiento), un equipo podría ser más astuto que sus oponentes y evaluar mejor el futuro de un agente libre internacional. En una época en la que todos los equipos emplean análisis sofisticados para medir el proceso de selección de jugadores universitarios y encerrar a sus jugadores jóvenes, los mejores rosters del futuro deberán basarse en tener más información, en lugar de ser más inteligentes con la información que tiene.

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