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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Carlos José Lugo

Un montón de cosas pasaron en el béisbol durante el mes de abril. (A lo largo de este artículo, voy a utilizar abril como substituto para la temporada regular hasta el 30 de abril, la cual incluye unos cuantos días de marzo este año). Muchas personas han escrito acerca de ellas. Tendencias emergieron: ponches en aumento, jonrones en declive, y por primera vez en la historia:

(La cuenta final en abril: 7,355 ponches, 6,992 hits. Ni siquiera cerca)

Por supuesto, algunas veces lo que pasa en abril se queda en abril. En abril, los Diamondbacks tenían el segundo-mejor record en el béisbol. Los Mets lideraban la Liga Nacional Este. Sean Manaea tenía el mejor ERA en la Liga Americana. Didi Gregorius estaba segundo en las mayores en OPS y Matt Davidson había conectado el segundo mayor total de cuadrangulares.

En parte, la obsesión con el mes de abril es entendible. En la mañana del primer día de mayo, el único béisbol que se ha jugado en todo el año ocurrió en abril. ¡Es todo lo que tenemos! Además, mirar exclusivamente a cada mes subsecuente se vuelve complicado, puesto que el desempeño a la fecha del día incluye igualmente periodos previos o anteriores.

El riesgo es poner demasiado peso en los resultados de abril. Como escribí hace un par de años, los desempeños de bateo y pitcheo en abril están menos correlacionados a resultados del año completo que los de cualquier otro mes del año. Es el mes menos predictivo. Y ustedes pueden entender el porqué. El calendario está lleno de días libres. El clima es generalmente terrible. Los equipos están descifrando a aquellos jugadores cuyo desempeño está completamente alejado de la norma de sus carreras. Los prospectos de alto impacto están desperdiciando su tiempo en las menores mientras sus equipos tratan de manipular su tiempo de servicio.

Así que, aunque algunas de las tendencias en abril son duraderas, otras no lo son. Le voy a echar una mirada a mayo este año y ver como se compara con otros mayos previos. Algunos de los patrones de abril permanecerán intactos. Otros no. He aquí lo que ha pasado en el mes en el que no hubo ningún partido suspendido por causa de nieve: los Diamondbacks tuvieron récord de 8-19, la efectividad de Manaea fue de 7.18, Gregorius tuvo un OPS de .401, y Davidson pegó dos jonrones.

Voy a mostrarles muchos gráficos lineales. En cada uno, voy a observar cada mayo desde 1969 al 2018, la Era Divisional. Podría pensar que 50 años es un tiempo demasiado largo. Podría estar en lo correcto. Pero las tendencias serían igual de fácil de identificar si hubiese seleccionado una fecha de inicio posterior.

Los ponches les están respirando en el cuello a los hits.

La observación de Joe Sheehan en abril no se mantuvo en mayo. Pero casi lo hizo. Por cada 100 hits, hubo por encima de 99 ponches. Para 1979, hubo apenas 51. Los abanicados están alcanzando a los hits. Este fue el noveno mayo consecutivo en el que los ponches crecieron en comparación con los hits.

Los jonrones están en baja. Un poquito.

No perdamos la cabeza por esto. La diferencia en la proporción de jonrones entre el 2017 (3.28 por ciento de las apariciones al plato) y el 2018 (3.09 por ciento) equivale a, en las 31,544 apariciones al plato de las ligas mayores en mayo, 57 cuadrangulares, menos del seis por ciento de los 976 bambinazos conectados. Como se ha mostrado, esto bien pudiera serle atribuido a la pelota.

Los sencillos están en baja. Un montón.

En combinación con el crecimiento en el número de ponches, es por esto que los mismos están casi alcanzando a los hits. En 1992, los equipos conectaron 6.37 hits por partido en mayo. En el 2018, conectaron exactamente uno menos, 5.37. Como he escrito, los sencillos están en declive. Culpe a los pitchers lanza-llamas, culpe a los bateadores de grandes swings y muchos ponches, culpe a las formaciones defensivas o “shifts”, o lo que sea. Los dobles y triples aumentaron un poco en mayo comparados al 2017, y como hicimos notar, los jonrones declinaron un poco. Pero fueron los sencillos los que cayeron más.

Toda medida de ofensiva general está en baja.

Ahora bien, eso es preocupante. No estamos aproximándonos al punto más bajo de inicios del 2015, pero la tendencia de aumento en la producción de carreras de los pasados dos años se ha revertido.

Los pitchers son más tacaños.

Les ahorraré el gráfico, pero el porcentaje de apariciones al plato terminando en uno de los “Tres Resultados Verdaderos” (ponche, base por bolas, jonrón) en mayo fue de 33.5 por ciento, un incremento fraccional con relación al record de 33.4 por ciento del 2017. Pero todo fue producto de los ponches, los cuales crecieron del 21.4 por ciento el año pasado al 22.1 por ciento este año. Y si usted incluye los bateadores golpeados como un Resultado Verdadero, estos solo se redujeron un poco en mayo del 2018 comparado a mayo del 2017.

En abril, las bases por bolas y bateadores golpeados amentaron en comparación con el 2017. Pareciera como que eso fue una combinación de óxido en los pitchers y temperaturas frías. Los lanzadores están permitiendo menos jonrones, menos sencillos, golpeando y caminando menos bateadores, y consiguiendo más ponches. Los próximos dos gráficos explican por qué.

Los pitchers abridores están abandonando los juegos más temprano.

Los abridores duraron exactamente cinco entradas y media por apertura en mayo. Esa es una caída de más de un tercio de entrada durante las últimas dos temporadas. Menos innings por parte del abridor significa que los abridores no enfrentan tan a menudo la alineación contraria por tercera vez. Tampoco necesitan administrarse mucho. En vez de eso, ellos les entregan la pelota a…

Más relevistas que nunca antes.

Ustedes seguramente esperaban que yo dijera algo como “más y más relevistas lanzando menos y menos entradas,” pero lo anterior no es el caso. Las entradas lanzadas por relevista tocaron un fondo de 1.01 en mayo del 2015 y han rebotado ligeramente en los años subsecuentes. En mayo de este año fue 1.08. Pero estamos viendo más relevistas en sentido general. Excluyendo la temporada recortada por la huelga de 1995, el primer mayo con más de 2.5 relevistas por partido por equipo fue 1999. El primero con más de 2.7 fue en el 2004. El primero con más de 2.8 fue en el 2009. El primero con más de 2.9 fue el 2014. El primero con más de 3.0 fue en el 2017. El primero con más de 3.1 fue en el 2018. Podrán notar ustedes el patrón.

Si suena como si me estuviera quejando sobre el béisbol que se juega en el 2018, bueno, eso es una cuestión de interpretación. Solo estoy reportando. Pero sí está claro que el juego es diferente. Mas ponches, pitcheo más efectivo, con abridores dándole paso más temprano a los relevistas. Eso es lo que mayo reveló.

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