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Image credit: David Dermer-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

No sé cómo sentirme acerca de la necesidad de recurrir a una analogía de baloncesto para describir a un jugador de béisbol, hasta me duele la cabeza, pero eso es lo que hizo la gente cuando Hunter Greene, a los 17 años de edad, comenzó a llamar la atención como un posible jugador capaz de destacar lanzando y bateando, entonces lo llamaban el LeBron del beisbol. Supongo que dado que las hazañas de Shohei Ohtani aún no existían en ese momento, tenías que usar cualquier recurso disponible para describir algo o alguien espectacular, especialmente para un increíble atleta de una escuela secundaria, sin embargo, apesta tener que compararlo con uno de otro deporte. (Menos mal que ahora tenemos a Shohei).

Avanzamos rápidamente hasta el comienzo de la temporada de 2022 y Greene, después de abandonar el deseo de ser un jugador que podía destacar lanzando y bateando, se convirtió en un lanzallamas imponente que registró una tasa de ponches del 31.8 por ciento en 186 entradas en las menores. Se basó principalmente en una bola rápida abrumadora de tres dígitos. Su debut en las Grandes Ligas era muy esperado y terminó el año con los siguientes números:

Temporada Equipo Nivel K/BB HR/9 K% BB% K-BB% ERA WHIP BABIP DEB% DRA cFIP FIP
2022 CIN MLB 3.42 1.72 30.9 9.0 21.8 4.44 1.21 .281 76.3 3.67 96 4.37

Todo esto lo logró como lanzador abridor en 24 juegos y 125 ⅔ entradas de actuación, pero terminó con un récord menos que glamoroso de 5-13.

Greene perdió algo de tiempo debido a una distensión en el hombro, término que siempre inspira escalofríos, y su carga de trabajo se le bajó, como se hace con la mayoría de los novatos, lo que afectó su valor general. Aún así, proporcionó a sus mánagers en ligas de fantasía 164 ponches, cuando el promedio por abridor (mín. 1500 lanzamientos) fue de 129. De acuerdo, todo el valor se vio afectado debido a las malas proporciones y la mala suerte en las victorias, pero tener una gran cantidad de Ponches es siempre una gran piedra sobre la cual edificar.

Durante la mayor parte de la temporada, los principales problemas de Greene fueron su propensión a dar bases por bolas a los oponentes a un ritmo peor que el promedio. Fue otro paso en la dirección equivocada en comparación con los mismos lanzadores abridores mencionados anteriormente (cuyo promedio de bases por bolas fue de 7.4 por ciento). Su propensión a permitir jonrones (24) lo ubica en el puesto número 20 entre los 104 lanzadores con al menos120 entradas la temporada pasada.

Por supuesto, jugar en el Great American Ballpark ⁠—una pesadilla para los lanzadores⁠— influye mucho en esa imposibilidad de evitar los jonrones (gopheritis), pero también hubo otro factor que tuvo que ver con esta situación y que fue descubierto parcialmente en este artículo de noviembre de Darius Austin, de donde tomaré prestado los siguientes gráficos:

Como Darius explicó, Green comenzó su carrera en las ligas mayores tratando de replicar su exitosa receta en las menores: Dominar a los bateadores con la bola rápida violenta de más de 100 mph (161 kph), en su mayoría por el centro de la zona. Eso funcionó allá, pero no tanto en el nivel superior, ya que permitió 23 (!) de los 24 jonrones antes de septiembre. Sí, así es, en septiembre/octubre, en cuatro aperturas y 23 entradas de labor, solo permitió un cuadrangular. ¿Una posible razón para esto? Como muestra el mapa de calor del lado derecho, Greene ya no hizo lanzamientos con tanta frecuencia en el centro del plato y comenzó a moverlos alrededor de la zona de strike, especialmente hacia el borde superior de la misma.

Para mí, fue una buena explicación, ya que antes de leer el artículo de Darius, ya estaba interesado en Greene después de hacer algunas búsquedas en Baseball Savant que resumo en este tuit  y gráfico, que muestra a los lanzadores con la tasa más alta de rectas a más de 95 mph (153 kph) en el borde de la zona:

Lanzador % de pitcheos
Spencer Strider 29.2
Hunter Greene 24.9
Gerrit Cole 23.7
Brandon Woodruff 23.3
Sandy Alcantara 23.2
Luis Castillo 22.2
Zack Wheeler 21.8
Blake Snell 21.0
Logan Gilbert 20.5
Jon Gray 19.5
Frankie Montas 19.3
Carlos Rodón 19.0
Dylan Cease 17.3
Corbin Burnes 15.7

Lo importante de esta lista, que, por cierto, es básicamente un quién es quién de lanzadores de calidad, es que poner la pelota en los bordes de la zona de strike a esa velocidad alta coloca al bateador en una posición difícil porque tiene poco margen de error. Si lo deja pasar, puede ser un strike sentenciado. Si lo batea, puede ser muy difícil de conectar con la parte gruesa del bate y eso conduce a una mala calidad de contacto. Por eso creo que deberíamos usar esta métrica con más frecuencia.

Además, estoy seguro de que este manejo de la zona fue clave para el éxito de Greene, y para reafirmar esto, eché un vistazo a los resultados separados por mes para la misma métrica:

Mes Lanzamientos Lanzamientos Totales %  de  Envíos EL ERA HR  P OPS
Mar/Abr 91 333 27.3 18.0 6.00 5 22 .846
May 107 464 23.1 26.1 5.81 10 34 .889
Jun 116 536 21.6 29.2 5.46 5 37 .712
Jul 99 424 23.3 22.2 5.16 3 26 .804
Ago 21 84 25.0 6.0 0.00 0 8 .196
Sep/Oct 113 359 31.5 23.0 0.78 1 37 .457

Cuando lo confrontamos con otras estadísticas como ERA y OPS, si me preguntas, podemos verlo como una prueba irrefutable: pudo aumentar casi un 20 por ciento la capacidad de ubicar su bola recta en llamas en la zona de sombra durante septiembre/octubre, cuando se compara con su mejor cifra  tope anterior y la mejora correspondiente en los resultados son el ejemplo.

Para ser justos, hay una buena discusión sobre si esto es un síntoma o una causa en términos del impacto en su tasa de bases por bolas, ya que septiembre y octubre representaron el segundo mejor período para él con un 7.8 por ciento. Pudo mantenerlo bajo durante junio sin obtener los mejores resultados, por lo que se podría argumentar que no es solo mejorar su control sino combinarlo con un mejor comando lo que le está dando el impulso adicional necesario para tener éxito. Eso es lo que le permite hacer cosas como en este turno al bate contra Esteban Quiróz el 3 de octubre, su última apertura de la temporada pasada. Primero, prepara la mesa mostrándole a Quiróz que puede lanzar al borde de la zona, donde el árbitro le cantará el strike

En el siguiente lanzamiento, Quiróz no puede dudar y necesitará hacerle swing a cualquier envío cercano a esa zona:

Entonces, tuvo que enfrentarse a esas rectas humeantes de 101 mph (163 kph)  y perdió la batalla.

Estoy consciente de que Greene es básicamente un lanzador de dos tipos de envíos, pero también sé que el otro lanzamiento (un slider) es en realidad el mejor, al menos cuando se mide por Run Value, (Valor de Carrera), de Statcast, ya que fue un -5 durante la temporada (lo que es muy bueno) contra un 5 de la recta, pero, ¿sabes cómo estuvo esa estadística, separada por tipo de lanzamiento durante septiembre/octubre? Fue -2.8 para el slider y -5 para la recta. Esto último resume la mayor parte de por qué creo que dio un importante paso adelante al final de la temporada y lo que me intriga y me llena de esperanza sobre sus posibilidades para 2023. En la clasificación se ubica como el lanzador número 52 (alrededor de 120 en general), un lugar apropiado que valora su mejora, pero que no te hace pagar demasiado por él.

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