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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Marco Gamez

Mientras no podías despegar tus ojos del continuo dominio de Mike Trout, había otro jugador de la División Oeste de Liga Americana que hacía algo casi tan impresionante. No, su WARP total no puede compararse con el de Trout; su modesto WARP de -0.7 en la temporada es aproximadamente cuatro victorias menos que las aportadas por Trout. Pero este es un caso donde WARP no cuenta, y no puede, contar la historia completa.

Isiah Kiner-Falefa, ante nuestros ojos, se está transformando de ser jugador del cuadro interior a ser uno de los receptores regulares de los Rangers. Los jugadores cambian de posición todo el tiempo y, a veces, incluso lo en las grandes ligas. No es inusual moverse a través del diamante o alrededor de los jardines. Pero algunas posiciones son más difíciles de aprender que otras. Los receptores se convierten en jardineros y, a veces, en lanzadores con bastante frecuencia; muy pocos prospectos se convierten en receptores, al menos no sin alguna preparación seria en las ligas menores primero.

Kiner-Falefa jugó un gran total de 69 juegos como receptor en las ligas menores antes de ponerse detrás del plato en las mayores. Por lo que puedo decir, ni siquiera tenía experiencia en la escuela secundaria. A lo largo de su carrera, Kiner-Falefa es un jugador versátil, lo suficientemente moldeable como para jugar campo corto, segunda base y tercera base. Era nuevo en la posición de receptor, pero ahora, en esta temporada, tiene más juegos detrás del plato como miembro de los Texas Rangers (36) que en cualquiera de sus temporadas de ligas menores.

Hay buenas razones para que pocos jugadores cambien su posición para convertirse en receptores, principalmente porque jugar como receptor es difícil. Mientras que capturar y lanzar pelotas de beisbol son habilidades que tienen en común tanto los campo cortos como los jardineros izquierdos, un campo corto no necesita aprender a enmarcar un envío del lanzador o decidir si el próximo lanzamiento debería ser una bola rápida o un slider. Ser receptor implica responsabilidades que no se encuentran en ninguna otra parte del campo de beisbol, y el aprendizaje de esas responsabilidades generalmente se realiza al principio de la carrera, no frente a decenas de miles de fanáticos.

La lista de precedentes de aquellos que se han convertido en receptores mientras jugaban a nivel de Grandes Ligas es, por lo que puedo decir, inexistente. Una búsqueda en la base de datos de Baseball Prospectus muestra a cero jugadores con un currículum similar al de Kiner-Falefa: menos de 70 juegos como receptor en las ligas menores, para luego jugar en esa posición frecuentemente en las mayores. Los datos de las ligas menores pueden ser poco confiables e incompletos, por lo que siempre es posible que haya alguien con una historia como la de Isiah, pero si existe, no puedo encontrarla.

Encaremos la tarea grande y complicada: los resultados de Kiner-Falefa hasta la fecha han sido decepcionantes. Su ofensiva es como la de un receptor, batea .229/.308/.343 con un DRC+ de 76 en 118 apariciones en el plato, pero sin el tiempo necesario para aprender el oficio, su defensa también es un desastre. Ya solamente esta temporada ha permitido tres carreras por bloquear lanzamientos (bueno, por no bloquear lanzamientos). Su habilidad para enmarcar es la peor de la liga, aproximadamente un 25% más baja que la de Gary Sánchez, el siguiente peor en cuanto a enmarcamientos.

Debido a que hoy las habilidades en la receptoría tienen más énfasis y entrenamiento que nunca, Kiner-Falefa se enfrenta a un nivel de competencia mucho más impresionante que hace una década. Los receptores cuya principal virtud era el bateo son una especie en extinción, han sido reemplazados por receptores con manos delicadas detrás del plato, que son capaces de robar strikes para sus lanzadores. Kiner-Falefa está trabajando en contra de lo establecido y también en camino hacia ser la 46ª peor temporada de enmarcamiento desde que tenemos registros. Después de ser el 28º peor el año pasado, su desempeño hasta ahora en 2019 realmente indica un progreso.

Ese enmarcamiento, combinado con su anémico bate, lo está llevando a un WARP de -0.7 en un tiempo de juego bastante limitado. Sería fácil mirar la línea de bateo de Kiner-Falefa junto a sus métricas de valor para señalarlo y reírse, pero eso sería subestimarlo e injusto. No eligió ser receptor, los Rangers le pidieron que lo hiciera. Y aunque está muy lejos de brillar en ese rol, déjame recordarte que simplemente hacer una imitación creíble de un receptor de grandes ligas (sin tener experiencia) es, literalmente, más de lo que nadie haya intentado hacer hasta ahora.

También es otro recordatorio de que WARP no mide el valor inherente de un jugador, sino que mide lo bueno que es en lo que se le pide que haga. En este caso, los Rangers le dieron a Kiner-Falefa una tarea imposible, y aunque no podemos decir que él exactamente se haya destacado, tampoco está arruinando por sí solo al personal de lanzadores de Texas. Kate Morrison escribió que los Rangers desafiaron a otro jugador, Josh Morgan, con la misma tarea, convertirse en receptor sin tener experiencia, y aparentemente no fue lo suficientemente bueno como para siquiera hacer una aparición en esa posición, ni siquiera en las menores. Kiner-Falefa logró llegar hasta las grandes ligas.

Por un lado, los Rangers pueden merecer algunos aplausos por salirse de lo establecido. La analítica moderna se basa en desafiar la sabiduría convencional, y convertir un campo corto en un receptor lo es, mientras que en las Grandes Ligas lo ya probado es lo que resuelve todo. Los beneficios podrían haber sido significativos: Combinar los roles de jugador del cuadro interior y de receptor en un solo cupo de la plantilla potencialmente libera al equipo para incluir a otro jugador, lo que podría valer unos pocos millones de dólares. La flexibilidad de la plantilla es un objetivo emergente en las oficinas de los equipos y es probable que esté subvalorado en el marco convencional de Victorias Sobre el Reemplazo (Wins Above Replacement).

Por otro lado, a veces la sabiduría convencional está en lo cierto, y este es uno de esos momentos. Ser receptor es realmente difícil, convertir a alguien que no tenga experiencia en receptor lo es aún más, y esa es la razón por la que nadie lo hizo antes.

Visto a través de ese prisma, lo que hace Kiner-Falefa es increíble. Ha habido docenas de temporadas con valores 8-10 de WARP a lo largo de la historia del béisbol, pero solo una vez que sabemos, apareció un chico sin experiencia y trató de convertirse en receptor. Claro, no es merecedor del Equipo Todos Estrellas, pero tampoco es el peor jugador de béisbol esta temporada (ese honor le pertenece a su compañero Rougned Odor).

La falta de precedentes para apuestas como la de Kiner-Falefa sugiere que si a muchos de los grandes jugadores, se les hubiera pedido que se cambiaran a receptor como él lo hizo, habrían sido peores. Así que, en lugar de burlarnos, debemos valorar a Kiner-Falefa, no por su excelencia, sino por su capacidad para adaptarse.

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