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Image credit: Wikimedia Commons

Traducido por Carlos Pérez 

Los Nueva York Mets traspasan al C Kevin Plawecki a los Cleveland Indians por el 3B Sam Haggerty y el LD Walker Lockett. [1/6]

Kevin Plawecki fue todo un ejercicio de paciencia.

¿Qué pasa si por fin se mantiene sano? ¿Qué pasa si no le fuerzan a un rol de titular porque Travis d’Arnaud no consigue estar una temporada -o un mes, al parecer- sin lesionarse? ¿Qué pasa si se acuerda de cómo se batea?

¿Qué pasa si no sucede nada de eso?

Para cumplir su destino como receptor suplente que pasa una década en las mayores sin que nadie se dé cuenta, como fue escrito en las estrellas y también en más de uno de los Anuales de Baseball Prospectus, todo lo que Plawecki tenía que hacer es ser mejor que cualquier número de Planes E, incluyendo Anthony Recker, Tomás Nido, José Lobatón, Devin Mesoraco o René Rivera. Pero incluso esa simple tarea era demasiado para el receptor que promedia 82 DRC+ sumando las partes de cuatro temporadas en Flushing.

Aún así, estar en cuclillas detrás de home plate es valor suficiente y el receptor de 27 años -tendrá 28 cuando comiencen los entrenamientos de primavera- ha conseguido un valor WARP positivo cada año, incluso aunque sus métricas FRAA se desplomaron y los Mets se dieron cuenta de que la defensa de los receptores importa en realidad.

Para Cleveland, Plawecki seguramente no se acercará a un reemplazo adecuado de Yan Gomes, a quien traspasaron a Washington en noviembre. Pero con dos receptors en la plantilla de 40 jugadores -Roberto Pérez en realidad no batea y Eric Haase ha sumado solo 17 apariciones al plato en grandes ligas- es mejor de lo que ya tenían, y además es barato, lo que parece la prioridad principal de los Indians esta temporada. Por supuesto, esto sería menos problemático si no se hubieran desprendido de Francisco Mejía durante el verano, pero dejemos el pasado en el pasado.

El fichaje de Brodie Van Wagenan de Wilson Ramos al final de 2018 pareció el final de Plawecki o d’Arnaud vestidos de naranja y azul. El contrato de $3.5 millones de d’Arnaud y la inexplicable creencia de los Mets de que mejoraría -al final, el receptor de 30 años es exactamente el mismo durante los últimos seis años, sin tener en cuenta la cirugía Tommy John- lo convirtieron en una opción obvia, si acaso la correcta.

Lo importante es recordar que los receptores son extraños y un traspaso entre dos equipos desesperados por no pagar a ningún jugador también es probable que sea extraño. —Kate Feldman

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Los Cleveland Indians traspasan al LD Walker Lockett y al INF Sam Haggerty a los Nueva York Mets por el C Kevin Plawecki. [1/6]

Precisamente nada ha cambiado respecto a Lockett desde que John Hegglund escribiera sobre él después de que Cleveland lo adquiriera de San Diego en noviembre, salvo el color de su futura colada y su nueva cercanía al espíritu de Oliver Drake. Lanzará una cortada ocasional superando apenas las 90 mph (144 kmh) y tocará las 96 mph (154 kmh) con la más tradicional recta de cuatro costuras, pero también mostrará madurez reduciendo la velocidad para ayudar a que hagan efecto los movimientos naturales de calidad. Ha añadido firmeza a un cambio de velocidad que todavía se muestra como el mejor de sus lanzamientos secundarios, mientras que la curva se mantiene menos consistente y limitada en las partes de afuera, incluso si muestra utilidad media o superior de vez en cuando. Es un perfil orientado al contacto, y se queda más corto en la proyección de control de lo que le gustaría. Aún así, es un brazo viable en grandes ligas con la habilidad de realizar aperturas, y se meterá de lleno en la profundidad de la rotación de Nueva York.

Haggerty llegó a Cleveland por la 24ª elección del draft de 2015 después de una temporada marcada por las lesiones en Nuevo México, pero ha mostrado un enfoque decente como profesional y se ha embasado de manera consistente durante su primer par de temporadas. Es un corredor genial con habilidad para robar bases y cubrir terreno en todo el infield. El bate es ligero, aunque le falta algo de poder, y el control de la zona de strike podría catapultarlo a una plantilla de 25 jugadores con un rol de multiusos.—Wilson Karaman

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