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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Carlos José Lugo

He escrito unos cuantos artículos acerca de la economía y finanzas del béisbol moderno. Específicamente, he estado en desacuerdo (aquí, aquí, y aquí) con la noción de que los equipos deben producir ganancias para ser económicamente viables. Les he rebatido a dueños de equipos en mercados pequeños que afirman tener recursos limitados. He señalado que los equipos de béisbol ganan un montón de dinero, y rebatido por igual que los retornos no se justifican.

Mi argumento es el siguiente: Los equipos de béisbol generan retornos muy grandes relativos a otros negocios y empresas, y cuando usted ve grandes retornos, debe preguntase si el negocio le está sacando de alguna ventaja al sistema. Los equipos de MLB han probado ser fantásticas inversiones en años recientes: Tira en el ruedo sus mil millones de dólares o lo que fuera, y entre seis a ocho años su inversión tiene un valor de dos mil millones. En ese entorno, usted no necesita obtener además una ganancia operativa anualmente.

Una acción de Amazon costaba $398.79 a finales del 2013. El pasado viernes el precio de esa misma acción cerró en $1,629.13. ¡Una inversión que cuadruplica más de su valor en cinco años es bastante buena! ¡Quejarse de que no recibió en pago ningún dividendo durante esos cinco años es bastante malo!

Por eso es que yo no me trago la historia cuando dueños como Bob Nutting de los Pirates afirman que su equipo está estancado en un bache de “desarrollo, y luego venta cuando se vuelven muy costosos” con sus jugadores a menos que haya un “rediseño fundamental de las finanzas del béisbol.” Lo que Nutting está implicando es que los Pirates simplemente no tienen el dinero para competir con los Yankees, Dodgers y Cubs. Esto a pesar del hecho de que, de acuerdo a la revista Forbes, los Pirates han visto crecer su valor a una tasa promedio de un 12.6 por ciento anual cada año desde que Nutting tomó el control del equipo en 1996.

La franquicia costó $92 millones hace 22 años. Ahora vale $1.26 mil millones. Y, también de acuerdo a Forbes, el club obtuvo $51 millones en ganancias (antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) solo en el 2017. ¿Y aun así no tienen recursos para pagarle a Gerrit Cole? Por favor.

Mis puntos en disputa y desacuerdo son que a) los equipos de béisbol no son como los otros negocios en el sentido de que su crecimiento en valor implica que los equipos pueden perder dinero y aun así obtener buenas ganancias, b) los equipos de béisbol son compras de vanidad, en el sentido de que parte del retorno para sus dueños es el prestigio de tener un equipo a diferencia de, por ejemplo, un enorme portafolio de acciones y bonos de inversión, y c) los diversos mecanismos de división de ingresos en el béisbol reducen las disparidades entre mercados grandes y pequeños.

Pero usted escucha todo el tiempo que los Pirates y Brewers y Reds y Rays y Athletics simplemente no pueden competir con los equipos de las megalópolis. En el 2017, Forbes estimó los ingresos de los Yankees en $526 millones y los ingresos de los Pirates en $265 millones, una diferencia de un 98 por ciento. Esa es una gran diferencia, pero obviamente no tan grande como la disparidad entre los mercados de los dos equipos.

Según Cot’s Contracts, la diferencia en sus nóminas del 2017 fue similarmente grande, $166.1 millones para los Yankees versus $86.3 millones para los Pirates, una diferencia de un 92 por ciento. Esa es una razón importante, quizás la más grande, se afirma que los Yankees han jugado por encima de .500 cada año desde la huelga de 1994-1995 mientras el record de 82-79 de los Pirates en el 2018 fue apenas el cuarto record ganador de los Pirates durante el mismo periodo de tiempo.

Por ejemplo, el lector Mags44 comentó:

Si uno hace un simple análisis de regresión sobre los últimos 20 años para comparar las victorias al salario inicial de cada equipo. Usted observará que el R cuadrado es bastante alto. Sí, los equipos pueden tener suerte, pero aquellos que gastan el dinero tienen una probabilidad mucho más alta de alcanzar los playoffs (en donde, al llegar, es un tiro de dados) que aquellos que no lo hacen. Pretender que esto no es verdad es tonto.

A esto tengo dos respuestas. Primero, si los equipos no están gastando el dinero en salario de jugadores – esto es, si billonarios no están dispuestos a gastar millones de dólares en inversiones de vanidad apreciándose a una tasa de doble dígitos por año – bueno, mal por ellos. Es como comprar un Maserati y dejarlo con los mismos neumáticos hasta que estén completamente inservibles.

Sí, entiendo que Cincinnati y Pittsburgh y Milwaukee son ciudades más pequeñas que Nueva York y Los Angeles y Chicago. Pero también entiendo que los dueños de cada equipo de MLB pueden pagar de su propio bolsillo lo que sea que cueste el próximo contrato de Bryce Harper y todavía tener más dinero en sus cuentas de banco que lo que usted (asumo) o yo (definitivamente) obtendremos en nuestras vidas. Mike Ilitch mantuvo una nómina inmensa en una ciudad que estaba literalmente en bancarrota. La demografía no significa destino.

Pero yendo más al punto aquí: ¡Análisis de regresión simple son mi pan y mantequilla, Mags44! Tomé las nóminas estimadas de de Baseball-Reference y las comparé con las victorias por equipo de las ultimas 21 temporadas, es decir, la era de 30 equipos. No pude hacer una gran regresión, puesto que los salarios han crecido de forma consistente. La nómina más alta en 1998, la de Baltimore con $72.5 millones, habría sido la tercera más baja en el 2018, pero obviamente las victorias por temporada están limitadas por el tope inamovible de 162 partidos.

Así que, corrí una regresión para cada temporada. Están en el gráfico más abajo. A manera de recordación, R-cuadrado (o R2 ) es una medida que estima la fortaleza de la relación lineal entre la variable independiente (en este caso, nomina) y la dependiente (en este caso, juegos ganados). R2 mide la varianza de la variable dependiente que es explicada por la variable independiente. En este caso, un Rde 0.8 debería sugerir que el 80 por ciento de la varianza entre los records de partidos ganados y perdidos de los equipos es explicada por su nómina. La demografía puede no ser el destino, pero los dólares quizás sí.

¿Esa solida línea negra en 0.25? Ese es el valor mínimo aproximado para que una correlación sea considerada fuerte. Y solo ha sido eclipsado en cinco ocasiones en la era de 30 equipos: Cuatro veces previo al 2007, y en el 2016, el año siguiente a la famosa temporada patas-arriba del 2015.

  • La media del R2 entre la nómina de un equipo y las victorias de un equipo en la era de 30 clubes es 0.21.
  • La mediana del R2 entre nómina de un equipo y sus victorias es 0.17.
  • Los cinco valores más altos del R2: 2016 con 0.58, 1998 con 0.43, 1999 con 0.32, 2006 con 0.289, 2004 con 0.287.
  • Los cinco valores más bajos del R2: 2001 con 0.10, 2015 con 0.106, 2008 con 0.108, 2000 con 0.111, 2017 con 0.113.

Quizás llegará un tiempo en el que las nóminas estarán consistentemente bien correlacionadas con las victorias, como en la temporada 2016. Pero aún no llegamos ahí. El R2 en el 2014 fue 0.13. En el 2015 fue 0.11. El año pasado fue 0.11. Este año fue 0.14. Los dólares aun no significan destino.

¿Qué quiere decir esto? Esto, y mi trabajo anterior, ilustran dos falacias populares acerca de equipos de mercados pequeños y grandes:

  • “El equipo X no tiene recursos para retener a sus jugadores elegibles al arbitraje/fichar agentes libres/ofrecer extensiones de contratos.” No. Su dueño elige no hacerlo. Lo que quiere es tener el pastel de su activo que continuamente se aprecia en valor y comerse también su fabuloso pedazo de ganancias operativas.
  • “Equipos con nominas bajas no pueden competir con los equipos de ciudades grandes que gastan mucho.” No, de nuevo. Hemos estado escuchando esto desde el nacimiento de la agencia libre. Como muestra esta investigación, la correlación entre nómina de pago y éxito en el terreno es bastante débil. Tener una nómina alta no garantiza éxito y tener una nómina baja no es un presagio de catástrofe.

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