keyboard_arrow_uptop
Image credit: © Jordan Johnson-USA Today Sports

Traducido por Marco Gámez

La primera vez que encaró a la alineación de los Cleveland Guardians el jueves pasado, Pablo López fue una sierra circular. No solo retiró a los nueve bateadores que enfrentó, sino que ni siquiera permitió el valor esperado, según Statcast, de un hit tras nueve bolas bateadas. López es el más puro placer de un purista del arte de lanzar, un lanzador de cuatro tipos de envíos con buen material, además de gran comando, que lanza con intelecto, aplomo y pasión en perfecto equilibrio. Acepta buenos consejos de entrenadores y compañeros de equipo, tiene la humildad de adaptar sus planes de juego a las fortalezas y debilidades de los bateadores contrarios, pero se conoce a sí mismo lo suficientemente bien como para abstenerse de sus propias fortalezas al adaptar los informes de exploración a su propio uso.

Uno de los nueve por los que se abrió paso con facilidad, por supuesto, fue José Ramírez. El tercera base de Cleveland es el más puro placer de un purista del bateo. No tiene huecos en su swing, ni sólo producirá truenos si se alinea con un lanzamiento en el que el hombre del montículo contrario no pensó lo suficiente. No persigue, pero tampoco espera y si espera es precisamente por su lanzamiento, mientras tanto se poncha cuatro veces por semana. Es un bateador de líneas con poder y disciplina en el plato.

Por supuesto, como la mayoría de los bateadores ambidiestros, Ramírez no es realmente un solo bateador; él es dos personas distintas. En su caso, eso toma la forma de dos conjuntos de resultados muy diferentes contra las rectas. Cuando se trata de curvas y de envíos con menos velocidad, es prácticamente el mismo en ambos lados del plato, sin embargo, el informe de exploración es extremadamente claro: los zurdos deben atacar a Ramírez con velocidad, pero los diestros deben limitarse a giros y caídas.

José Ramírez, Estadísticas separadas derecho o zurdo vs. Cuatro costuras, Sinkers, and Cutters, 2022-24

Estad. Separadas AVG OBP SLG
vs. LZ .206 .255 .431
vs. LD .333 .403 .588

Ramírez no abanica mucho contra las rectas, ni siquiera como bateador derecho. También batea la pelota con la misma fuerza desde ese lado. Sin embargo, como bateador derecho que se enfrenta a zurdos, tiene una tendencia a batear las rectas por abajo y producir mansos batazos elevados. Los lanzadores diestros no obtienen ese respiro, por lo que es mejor que no intenten dominarlo con pura velocidad.

López lo sabe muy bien, así como sabía que podía dominar a Steven Kwan con rectas. Él y el receptor Christian Vázquez trabajaron armoniosamente para ejecutar su plan individualizado contra cada bateador de Cleveland, y la primera vez, eso les valió un débil elevado de Ramírez para cerrar la parte alta de la primera entrada. (En estos gráficos, marrón = sweeper, azul = bola curva, verde = cambio)

Sin embargo, la segunda vez contra la alineación de Cleveland, López encontró problemas. Los Guardians todavía hacen contacto tan bien como cualquier ofensiva en el béisbol, por lo que a pesar de su escasez de poder y su mediocridad general, pueden armar una reacción repentina y peligrosa cuando la mitad buena de su alineación ya ha observado al abridor contrario. Kwan y Andrés Giménez hicieron buenos ajustes en su segundo turno, y cada uno consiguió un sencillo en la parte alta del cuarto tramo. Eso hizo surgir a Ramírez y preparó el tipo de enfrentamiento del que pueden depender los juegos, incluso cuando ocurren tan temprano.  De nuevo, López y Vázquez siguieron con su plan de solo enviar basura. Ellos se apegaron a eso, hasta incluso cuando Ramírez luchó por el derecho de ver una bola rápida.

Ese lanzamiento final fue tan bueno como parece. Estaba demasiado cerca para dejarlo pasar, incluso en 3-2, pero no era un lanzamiento amigable para los bateadores en absoluto. De todos modos, Ramírez conectó bien y produjo un sencillo, alineando la pelota entre el jardín central y el derecho en un arco jorobado imperturbable. El empate a cero se rompió y Giménez corrió hasta tercera, preparando el resto de lo que se convirtió en una entrada de tres carreras y en, a la postre, una victoria de los Guardians por 4 carreras a 2.

Cualquiera que haya seguido de cerca a López durante los últimos dos años lo ha visto ganar una docena de esos enfrentamientos. Puede ser terco en la búsqueda de lo que cree que es la mejor estrategia para conseguir outs clave, pero casi siempre es capaz de ejecutar lo suficientemente bien como para convertir esa terquedad de una fuente potencial de vulnerabilidad en una ventaja. Cualquiera que haya seguido de cerca a Ramírez durante la última década, sin embargo, lo ha visto ganar tres docenas de esas batallas. Se conoce a sí mismo tan bien como a sus oponentes, lo que significa que sabe cuándo los rivales van a trabajar bien e intentarán atacarlo de cierta manera. Es capaz de burlar a los lanzadores, porque utiliza la información que creen tener sobre él para sus propios fines. Utiliza su búsqueda de una ventaja contra ellos, como un boxeador que atrapa a un enemigo arremetiendo y siendo demasiado lento para protegerse.

Tuvimos un breve enfrentamiento más entre López y Ramírez en ese juego, una entrada después. Había dos corredores en circulación de nuevo, pero esta vez había dos outs. López y Vázquez se mantuvieron tercos. Ramírez espero la pelota atrás, pero esta vez, no pudo conectarla lo suficientemente bien, levantando un elevado moderadamente bien bateado, pero inofensivo para terminar la entrada en el jardín izquierdo.

Es justo reconocer que López no tuvo su mejor momento en ese juego. Su sweeper carecía del movimiento en dos planos que tiene cuando domina, y los Guardians le hicieron la vida difícil con esa habilidad de poner la pelota en juego. Sólo ponchó a dos en cinco entradas y dos tercios. Sin embargo, batalló y mantuvo un marcador que le dio a su equipo la oportunidad de ganar. Ramírez, en contraparte, realmente ganó el juego para su equipo, tanto en la antigua forma de carreras impulsadas ganadoras de Elias Sports Bureau, como en el sentido de que su victoria sobre López creó la jugada que decidió el juego.

En una liga llena de jugadores con rectas de formas aerodinámicas y algorítmicamente optimizadas junto a lanzamientos quebrados y planos de swing cuidadosamente diseñados para batear bien, lo más emocionante de López y Ramírez enfrentándose fue que desafiaron en gran medida esas fuertes corrientes. Como sugieren las ubicaciones de los 12 lanzamientos anteriores, López próspera más con un concepto de comando centrado en la ejecución que martillando repetidamente el mismo conjunto de ubicaciones. Ramírez, por su parte, manipula su swing para atacar bolas por toda la zona de strike; eso es lo que lo hace peligroso incluso cuando sus oponentes se niegan a ceder y le lanzan una albóndiga.

Tras solo una semana de acción, no hay tempranos avances hacia una decisión en la División Central de la Liga Americana. Sin embargo, si los Twins pensaron que tendrían un camino bastante fácil hacia la postemporada, esa ilusión debería desvanecerse. Los Guardians no jugarán su primer partido en casa hasta hoy, pero ya se han asegurado una gira con registro positivo en el inicio de la temporada, y Ramírez (aunque todavía no ha deslumbrado a nadie con sus números brutos) ya ha brindado un recordatorio de por qué es un perenne candidato a JMV y a futuro miembro del Salón de la Fama. Probablemente quedan al menos tres turnos más entre López y Ramírez en esta temporada, y esa es una de las pequeñas promesas que debería hacer sonreír a todo aficionado al béisbol.

Thank you for reading

This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.

Subscribe now
You need to be logged in to comment. Login or Subscribe