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Image credit: © Kamil Krzaczynski-USA Today Sports

Traducido por Marco Gámez

En septiembre, los White Sox hicieron la primera renovación genuina de su directiva en más de 20 años. Hay una lista casi interminable de cosas que están mal en la organización, pero por primera vez en mucho tiempo, parecen realmente interesados en resolver los problemas que enfrentan. Esas soluciones pueden parecer mal concebidas (como cuando el equipo contrató apresuradamente a Chris Getz (un jugador convertido en ejecutivo con profundos vínculos preexistentes con la organización) para reemplazar a Kenny Williams y Rick Hahn) u odiosas (en el caso de su actual objetivo de establecer su residencia en el Downtown y convertirse en habitantes del sur de la ciudad sólo de nombre), pero al menos están intentando algunas cosas.

Uno de los movimientos más silenciosamente agresivos y fascinantes que hicieron también se produjo casi de inmediato. Getz apenas se había instalado en su oficina cuando robó furtivamente al Director de Lanzadores de los Giants, Brian Bannister, trayéndolo a la casa de la organización donde su padre Floyd fue un valioso jugador firmado como agente libre y un exitoso caballo de batalla durante media década. El joven Bannister fue, brevemente, compañero de equipo de Getz en Kansas City, pero esa no fue la única razón de su salida de San Francisco. Gabe Kapler fue despedido al final de una temporada decepcionante para los Giants, y aunque Bannister, probablemente, podría haber sobrevivido a tal cambio de personal, era un buen momento para salir de esa ciudad.

Sin embargo, eso no quiere decir que lo que Bannister había estado haciendo no estuviera funcionando. Los Giants ocuparon el cuarto lugar en MLB en DRA el año pasado. Lo que pasa es que no fueron lo suficientemente buenos como para superar el obstáculo en 2023, después de que un desilusionante 2022 desterró cualquier esperanza de que 2021 marcara algún restablecimiento de la dinastía de los Giants. Cuando un equipo no alcanza sus objetivos, el nivel  en que alguien se mete en problemas es inversamente proporcional a la cantidad de riesgos que ha estado asumiendo, lo que se extiende al grado en que destacaron en el campo. Era probable que Bannister no mantuviera el respaldo de San Francisco debido a sus dos campañas consecutivas sin llegar a la postemporada, porque nadie hizo las cosas de manera menos convencional en el montículo durante los últimos dos años que los Giants, y fue, en gran medida, a instancias de Bannister.

Solo un equipo lanzó más sinkers que envíos de cuatro costuras en 2023, pero fue que lanzó casi el doble de sinkers que cuatro costuras. Ese equipo fueron los Giants. No sólo mostraron una ligera preferencia por la sinker; estuvieron tan cerca de evitar por completo el uso de los envíos de cuatro costuras como pocos otros equipos en tiempos recientes. En la Era PITCHf/x, solo cuatro equipos han lanzado envíos de cuatro costuras menos del 20 por ciento de las veces:

  • 2014 Pirates: 19.0%
  • 2010 Cardinals: 15.6%
  • 2009 Cardinals: 15.9%
  • 2023 Giants: 14.7%

Bannister, quien fue excepcionalmente comunicativo y detallado en una entrevista de podcast con Tread Athletic a fines de 2022, cree firmemente en apoyarse en la preferencia motora de cada lanzador, la forma en que su brazo funciona naturalmente durante el movimiento de lanzar. Para los lanzadores que identifica como pronadores naturales, enfatiza usar el sinker. Para aquellos que naturalmente voltean la mano bien, estimula el desarrollo de dos envíos quebrados diferentes, en lugar de intentar forzar el desarrollo de un cambio de velocidad, que podría no pertenecer a ese brazo en absoluto.

Lo más revelador de esa entrevista, tal vez, fue una sencilla declaración que desafía tan descaradamente la ortodoxia de la era Statcast que incluso hizo que el propio Bannister se avergonzara:

“Para empezar, en realidad soy anti-bola rápida vertical”, dijo, en respuesta a una pregunta sobre cómo un lanzador podría agregar un par de pulgadas de recorrido a su envío más veloz. Entonces soltó una risa casi defensiva antes de continuar. “Me gustan los rangos medios de eficiencia en la rotación de los envíos, porque creo que allí hay más potencial de arsenal y creatividad”.

Luego habló de sus concesiones a los lanzadores con mucho movimiento vertical natural y de forma en sus envíos secundarios, por lo que parece poco probable que le pida al as de su nuevo equipo, Dylan Cease, que cambie su estilo radicalmente alineado. Sin embargo, dado que Cease claramente no es el tipo de lanzador preferido por Bannister, tal vez podamos suponer que los Sox lo dejarían ir un poco más fácilmente de lo que lo habrían hecho bajo la antigua administración, independientemente cual sea la retórica pública sobre el precio que piden por él.

Sin embargo, no se trata solo de utilizar el sinker más que la bola de cuatro costuras. Así es, obviamente, como los Cardinals de Dave Duncan y los Pirates de Ray Searage llegaron a la lista anterior, gracias a momentos felices por el sinker y con una bola muerta que les permitió arropar el contacto. Pero además, los equipos de los Giants de Bannister lanzaron rectas con menos frecuencia que nadie, tal vez, que nunca antes. De las 480 temporadas que suman los equipos desde 2008, los Cards de 2009-10 y los Bucs de 2014 encajan ambos en los primeros 156 de porcentaje de batazos fuertes (Hard%), que considera los cuatro costuras, sinkers y cutters como porcentaje de todos los lanzamientos realizados. Los Giants de 2023 ocupan el puesto 479, solo por delante de los Twins de la temporada de la pandemia en 2020. ¿En el puesto 478? Los Giants de 2022.

La leyenda de Bannister como gurú del pitcheo se remonta a la temporada de Zack Greinke en 2009 cuando ganó el premio Cy Young, en ese momento Bannister era su compañero de equipo, pero actuaba más como un entrenador de pitcheo personal del as de Kansas City. Sigue leyendo y podrás ver uno de sus mayores ajustes ese año: lanzar mucho menos cuatro costuras (negro), más sinkers (gris) y más sliders (rojo).

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Su reputación alcanzó su punto máximo cuando, trabajando para los Red Sox, media década después de que terminara su carrera como jugador, Bannister fue quien convenció a Rich Hill  para comenzar a lanzar curvas a un ritmo nunca antes visto. Siempre ha sido radical en lo que respecta a la combinación de lanzamientos, especialmente cuando se trata de la idea de que los lanzadores necesitan trabajar con algo más que su bola rápida.

“Simplemente reemplaza la palabra ‘bola rápida’ por ‘tu peor lanzamiento’”, relató Bannister haberles dicho a algunos lanzadores que se sienten obligados a usar su recta para dominar a sus oponentes. Prefiere que lancen su bola quebrada con más fuerza y ​​con más convicción, si es su mejor lanzamiento, y dejar que la recta sorprenda a los bateadores.

Desde su permanencia en Boston hasta que los Giants lo contrataron para ese nuevo puesto (oficialmente, Asesor Principal de Lanzadores, según la página de LinkedIn de Bannister; ¿quién, podríamos preguntarnos, está dando sabios consejos sobre bateo?), técnicamente Bannister nunca ha sido un coach de lanzadores en grandes ligas. Sin embargo, al igual que los ya mencionados Duncan y Searage (que vestían uniforme todos los días), parece ejercer tanto control sobre la forma en que actúan los lanzadores de sus equipos como cualquier coach de lanzadores en el beisbol. Las oficinas centrales se han vuelto tan buenas en la secuencia de lanzamientos, el diseño de lanzamientos, el refinamiento mecánico y otros, que prefieren ya no confiar los lanzadores a los coaches tradicionales, o al menos, adoptan un enfoque más corporativo, coherente y multinivel para implementar lo que quieren hacer, incluso si eventualmente podría marginar al coach de lanzadores oficial de la misma manera que el movimiento sabermétrico más amplio, eventualmente, marginó al manager.

Si no se materializa ningún intercambio entre ahora y el Día Inaugural, el nuevo alumno estrella de Bannister será uno cuyo perfil dependa tanto de la “bola rápida vertical” como cualquier otro en el béisbol. Los fanáticos de los White Sox podrían tener una idea inmediata de la agilidad de su nuevo renegado decano del pitcheo, porque realmente él es del tipo flexible, progresista que combinará los ajustes con su asimilación de nuevos datos, y si puede ayudar a un lanzador como Cease tanto como sea possible, lo hará como lo hizo con Logan Webb. De cualquier manera, es probable que los Sox sean muy distintos en su estilo de lanzar a cualquier otro equipo en 2024, porque el hombre que han traído para darle forma a ese estilo hace las cosas de manera diferente a cualquier otro en este deporte. Hace una década, las divisiones centrales eran dominios del sinker, con todo lo mejor del personal de esos equipos buscando que les batearan rodados y lanzando muchos envíos con poca velocidad. Ahora hay menos similitud. Los Twins y los Guardians se inclinan hacia los envíos de cuatro costuras tan marcadamente como cualquier equipo del béisbol. Los Cardinals todavía se apoyan mucho en los lanzamientos rápidos. Los White Sox están un poco solos esta vez, pero si no se sintieran cómodos con esa idea, no habrían contratado a Bannister.

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