keyboard_arrow_uptop
Image credit: © Jeff Curry-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

El juego que se ganó la mala reputación de ser perjudicialmente resistente a los cambios está, de repente, experimentando muchos a la vez. Esta semana, vamos a ver el comienzo de un octubre diferente a cualquier otro en la historia del béisbol. Me encantan las novedades, así que a pesar de mi predilección por las viejas costumbres (menos rondas, menos equipos, un crisol más caliente en septiembre para poner a prueba y templar a los contendientes), me encuentro deseando que arranquen los partidos.

Sin embargo, para captar realmente mi afecto, esta postemporada tiene que incluir cosas realmente extravagantes. No quiero que el partido se juegue de la misma manera que durante toda la temporada, ni siquiera en esta temporada que se distingue bastante de otras recientes. Estoy ansioso por ver casos concretos en los que los equipos (y los aficionados) sean creativos en su búsqueda de un campeonato.

El público hace uso del reloj

Probablemente sea bueno, en conjunto, que la introducción del reloj de lanzamientos no haya alterado tan radicalmente el propio béisbol como para hacernos esperar que las cosas se hagan de forma totalmente diferente a como se hacían antes. Aún así, me sorprende que no hayamos visto una mayor interacción entre la presión del tiempo del reloj de lanzamiento y la presencia obligatoria de una multitud local cuando un lanzador está en un aprieto.

Pero eso fue en la temporada regular. No sólo espero, sino que preveo que cuando las luces brillen un poco más y la presión inherente sea un poco mayor, algún público encontrará la forma de colarse en los pensamientos y la preparación de un lanzador y un receptor. Que la batería dependa ahora de un sistema de comunicación auditiva sólo debería facilitar las cosas. En algún momento de algunos de los próximos partidos, con corredores en base y el partido incluso potencialmente en la balanza, deberíamos ver cómo una multitud hace imposible que el lanzador o el receptor escuchen lo que su PitchCom está intentando transmitir. Ese es el primer nivel de impacto potencial.

Yo anhelo el nivel superior. Quiero ver a un lanzador luchando por recuperar el aliento y controlar el estrés de los corredores de base, sólo para que el público inicie una falsa cuenta atrás que va un par de segundos por delante del reloj real. ¿Es eso capaz de engañar a un lanzador para que lance antes de tiempo? No. Pueden ver el reloj desde su lugar en el montículo, al igual que un jugador de baloncesto o un mariscal de campo de fútbol americano. Aún así, hay un espacio entre ser engañado y no ser afectado en absoluto.

Otra posibilidad es que el público empiece con un estruendo bajo y aumente hasta convertirse en un rugido cuando el lanzador (o un bateador contrario; ¿cuál creemos que distraería más de esta forma en particular?) se prepara para lanzar. Esto se podría haber hecho antes en cualquier momento y, en ocasiones, se ha intentado a medias. Antes, sin embargo, un lanzador o un bateador siempre podía romper la tensión como una ramita. Un simple tiempo fuera, un paso fuera de la goma o uno fuera de la caja de bateo, tenía el poder de neutralizar todo el ambiente. Hasta esta temporada, el público estaba a merced de los jugadores, incluso si, ocasionalmente, un público hacía un esfuerzo tan concentrado y sincero que podía obligar a un jugador (por ejemplo, Johnny Cueto) a olvidar ese hecho. Ahora, a menudo no hay manera de salir de la vorágine para un jugador visitante, si los aficionados pueden crearlo en primer lugar. Filadelfia no fue un lugar divertido para ningún equipo visitante en la postemporada del año pasado. Con las nuevas reglas, podría ser un lugar infernal para jugar. Atlanta también parece emanar la energía adecuada entre sus aficionados para conseguirlo. Target Field es un gran entorno para ello, con la intimidad de su construcción.

La sustitución antirrobo en la receptoría

Creo que vamos a ver una revolución en la selección, entrenamiento y despliegue de los receptores, a partir de la próxima temporada. Todo el mundo anticipó algún impacto en la frecuencia y la tasa de éxito de los intentos de robo de base cuando se ampliaron las bases y el temporizador de lanzamientos trajo una limitación concomitante en los lanzamientos hacia las bases. Pocos podían prever que ambos efectos serían tan importantes.

En algún momento, esto tiene que cambiar el cálculo de un equipo sobre a quién quieren detrás del plato. El encuadre de los lanzamientos, la dirección del juego y otros aspectos sutiles de la posición siguen siendo importantes (aunque, ¿por cuánto tiempo más?). Sin embargo, congelar el juego de carrera del oponente ha pasado de ser una ocurrencia tardía a ser vital para la prevención de carreras. En algún momento de las ultimas fases de un partido (especialmente entonces, cuando esperas tener un lanzador que evite suficientes bates como para no depender mucho del encuadre u otras habilidades de recepción), algún equipo debería considerar traer a su catcher que tira mas fuerte, incluso si de otra forma no seria un factor en una noche determinada. Piensa en ello como un corredor contra los corredores emergentes.

No hay mucha separación entre el receptor principal y el suplente, en este sentido, para los Rays, los Phillies, los Twins, los Rangers o los Blue Jays. Otros posibles equipos de postemporada tienen diferencias moderadas. Pero las situaciones realmente intrigantes son las de Milwaukee, donde si Víctor Caratini comienza en tándem con Corbin Burnes (como lo ha hecho a menudo), la sustitución de William Contreras podría hacer una gran diferencia en la limitación de robos más tarde en ese juego. Dado que Contreras casi seguramente comenzaría ese juego como el bateador designado de los Brewers, hacer el cambio le costaría a Craig Counsell su bateador designado. ¿Lo haría? Yo creo que sí.

Los Marlins también tienen un hueco de buen tamaño: Jacob Stallings tira mucho mejor que Nick Fortes. Will Smith, de los Dodgers, tira mucho mejor que Austin Barnes, que podría ser titular cuando lo sea Clayton Kershaw. Sean Murphy, en caso de que alguna vez no sea titular por encima de Travis d’Arnaud en un partido determinado, sería un buen francotirador de última hora. Esto habría sido una locura incluso hace un año, pero hay un fuerte argumento para hacerlo ahora.

Todos tienen que correr mucho más

En la misma línea: los robos siguen siendo un área de ineficacia en este momento. Incluso al final de la temporada, los equipos no se han dado cuenta de que pueden y deben ser más agresivos de lo que han sido hasta ahora. Con una tasa global de éxito en robos de alrededor del 80%, puedes estar notablemente por debajo de la media, pero aún así aumentar tus expectativas de carrera iniciando a tus corredores. Alguien para quien las probabilidades de entrar en una serie no parecen buenas debería planear correr desaforadamente. Es una forma de aprovechar la varianza y (quizás) volcar las probabilidades a tu favor.

Los Diamondbacks son uno de los equipos más rápidos y eficientes robando bases en el béisbol. No tienen mucho espacio para subir los diales. Tampoco parece que vayan a estar a la altura en este aspecto, ya que los Phillies cuentan con dos de los mejores receptores del béisbol en términos de tiempo de explosión, J.T. Realmuto y Garrett Stubbs. Aún así, después de haber utilizado a sus mejores titulares para llegar hasta aquí, serán muy inferiores (todo lo inferiores que se puede ser en una serie al mejor de tres). Llevar al máximo su agresividad en las bases podría ser su camino para dar la sorpresa.

Los Marlins, sin embargo, van a estar perfectamente posicionados para intentarlo. Fueron 13º en la Liga Nacional en robos este año, con una plantilla lenta y poco atlética. Pero parte de eso fue que Jazz Chisholm Jr. se perdió un tiempo significativo, y parte de eso fue que habían adquirido alternativas lo suficientemente buenas como para no darle mucho tiempo de juego a Jon Berti. Con Luis Arráez cojeando, Berti vuelve a formar parte de la alineación del equipo. Chisholm vuelve a ser titular. Con su propia plantilla de lanzadores gravemente mermada por las lesiones, los peces deberían aprovechar cualquier oportunidad razonable para apostar por hacerse con 90 pies extra. Es la única forma de que tengan esperanzas de escapar de la ronda de Comodines.

Thank you for reading

This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.

Subscribe now
You need to be logged in to comment. Login or Subscribe