Traducido por Marco Gámez
Pocos fuera de Houston lamentaron la actuación de los Astros en 2025. Como probablemente sabes, Houston había aparecido en siete Series de Campeonato de la Liga Americana consecutivas entre 2017 y 2023, exhibiendo dos campeonatos sin controversias. Esa racha terminó en 2024, cuando aseguraron su cuarto campeonato consecutivo del Oeste de la Americana y su séptimo título divisional en ocho años. Naturalmente, el presidente de operaciones beisbolísticas Dana Brown y el titiritero propietario Jim Crane ya tenían la solución preparada: intercambiar a su mejor jugador, Kyle Tucker.
Las salidas adicionales de Alex Bregman, Yusei Kikuchi, Ryan Pressly, Justin Verlander y más no ayudaron; Christian Walker fue el único fichaje notable en la agencia libre, uniéndose a los recién llegados Isaac Paredes y Hayden Wesneski, adquiridos en el intercambio por Tucker. Restar por restar no lo hizo un mejor equipo, especialmente combinado con el declive general de una de las plantillas más viejas y propensas a lesiones de la liga. Después de capturar el Oeste con 88 victorias en 2024, Houston solo tuvo una victoria menos con respecto al año anterior, aunque su récord Pitagórico fue menor en siete triunfos. Aun así, la diferencia en el Oeste de la Americana fue de tres victorias, y Kyle Tucker tuvo 3.6 WARP el año pasado. Eso está un poco sesgado, ya que Paredes tuvo 1.7 WARP, aunque los jugadores de dos victorias son mucho menos comunes en la agencia libre que los de cuatro, y significativamente más baratos, así que el tema del artículo se mantiene: intentar un poco les habría dado mucho a los Astros el año pasado. Naturalmente, su conclusión después de ese resultado es aparentemente rendirse aún más a la caída libre que viene.
Quizás los Astros sorprendan a todos ganando la guerra de ofertas por uno (¡o más!) de los agentes libres más destacados, pero yo no apostaría por ello. Numerosos informes han indicado que la renuencia de Crane a gastar solo se redobló después de traer a Carlos Correa y su contrato en la fecha límite de cambios, además Jeff Passan señaló que “la reticencia de Crane a ofrecer acuerdos a largo plazo podría sacarlos de la puja por los lanzadores de más alto nivel”. La probabilidad incluso de acuerdos de nivel medio parece baja, dado que el dueño del equipo parece generalmente poco inclinado a pagar impuestos de lujo; antes de 2024, los Astros solo habían superado una vez el umbral más bajo del impuesto de lujo, y gracias a una interrupción en los pagos en 2020 ni siquiera tuvieron que pagar ese año. En 2024 Houston pagó alrededor de $6.5 millones en impuestos de lujo sobre una nómina para el impuesto del balance competitivo (CBT, por sus siglas en inglés) de $264 millones, aunque su nómina real al final del año fue unos $20 millones menor. Era evidente que no había para más gastos en las tarjetas después de eso, y la temporada pasada Houston recortó $20 millones en su nómina para el impuesto del balance competitivo y $15 millones en la real. No obstante, tendrán que pagar alrededor de $1 millón en impuestos de lujo en 2025. Lo sé, inaceptable. Recuérdame, ¿cuánto beneficio genera engañar para ganar un título de Serie Mundial apareciendo en una sola serie de postemporada? Ah, no importa.
Parece poco probable, en mi opinión, que Houston supere algún umbral del impuesto al lujo la próxima temporada. El primer nivel comenzará en $244 millones en 2026, o alrededor de medio millón menos que las obligaciones con el impuesto del balance competitivo de los Astros en 2025. Preocupantemente, después de contabilizar a los siete jugadores que ganarán $167.4 millones el próximo año y el resto de los compromisos del club en arbitraje, beneficios, etc., la nómina proyectada actual para el impuesto del balance competitivo de Houston según Cot’s es de $221.8 millones, y sus costos reales unos millones más. Eso implicaría un presupuesto máximo disponible de unos $20 millones, o quizás incluso menos dado que los salarios reales están superando los cálculos del impuesto al lujo, un cambio con respecto a los últimos años. Quizás eso pudiera ser suficiente, aunque el rendimiento reciente indica lo contrario.
A diferencia de la mayoría de las estadísticas, DRC y DRA han invertido las percepciones sobre los Astros de 2024, clasificando a Houston como el tercer mejor cuerpo de lanzadores y bajando su alineación hasta el 11.º lugar. Eso es parcialmente debido a Framber Valdéz, quien casi con certeza se marchará en la agencia libre y terminó apenas por debajo del líder del equipo, Hunter Brown, con 5.0 WARP. El tercer mejor lanzador de Houston por valor tuvo 1.2 WARP, y Brandon Walter se perderá toda la temporada de 2026 recuperándose de la cirugía Tommy John. En un barco similar está el único otro Astro que abrió más de tres juegos con un DRA- por debajo de 100, Hayden Wesneski, quien va por delante de Walter en el calendario de recuperación, pero probablemente no lo suficiente como para importar. Luis García se perderá todo el año tras su fallida primera cirugía Tommy John. Ronel Blanco también estará en la lista de lesionados durante casi todo o todo 2026. Jason Alexander (104 DRA-) se vio lo suficientemente consistente, pero esos son dos abridores útiles, y ninguna de las opciones restantes, Lance McCullers Jr., Spencer Arrighetti, AJ Blubaugh, Cristian Javier, Ryan Weiss, inspiran mucha confianza a estas alturas. Queda mucho talento en el cuerpo de relevistas, pero no sirve si los abridores no pueden llevar al equipo hasta allí. Dos grandes abridores y tres puestos armados con retazos que suman mediocridad, combinados con un ataque auténtico de relevistas, es un plan de rotación legítimamente bueno (al menos hasta octubre). Esto, sencillamente, no funciona con una sola estrella.
La ofensiva está envejeciendo. El contrato de Walker explotó en la cara de Houston, y aunque un repunte en los años dos y tres no sería sorprendente, pocos esperan que el jugador de 34 años vuelva a su forma de Arizona. Yordan Álvarez siempre ha sido un arma cuando está disponible, pero cada vez está menos disponible. Más allá del BD, ningún bateador de Houston tuvo un DRC+ por encima de 116. Es genial tener a nueve jugadores aportando al menos uno de WARP, pero el techo solo llega hasta cierto punto sin un jugador de tres victorias. Cualquiera entre Jeremy Peña, Yainer Díaz, Isaac Paredes o Jake Meyers podría ser ese jugador el próximo año, aunque ninguno ha superado ese umbral en sus carreras, y cada uno ha estado desde al menos 2022. Correa parece haber declinado más allá de ese punto, al igual que José Altuve, así que… ¿de quién van a venir esas tres victorias? No es que quedarse corto de una cifra arbitraria signifique que el éxito sea imposible, pero… sin avances enormes de una o más opciones en la rotación, el cuerpo de lanzadores no llevará a los Astros de 2026 como lo hizo (aunque no lo suficiente) en 2025. Es cierto que esta alineación tiene un piso muy alto, pero no hay mucha separación entre ese piso y el techo, y no está claro si eso realmente le da a este equipo suficiente espacio para sostenerse.
Esto es lo que pasa: ninguna dinastía dura para siempre, y fue gracias a los departamentos de desarrollo de jugadores de la última década que Houston pudo mantener esto funcionando por tanto tiempo. También es bastante claro que podrían mantenerlo por más tiempo; solo requeriría una inversión que Crane ya no está dispuesto a aportar. El aparato de prospectos está por debajo del promedio y gran parte de las realidades de la nómina de Houston para 2026 se mantienen para 2027; combinado con el hecho de que gran parte de su núcleo más joven ya está en años de arbitraje, existe el riesgo de un colapso verdadero en el horizonte, sin que los Astros tengan siquiera muchos jugadores de alta calidad para intercambiar cuando llegue ese día. Incluso con algo de dinero cubierto por los Twins, los Astros le deben a Correa $60 millones en los próximos tres años, y no se necesita un diagrama de flujo para ver cómo eso podría ser un problema para ellos.
Así es más o menos como Houston llegó a la posición que los convirtió en el peor equipo del béisbol durante cinco años, pero estoy seguro de que Crane diría que eso es lo que los pondría en posición luego para ser los mejores de la Liga durante los siguientes cinco. Cómo sentirme al respecto, no estoy tan seguro, pero debo señalar que los aficionados de los Astros soportaron mucho para llegar a esa posición la primera vez, y dado que el final de esta posición privilegiada actual podría retrasarse con una cantidad moderada de dinero, es probable que se sientan estafados. Probablemente nadie llorará por los fieles seguidores de Houston, pero Crane ha recibido siempre el apoyo de la afición, incluso mientras el resto de la Liga lo odia, y como John Henry aprendió recientemente, ese sentimiento puede cambiar.
Thank you for reading
This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.
Subscribe now