Traducido por Pepe Latorre
Cuántas veces has dicho al poco de terminar la temporada de béisbol de fantasía eso de debería haber elegido a este o aquel pelotero que sentí que estaba a punto de firmar una gran temporada. O algo parecido. Sé que yo lo he hecho bastantes veces y siempre lo dije con un regusto amargo en la boca porque era un recordatorio de oportunidades fallidas.
Justin Steele es unos de mis ejemplos personales. El 2 de septiembre de 2021, tuiteé: “lo dejo caer: Justin Steele será un muy buen lanzador de la MLB”.
Ese fue un tweet sobre Steele previo a su irrupción del 2021. Quería resumir lo bien que lo consideraba después de una serie de malas actuaciones que habían dejado algunos datos objetivos sobre su potencial. No estaba completamente seguro de que fuera a ser el lanzador sólido en que se ha convertido, pero no podía quitarme de la cabeza la idea de que pronto tendría éxito.
Y aún así, en cuántos equipos de Carlos en las ligas de fantasías de 2022 encontramos a Steele: en ninguno. ¡Maldición!
¿Por qué diablos no elegí a Steele en todas mis ligas si su coste era muy asequible? ¿Qué hizo que no lo escogiera en tantas ligas como fuera posible? Dicho sin rodeos, fui un cobarde.
Cada vez que me tocaba seleccionar a un pitcher zurdo parecía haber una opción “más segura” o alguien con un “techo más alto” que supuestamente tenía más sentido. Siempre encontré una buena excusa para justificar que me echara atrás. ¡Ay, doble maldición!
Lo curioso es que desde mi cuenta de Twitter recomendé a todos mis conocidos, a sus madres y a sus vecinos que eligieran a Steele pero yo mismo no pude asumir ese riesgo. ¿Por qué? ¿Quizás falta de confianza de alguna clase en mi análisis? En realidad no, fue algo peor, fue por ser demasiado racional.
El pensar de más y el simplificar todo mucho son los reversos malvados que devoran y destruyen la mayor parte de los análisis que se pueden encontrar online. En esta época en la que podemos hacer que nuestros pensamientos, disfrazados de análisis, estén fácilmente disponibles, es muy posible que todo análisis esté bajo la influencia de uno de estos dos problemas, o ambos.
Esta es una realidad que aprendí por las malas después de varios años compartiendo públicamente mis divagaciones, pero no fui plenamente consciente de ello hasta Justin Steele. Había hecho cálculos, investigaciones, análisis cualitativos y cuantitativos de todo tipo sobre Steele que respaldaban mejoras sustanciales en su rendimiento, pero siempre encontré alguna “razón” aparentemente buena para optar por alguna otra opción en el momento del draft. Siempre.
“¡Sólo tiene dos lanzamientos!” Sí, pero también Tyler Glasnow y es genial. “¡No lanza duro!” Bueno, no es necesario que lo hagas si tus presentaciones son lo suficientemente engañosas. Y sigue y sigue y sigue.
Me encontré razonando más allá de lo razonable, sobre racionalizando. ¡Y tres veces maldición!
Esto me llevó a tomar una decisión: nunca más. De cara al 2023 había hecho todos los análisis posibles con otro lanzador, y lo veía listo para firmar una temporada muy sólida. Se trataba de el ahora as de Pittsburgh, Mitch Keller. Lo seleccioné en todas las ligas que pude a un gran costo y aunque tuvo algunas irregularidades en su desempeño completo, fue de gran ayuda para mantenerme competitivo en casi todas partes.
He tomado una decisión sobre lo que significa para mí “instinto” en el béisbol de fantasía: si hiciste los deberes tu instinto te dirá si no estás pensando demasiado o simplificando demasiado. Algunas personas dirán que en realidad es la experiencia la que habla, y no voy a discutir.
Si piensas que algún pelotero tiene algo que parece subestimado (o sobrevalorado), no lo dejes ahí: profundiza en las estadísticas e investiga y respalda tu corazonada con datos, hechos e hipótesis. Si sus hallazgos siguen contándote la misma historia, no seas cobarde, continúa con tus decisiones y toma las decisiones que tenías al principio… a menos que quieras volver a lamentar sobre los “qué pasaría si” en octubre.
Por supuesto, nosotros siempre vamos a estar disponibles para ayudarte, lo que podría facilitar tu proceso de toma de decisiones. Pero no tengas miedo de confiar en tu propia experiencia, es la clave si quieres ser un buen jugador de fantasía.
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