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Image credit: Jessica Rapfogel-USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

El editor de Fantasía de esta publicación, Tim Jackson, me hizo una pregunta sobre bases robadas durante el fin de semana, la cual tiene una relevancia significativa para los drafts de 2023. La pregunta, esencialmente, era la siguiente:

¿Qué tan necesario será draftear un robador de bases de élite en el contexto de las nuevas reglas?

He abordado esto de forma tangencial al hablar de las nuevas reglas. Mi hipótesis actual es que es menos importante hacerlo por dos razones: habrá más opciones de alto nivel entre las que elegir; y las reglas harán que los robos sean más coyunturales, haciendo más difícil identificar qué jugadores se beneficiarán realmente.

El problema en este último caso es que no se puede decir que Jon Berti es rápido y robó más bases que todos los demás el año pasado, por lo que se va a beneficiar más que casi cualquier otro de las nuevas reglas. En totales netos, Berti probablemente se beneficiará más que, por ejemplo, Yordan Álvarez, pero como hemos visto anteriormente, todos los jugadores son lo suficientemente rápidos como para robar una base en la situación adecuada y hay muchos jugadores lo suficientemente rápidos como para ser exitosos regularmente.

Podría darse el caso de que los jugadores que están un paso por debajo de Berti en términos de velocidad acaben robando más, porque estos cambios son justo lo que necesitaban para aumentar su tasa de éxito por encima de los puntos de equilibrio y obtener la luz verde. Si los jugadores alcanzan a Berti mientras este se mantiene estable, su valor sigue disminuyendo porque su contribución no lo hace tan decisivo. También puede ser que simplemente se sienta más aleatorio. Como he escrito más de una vez en estas páginas, no todas las situaciones de bases robadas son iguales. Las consideraciones adicionales que se han añadido al juego de carrera no van a conferir la misma cantidad de beneficio a todos los jugadores en todo momento, sobre todo porque los equipos y los jugadores van a aprender sobre la marcha exactamente cuánto beneficio tienen.

Las restricciones del tiro a las bases y las almohadillas más grandes no son los únicos factores relevantes para dar a los jugadores un poco de jugo extra para tener éxito. Si los jugadores pueden calcular mejor el tiempo de sus despegues gracias al reloj de lanzamientos, es posible que veamos muchos más robos que surgen porque un jugador pudo despegar una décima de segundo antes. Este es el tipo de factor que podría estar fuertemente ligado al estado del juego y al propio lanzador, ya que vemos que algunos lanzadores se adaptan más eficazmente al control del juego de carrera bajo las nuevas restricciones, mientras que otros tienen dificultades.

No hay una manera grandilocuente de responder a esta pregunta, ya que no hay forma de saber qué harán los jugadores o los equipos para abordar situaciones siempre cambiantes. Si tengo razón y los robos se vuelven más dependientes de una situación particular, vamos a ser menos exactos al predecir el alcance de los beneficios. Sin embargo, lo que sí puedo hacer es observar a los jugadores más cercanos a las Grandes Ligas que jugaron con las nuevas reglas y determinar si eran los jugadores que cabía esperar que se beneficiaran.

Esto en sí es una tarea difícil porque Triple-A no ha tenido un medio ambiente consistente durante años. En 2020 no hubo temporada, en 2021 solo usaron las almohadillas grandes, y este año jugaron con las reglas que se usarán en las Mayores el próximo año. No creo que sea tan instructivo mirar hacia atrás en 2019 para determinar si un jugador “debería” haber robado un determinado número de bases en 2022, ya que esos jugadores han envejecido tres años y muy posiblemente habrían estado jugando en un nivel que no era ni remotamente comparable en términos de entorno del correr las bases.

Con esos factores en mente, reuní todas las temporadas de jugadores de al menos 100 apariciones al plato de 2021 y 2022 en Doble-A y Triple-A. Como no tenemos datos reales de oportunidades de robo de bases, calculé una versión rudimentaria simplemente sumando los sencillos, las bases por bolas y las bases por golpes como una aproximación a los tiempos en primera base. Esto, naturalmente, no será una coincidencia perfecta, ya que a) a veces un corredor está en la base por delante de estos jugadores, y b) sólo tiene en cuenta las oportunidades de robar la segunda, pero nos da una idea para estos fines. Luego dividí los intentos reales de robo de base entre mi número de proxy SBO para obtener un porcentaje de intento de robo de base (SBA%), una estadística que reconocerás si has leído Need for Speed.

Luego comparé esos números de SBA% de 2021 a 2022 para ver si los jugadores realmente aumentaron sus tasas, y si es así, por cuánto. Sólo utilicé a los jugadores que ya intentaban robar a una tasa del 5% en 2021 para ver cómo subían los auténticos ladrones de bases, y empecé con una comparación directa de Triple-A a Triple-A:

Como muestra la distribución relativamente equilibrada del gráfico, más jugadores aumentaron su porcentaje de intento de robo de base de una temporada a otra, pero no fue abrumador. De los 171 jugadores que aparecen aquí, 96 (56.1%) robaron más a menudo en 2022 bajo las reglas que la MLB utilizará la próxima temporada, y los 78 restantes corrieron con menos frecuencia. Eso es un indicador de que no son sólo los pocos ladrones de base de élite los que se ven afectados por esto, sin ser un impulso abrumador a nivel general.

A continuación, realicé la misma comparación con el conjunto de datos combinados de las temporadas de Doble-A y Triple-A, esta vez incluyendo también a los jugadores con un porcentaje de intentos inferior al 5%. Dado que en Doble-A sólo se utilizaron las reglas de cambio en 2021, no tenemos que preocuparnos mucho de que otras reglas influyan en esas cifras. Eso nos dio 583 temporadas de jugadores de al menos 100 apariciones al plato en ambos años. La proporción que mejora apenas se movió, permaneciendo en el 55.2%. Veinticinco de los jugadores restantes estaban simplemente en 0% en ambos años, de los 69 jugadores que no robaron en 2021, por lo que poco más de un tercio del grupo que nunca robó permaneció inmóvil por los cambios de reglas.

Solo un jugador pasó de cero a un SBA% de dos dígitos: el ex Pirata y ahora jugador de ligas menores de los Padres, Connor Kaiser, quien corrió un poco en su primera temporada profesional en 2018, apenas lo había hecho desde entonces, y luego fue escogido por los Padres en mayo después de que Pittsburgh lo liberó, y rápidamente intentó 10 robos en 54 juegos en Double-A San Antonio. Eso puede ser tanto la filosofía organizacional combinada con los cambios de reglas como cualquier otra cosa: San Antonio corrió más del doble de lo que hizo Triple-A Indianápolis la temporada anterior.

Eso proporciona algún tipo de respuesta a si los jugadores que no corren comenzarán a correr una cantidad significativa—probablemente no—así que ¿qué pasa con los jugadores que sí corren? Lo veremos en la siguiente entrega.

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