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Image credit: Orlando Ramirez - USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

Mientras la liga estaba ocupada calculando la pandemia, el conflicto laboral, una epidemia de ponches y media docena de otros problemas, se estaba desarrollando una tendencia extraña y subestimada. El promedio de bateo en bolas en juego, que se había mantenido estable entre 2013 y 2017, cayó de .300 (en 2017) a .292 (en 2020). La caída del BABIP en 2020 podría desestimarse debido a un tamaño de muestra pequeño, una extraña anomalía de la temporada. Nada del año pasado fue típico. Pero tras más de un cuarto de temporada en 2021, BABIP no solo es bajo, ha caído incluso en comparación con el año pasado y actualmente se encuentra en la marca más baja (.289) desde 1992.

Aunque, es difícil de comprobar con certeza absoluta, las tácticas defensivas mejoradas parecen ser parcialmente culpables de la caída histórica de BABIP. Justo cuando el promedio de bateo ha descendido, los equipos parecen haber estado reposicionando a sus fildeadores en todo el campo de juego, haciendo retroceder casi todas las posiciones unos pasos. Las posiciones que más retrocedieron — tercera base y jardineros centrales — parecen ser responsables de casi toda la disminución de BABIP en los últimos años.

He escrito antes sobre un tipo de mejora de la colocación defensiva. Desde 2015, seis equipos adoptaron la táctica bastante obvia de mover a sus jardineros hacia la izquierda o hacia la derecha dependiendo de la mano dominante del bateador. Este extraño truco se asoció con una reducción, en promedio, de 10 puntos en el BABIP general en las pelotas bateadas hacia los jardines.

Pero hay más en la colocación defensiva que ajustar a los fildeadores con respecto a los bateadores que halan la pelota. Desafortunadamente, estamos muy limitados en cuanto a lo que se puede averiguar con las estadísticas públicas disponibles. Sin embargo, hay otra métrica disponible. Aunque Statcast no publica información sobre la posición de los bateadores en cada jugada, Baseball Savant presenta la profundidad promedio de cada jugador en el campo.

Es difícil saber qué tan confiables son estos datos de un juego a otro, pero agregarlos durante temporadas completas protege contra algunas formas de error: es poco probable que un promedio de cientos de miles de jugadas se vea influido por un puñado de mediciones anormales. Al recopilar estos promedios cada año desde 2015, es posible ver cómo ha evolucionado la colocación defensiva en general de la liga desde entonces. Este gráfico muestra el cambio en la profundidad promedio, en pies, por posición, desde 2015.

La mayoría de las posiciones se han movido seis pies (1.83 metros) o menos. Los primera base apenas se han movido, lo que tiene sentido ya que ellos son los que están más anclados a la almohadilla. Solo dos posiciones han cambiado hasta ocho pies (2.5 metros): tercera base y jardín central. Los jardineros centrales son los que más se han movido, desplazándose hacia la pared 11 pies enteros (3.35 metros).

Los tercera base también han retrocedido progresivamente desde 2015, de 110 pies (33.5 metros) a 118 (36 metros). Este cambio de ubicación no es producto del ajuste defensivo. Incluso en jugadas sin ajuste defensivo, los 3B han retrocedido 10 pies (3 metros) desde 2015. Los jardineros centrales tienen la mayor variación hacia atrás de cualquier posición, por un margen bastante amplio. Han retrocedido unos 12 pies (3.66 metros) desde 2015.

¿Han funcionado estos cambios? Los datos sugieren que la defensa de los jardines ha mejorado significativamente desde 2015. BABIP ha bajado en los batazos en línea y en los batazos elevados a los jardines. Las bolas bateadas que solían convertirse en hits se están convirtiendo en outs. Pero vayamos más allá del rendimiento general.

Si las mejoras de colocación defensiva son realmente las culpables por parte de la caída en BABIP, deberíamos esperar que las dos posiciones que más cambiaron tuvieran algunas de las mayores mejoras en la eficiencia defensiva. De hecho, el cambio real es aún más sorprendente: en las bolas que se batearon hacia los antesalistas y hacia los jardineros centrales se ha reducido casi 40 puntos BABIP desde 2017 (y 40 puntos de wOBA). Las pelotas bateadas hacia cualquier otra posición en el campo apenas han provocado cambios durante el mismo, aumentando BABIP en .003 y wOBA en .006. Las dos posiciones con los mayores cambios en su colocación son responsables de casi toda la mejora en la defensa desde 2015 (Vale la pena señalar que la velocidad de salida ha aumentado en este período, por lo que, en general, las bolas bateadas se han vuelto un poco más difíciles de atrapar)

Los equipos que tendemos a considerar como los más avanzados en cuanto a sabermetría se refiere tienen jardineros que juegan más profundamente y, en especial, los jardineros centrales. Los Astros hicieron retroceder a sus jardineros centrales 16 pies (4.88 metros) y a sus jardineros derecho e izquierdo 13 (3.96 metros) y 14 pies (4.26 metros). Los A’s juegan con todos sus jardineros movidos más de 300 pies (91.44 metros) hacia atrás, mientras que el jardinero izquierdo y el derecho de la mayoría de los equipos promedian 290 pies (88 metros), a pesar de que las paredes no están mucho más lejos del plato que un estadio de béisbol típico. Los siempre contracorriente Rays de nuevo se movieron contra la tendencia, acercando a sus jardineros centrales unos ocho pies (2.5 metros) desde 2015; aun así todavía están por encima del promedio en comparación con el resto de la liga, a pesar de decirles que se acercaran.

Una vez que comienzas a detallar a los equipos individualmente, los detalles de quién está jugando en qué posiciones y qué tan rápido son se vuelven mucho más importantes. Por ejemplo, los Rays han tenido al defensivamente excelente  Kevin Kiermaier cubriendo el jardín central durante la mayor parte de la última década; ¿Se debe su trayectoria anormal a la velocidad aun excepcional de Kiermaier? ¿O la ubicación defensiva adelantada de los Rays ayuda a explicar por qué Kiermaier puntúa tan bien de forma constante en la mayoría de las métricas defensivas?

Separar la gallina del huevo se vuelve casi imposible para cualquier equipo. Pero en toda la liga, no hay suficientes jugadores inusuales para explicar por qué los jardineros centrales y los antesalistas fueron empujados varios pasos hacia atrás. Esa fue probablemente una elección estratégica, que condujo a una mejora masiva en BABIP para estas dos posiciones específicas.

Este hallazgo nos deja con más preguntas que respuestas. Si todas las posiciones defensivas se movieron hacia atrás, ¿por qué los defensores de tercera base y los jardineros centrales se movieron mucho más atrás? ¿Qué hizo que su colocación defensiva fuera especialmente flexible y por qué su eficacia mejoró mucho más que la de otros jugadores? Además, ¿la mejora de la colocación defensiva fue la causa o simplemente una correlación? Se necesita más investigación y mejores datos para responder a estas preguntas, así como un enfoque que vaya más allá al examinar el destino de cada bola bateada en función de su velocidad, ángulo y dirección. En el artículo de la próxima semana, intentaré dar un paso más y aislar qué bolas bateadas que solían ser hits ahora son outs, y qué nos puede decir eso sobre cómo la liga ha adaptado sus defensas.

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