
Traducido por José M. Hernández Lagunes
Se decretó en las antiguas escrituras Sabermétricas que el porcentaje de embase es una de las estadísticas más importantes. Incluso en la era de las mentiras (antes de la sabermetría), nuestros antepasados lo sabían hasta cierto punto sin necesidad de nombrarlo. El porcentaje de embasado promedio de todos los MVP de la Liga Americana/Liga Nacional es de .411 (excluyendo a los lanzadores que no sean Shohei Ohtani).
El porcentaje de embasado más bajo para cualquier jugador que haya ganado el MVP fue el de Zoilo Versalles, de .319, para los Twins de 1965, pero no es uno de esos jugadores que se preguntan “¿En qué estaban pensando?”. Versalles ganó Guante de Oro jugando las paradas cortas y lideró la Liga en dobles, triples, bases totales y rWAR, aunque, por supuesto, en ese momento no lo sabían. Además, el porcentaje de embasado promedio de la MLB en 1965 fue de .311, y el promedio de Versalles era ocho puntos superior. No le perjudicó ser el mejor jugador de un equipo de Minnesota que pasó de obtener récord de 79-83 el año anterior a 102-60 y ganar el banderín. Versalles nunca repitió un año ni cercano a su temporada de MVP, pero se ganó el premio haciendo todo lo que un jugador puede hacer, excepto embasarse.
Si disculpamos la diferencia en las posiciones defensivas, Pete Crow-Armstrong está jugando una temporada como la de Versalles en 1965, solo que aún más extrema. Su porcentaje de embasado ronda los .300, y al momento de escribir esto es de .299. Eso no es ni de lejos lo suficientemente bueno como para estar en la conversación de MVP: está 17 puntos por debajo del promedio de la MLB de 2025, 20 puntos por debajo del más bajo de la historia para un MVP y 112 puntos por debajo del porcentaje de embase promedio para un MVP. Sin embargo, tiene buenas posibilidades de ganar el premio porque sobresale en todo menos embasarse.
Le ocurren muchas cosas positivas cuando conecta. Su velocidad de salida es regular, pero es uno de los mejores del béisbol generando elevados jalados. Su tasa de elevados jalados del 18.1% está en el percentil 95, y como resultado, 24 de sus 27 cuadrangulares han sido del lado del jale, con dos al centro y uno al opuesto. Los elevados jalados le ayudan a sacar el máximo provecho de su swing gracias a su potencia bruta ligeramente superior a la media.
También mejora su porcentaje de slugging al usar su velocidad de 29.6 ft/s para convertir sencillos en dobles, y lidera la Liga Nacional con 32 de ellos. Este majestuoso doblete fue un rodado con una distancia estimada del bate de 13.7 metros, y fue uno de los dos dobles que conectó ese día en los que el primer fildeador en tocar la pelota fue el segunda base:
Este es un ejemplo de PCA saliendo de la caja con celeridad cuando la mayoría de otros jugadores se habrían detenido en primera o habrían sido atrapados en segunda:
Este doblete le valió una carrera impulsada porque el corredor que estaba delante de él se detuvo originalmente en tercera y luego corrió hacia el plato cuando el tiro fue a la intermedia:
En total, 20 de sus 32 dobletes recorrieron 233 pies o menos, seis de ellos fueron inferiores a los 100 pies, y uno de ellos fue un roletazo que picó en el plato. Su habilidad para convertir sencillos en dobles y sus 30 robos en 36 intentos lo colocan entre los mejores corredores de bases, y está empatado en el séptimo lugar de la MLB en DRB (Carreras Merecidas en las Bases por sus siglas en inglés).
Pero el verdadero espectáculo radica en su defensa, como lo fue para Versalles en 1965. Ocupa el tercer lugar en la MLB en DRP con 12.0, detrás de Patrick Bailey (15.2) y Corbin Carroll (12.1), pero Carroll juega en una esquina, y los mejores momentos de Bailey enmarcando lanzamientos no son tan atractivos como esto:
Esa línea tenía una probabilidad de atrapada inferior al 5 %. Lo mismo ocurre con esta bola al callejón del derecho, que el jardinero central no debería haber llegado:
En jugadas con una probabilidad de atrapada del 0-25%, que Statcast considera oportunidades de cinco estrellas, ha atrapado 14 de 22 bolas bateadas, o un 63.6%. Ningún otro jardinero calificado supera el 40%, y la mediana es del 5.3%. Es un candidato seguro para el Guante de Oro y un fuerte contendiente para el Guante de Platino.
La principal desventaja de su juego es su porcentaje de embasado, y solo tiene 21 bases por bolas en 497 apariciones al plato. Su tasa de bases por bolas del 4.2% es la cuarta más baja en la MLB entre los bateadores calificados. No suele concederse la oportunidad de recibir bases por bolas porque termina su aparición al plato antes de tener la oportunidad. Solo 98 de los 1,770 lanzamientos que ha visto este año han sido en conteo de tres bolas. Abanicó 64 de esos 98 lanzamientos en conteo de tres bolas, a pesar de que 25 de ellos estaban fuera de la zona de strike. Aquí hay un ejemplo de él abanicando una bola obvia en cuenta de 3-1 y conectándola de foul. Se ponchó más tarde en el turno al bate:
PCA entra a la caja listo para batear, y batear es exactamente lo que hace. Su tasa de swing general del 60% lidera a todos los jugadores calificados. Su %Swing-O del 46.5% es el tercero en la MLB, y su %Swing-Z del 80% es el cuarto. Sus tasas de contacto no son terribles, pero es imposible conseguir suficientes bases por bolas cuando rara vez llega a conteos profundos.
Crow-Armstrong lidera la Liga Nacional con un rWAR de 6.3, lo cual es muy importante en la votación al Jugador Más Valioso (MVP). ¿Realmente merece el MVP? No, según nuestras métricas. Está empatado en el séptimo lugar de la Liga Nacional en WARP para jugadores de posición con 4.4. Estos son los jugadores por encima de él, que deberían considerarse su principal competencia:
- Shohei Ohtani, 6.9 WARP: Para ser claros, Ohtani es el campeón de peso pesado del MVP, y Crow-Armstrong es el retador. Si gana este año, será su tercer MVP consecutivo y el cuarto en cinco años. Esto puede jugar en su contra, ya que los votantes a veces se cansan de elegir al mismo jugador todos los años, sin importar si lo merece o no. Si los Dodgers no superan a los Padres en la División Oeste de la Liga Nacional, eso también perjudicará sus posibilidades.
- Juan Soto, 4.9 WARP: Los fanáticos de los Mets hicieron lo que les gusta hacer: odiar instantáneamente un fichaje importante y destrozarlo con base en una pequeña muestra al principio de la temporada. Está jugando una segunda mitad espectacular, pero podría no ser suficiente para superar la primera impresión de principios de temporada y volver a la contienda por el MVP.
- Fernando Tatis Jr., 4.8 WARP: El WARP de Tatis se ve impulsado por sus excepcionales métricas defensivas en el jardín derecho, que probablemente no influirán en la votación del MVP. Si los Padres logran remontar al líder, podría empezar a ser considerado un candidato más serio en las próximas semanas, pero eso aún no ha sucedido.
- Corbin Carroll, 4.7 WARP: Es difícil imaginar a un jugador de los Diamondbacks llevándose el MVP en un campo abarrotado cuando fueron vendedores en la fecha límite.
- Kyle Schwarber, 4.6 WARP: Si algún bateador designado va a ganar el MVP, ese será Ohtani.
- Pete Alonso, 4.5 WARP: Un jugador como Alonso no puede ganar el premio cuando apenas es quinto en la Liga en cuadrangulares.
- Geraldo Perdomo, 4.4 WARP: Aunque no lo creas, Perdomo está empatado con Crow-Armstrong en WARP. Eso es lo que puede hacer un porcentaje de embasado de .385.
Sin ánimo de menospreciar a Perdomo, quien está teniendo un año excelente, no está ni cerca de ser elegido MVP, y Crow-Armstrong ha estado a su altura en cuanto a valor total. Un porcentaje de embasado de .299 es un factor determinante para su WARP cuando su mayor competidor es un bateador de .283/.392/.626, que lidera la Liga con 43 cuadrangulares y un OPS de 1.018, y tiene una efectividad de 3.47 en nueve aperturas, ponchando a 32 de 96 bateadores rivales.
Sin embargo, los votantes no siempre eligen al mejor jugador. Crow-Armstrong tiene una oportunidad legítima de ganar el MVP con el porcentaje de embase más bajo de la historia, pero le ayudará si logra superar la línea de .300.
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