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Image credit: Thomas Shea - USA TODAY Sports

Traducido por Pepe Latorre

ANTECEDENTES

Hace ya algún tiempo, Travis d’Arnaud fue un muy buen novato que nunca pudo estar a la altura de lo que los Mets esperaban de él. También generó bastante frustración en las ligas de fantasía. Siempre se ponchó poco, pero no bateó para promedio ni fue capaz de aprovechar su poder. Además, nunca jugó lo suficiente como para ser valioso en estadísticas acumulativas. Después de que una cirugía Tommy John lo dejase fuera de los terrenos durante casi todo el 2018, los Mets cortaron a d’Arnaud a principios de 2019. No duró mucho con los Dodgers y finalmente acabó en los Rays.

No parecía que las cosas estuvieran yendo mejor en Tampa, hasta que llegó junio. En ese momento d’Arnaud se calentó y acumuló un 1.022 de OPS durante los siguientes dos meses. Pego 13 cuadrangulares en 37 juegos. Finalmente, acabó volviendo a niveles que se acercaban más a su versión de los Mets durante el resto de la campaña, pero lo visto le bastó a Atlanta para convertirlo en uno de sus dos receptores. Le dieron un contrato de dos años durante la temporada muerta.

LO QUE FUE BIEN EN 2020

Ha sido su mejor campaña hasta la fecha. Dejó destellos que incluyen un .919 de OPS, un promedio de .322 y nueve bambinazos. Además, disputó casi el 75% de los partidos de Atlanta, dándole una ventaja considerable sobre el resto de los receptores de la liga. Han confiado en él lo suficiente como para darle seis titularidades como BD además de sus juegos en la receptoría.

Statcast respalda sus resultados. El receptor de Atlanta ha hecho más contactos duros que ningún otro pelotero. Ha estado en el percentil 98 en velocidad de salida promedio y en el 90 en xSLG y xwOBA. Ha conectado jonrones mucho más profundos que en temporadas anteriores. La diferencia en este 2020 ha sido que ha conectado en ángulos de bateo ideales con una consistencia que no había tenido antes.

El ex novato de los Mets parece más decisivo en el cajón, lo que podría estar ayudándole a generar más contactos duros. En 2019 la caída de su pierna al batear era menos pronunciada y se producía más tarde con respecto al lanzamiento. En este año d’Arnaud está levantando su pierna antes y apoyándola con más firmeza, lo que parece que mejora la aportación de tronco inferior.

La amenaza que supone le ha garantizado un rol importante en la ofensiva de Atlanta. Es raro verlo por debajo de la quinta posición de la alineación, lo que le ha valido para liderar la liga en carreras impulsadas entre los receptores.

LO QUE FUE MAL EN 2020

El aumento de poder ha tenido un coste, d’Arnaud ha abanicado con fallo más que nunca. Agrandó la zona, pero hizo menos contacto. El resultado fue alcanzar un porcentaje de strikes del 27.1%, el más alto de su carrera.

Su abanicaje de 14.3% no significa que no pueda replicar esta actuación. Hay que recordar que Eloy Jiménez tuvo unos números similares. Sí significa, sin embargo, que será difícil repetir un promedio alto si no mantiene un contacto excelente en los batazos que consigue poner en juego. La variación en la caída de la pierna que se han comentado anteriormente puede significar un contacto más duro, pero esos ajustes también obligan a d’Arnaud a comprometerse antes, lo que probablemente contribuya a perseguir más lanzamientos y fallar más.

Su DRC+ no ha visto un gran incremento. Con 110, d’Arnaud ha sido un bateador por encima del promedio y bastante bueno si tenemos en cuenta que es un receptor, pero no pasa de ser un bate notable. Solo experimentó una subida de seis puntos con respecto al 2019. Su 2015 sigue siendo su mejor actuación ofensiva en términos de DRC+. D’Arnaud tiene una larga historia de malos resultados en las bolas que pone en juego. 2020 fue la primera vez en que vimos como su BABIP se iba por encima del .300… y del .400. Sin embargo, a lo largo de su carrera acumula un .280. Si al asunto del BABIP le sumamos el hecho de que el DRC+ tiende a aplicar regresiones a la media en muestras pequeñas, entendemos porque d’Arnaud no ha vuelto a resultar atractivo para la fórmula.

El receptor también es un corredor muy limitado en estos momentos, y resulta complicado que a los 31 años vaya a mejorar algo. No es algo ni sorprendente ni inusual para un catcher, pero es que solo ha sido capaz de anotar 19 carreras a pesar de un OBP alto y haber jugado bastante. En un defecto pequeño para una temporada que ha sido buena en todo lo demás, pero es algo que coloca a d’Arnaud muy por detrás de otros receptores que son muy buenos corredores, como por ejemplo: J.T. Realmuto, Will Smith o Willson Contreras.

EL MÁS ALLÁ

¿Hay motivos para creer que la mejora ofensiva de d’Arnaud continuará o habrá un bajón motivado por la regresión de BABIP a la media?

Uno de los principales motivos del mal BABIP de d’Arnaud era que bateaba globos elevadísimos que no iban demasiado lejos. En su peor temporada estuvo en torno al 20%, lo que se tradujo en muchos outs fáciles. En esta campaña ha sido capaz de rebajar esa cifra hasta el 2.9% y aún no ha sido eliminado con un globo en lo que llevamos de playoffs. Si el cambio en su mecánica va a suponer un cambio permanente, entonces podemos esperar un promedio que se mueva en el .250. La vuelta de esos globos, combinada con una mayor tendencia a poncharse, sería catastrófico para su promedio. El poder, al menos, parece real y si juega lo suficiente parece capaz de ser un receptor con potencial para más de 25 cuadrangulares.

Lo que Atlanta haga en la temporada muerta será crucial en términos de tiempo de juego. Aunque Tyler Flowers será agente libre, tanto Alex Jackson como William Contreras están listos para recibir y el equipo ha demostrado que prefiere dividir las responsabilidades entre dos receptores para mantenerlos frescos en defensa. Con Marcell Ozuna convirtiéndose también en agente libre, Atlanta podría apostar por un DH más flexible, lo que permitiría a d’Arnaud jugar en esa posición en las ocasiones en que no recibiera. Incluso volver a hacerse con Ozuna (o alguien similar que al menos pueda fildear con cierta regularidad) permitiría esa flexibilidad. Pero en tanto y cuanto que Ozuna se está haciendo mayor y llegan jardineros jóvenes y atléticos, como Drew Waters, una renovación de Ozuna perjudicaría a d’Arnaud.

En cualquier caso, y viendo como está marchando la postemporada, Atlanta debería sentirse muy a gusto con d’Arnaud siendo una de las opciones para el DH en 2021. Y eso deberían de ser buenas noticias para aquellos que se hagan con él en las Ligas de fantasía.

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