Traducido por Pepe Latorre
Todos los equipos se ven afectados por la suspensión de la temporada 2020 provocada por la pandemia. Esta serie examina los equipos que se verían más afectados en el diamante por una temporada perdida (no una temporada acortada), y a dónde podrían ir a partir de entonces.
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No hay beneficiados en una temporada sin juegos y sin desarrollo de jugadores. Es algo que perjudica a todas las franquicias, pero para los Diamondbacks los costes de un 2020 perdido podrían ser mayores que para el resto.
El contexto
Este artículo no es sobre los Los Ángeles Dodgers, pero cualquier discusión sobre la División Oeste de la Liga Nacional es, en cierta manera, sobre los Dodgers. Los Chicos de Azul llevan siete años dominando la división y el fin de su reinado no parece cerca.
Un presupuesto elevado, un núcleo de jugadores talentosos y unos de los mejores sistemas de granjas les ha permitido construir una supremacía duradera. Romperla en 2020 es tan probable como ver un partido de MLB esta noche. El resto de los equipos de la división están luchando por el segundo puesto.
Se podría decir que los Diamondbacks habían hecho todo lo posible por ser ese aspirante. Es cierto que en poco menos de media temporada han perdido a Paul Goldschmidt, Zack Greinke, Patrick Corbin y A.J. Pollock, pero a pesar de esas bajas los D-backs no están desprovistos de talento. Poseen un buen sistema de granjas y habían decidido seguir luchando por la postemporada.
Según PECOTA sus esfuerzos por luchar por los playoffs solo habían servido para colocarlos como el noveno equipo de la Liga Nacional con más opciones de alcanzar octubre, aunque a solo cinco victorias de hacerse con el último puesto que da acceso a la postemporada. Dos buenas rachas por aquí, un buen mes por allá y pum. ¡Estás dentro!
No les fue fácil conformar el equipo. Tuvieron que juntar un bloque competitivo y al mismo tiempo mantenerse dentro de sus limitaciones salariales. ¿Habrá sido todo en vano?
La plantilla
Madison Bumgarner: hacerse con un abridor de primer nivel durante el pasado invierno no estaba entre las prioridades de Arizona. MadBum les cayó de la nada. No es que los D-backs no necesitaran ayuda en el pitcheo, el dinero es lo que parecía un problema. Pero antes incluso de que bajaran las tasas de interés y el precio del barril de petróleo, el propio Bumgarner se prestó a aceptar un contrato en diferido. El razonamiento fue sencillo: menos dinero ahora para el Sr. Bumgarner, pero la posibilidad de construir un equipo competitivo. El ex as no dudo y firmó un contrato con un salario de solo $6 millones en 2020 pero que aumenta en los años siguientes. Lo ahorrado en el corto plazo se invirtió en otras cosas, aún estamos lejos de saber si ha merecido la pena.
Robbie Ray: frustración es la palabra que viene la mente cuando se habla de Ray. En una misma salida mezcla fallos clamorosos con momentos en lo que lo hace todo bien. En 2020, siempre y cuando pueda lanzar, tiene incentivos de sobra para demostrar que puede ser consistente. El zurdo saldrá a la agencia libre el próximo invierno y de momento los D-backs no han hablado públicamente de una extensión. En su último arbitraje vimos todo lo que el equipo estaba dispuesto a ofrecer por él, si en 2020 hay dudas podría ser el fin del enfoque año a año con Ray.
Ketel Marte: Goldschmidt siempre estaba entre los candidatos a hacerse con el MVP en el Valle del Sol (Valley of the Sun en inglés y que corresponde a los alrededores de Phoenix). Parecía que su marcha dejaría un hueco del tamaño de un saguaro (especie de cactus que llega a medir hasta 12 metros) en la alineación. A Marte no le afectó. Firmó una extensión muy favorable para el equipo en 2018 (va a ganar $4 millones en 2020). Una auténtica ganga por una estrella en ciernes que destaca por su versatilidad. Los Diamondbacks han sido muy dados a llegar a este tipo de acuerdos para subvencionar su plantilla (lo hicieron con Goldschmidt). Perder un año del mejor Marte pagado a precio de relevista medio sería una desgracia.
Starling Marte: una fiesta de Marte es más divertida con dos Martes, y este, Starling, ha sido el protagonista del gran traspaso invernal de los D-backs. No fue barato. Para hacerse con el ex de los Pirates, Arizona dio a dos de sus novatos más talentosos. Liover Peguero tiene las herramientas necesarias para ser un pelotero superior a la media. Brennan Malone es un lanzador diestro y joven que lanza muy duro, posee buenos lanzamientos secundarios y tiene opciones de convertirse en un abridor de garantías. Esto es lo que han tenido que dar por Marte y los dos años de contrato que le quedan. Si pierden uno de ellos lo único que les quedará a los D-backs será un año de un jardinero centro veterano que le ha costado por dos.
Christian Walker, Carson Kelly y Luke Weaver: ¿Hemos mencionado ya conceptos como costes, presupuesto y subvencionar? Seguro, los Diamondbacks son bastante tacaños. Pero para ser tacaño y competir con los mejores en la Oeste de la Nacional hace falta exprimir al máximo las posibilidades que ofrece el sistema de pago de nóminas de la MLB. Walker, Kelly y Weaver son claves en este aspecto. Sus roles son muy importantes en el equipo y 2020 es el último año en que cobrarán el mínimo ¿Perder una temporada a ese precio en un mercado pequeño? Los Diamondbacks van a perder lo ahorrado en este trío si no hay 2020.
Andrew Chafin: Ahora que no nos oye nadie voy a decir que Chafin ha sido uno de los mejores setup men de los últimos tres años. Seguramente no os habréis enterado, pero el zurdo del bigote ha sido la única pieza fija de un bullpen de los D-backs muy dado a cambios y reconfiguraciones. El relevista clave se enfrentaba a una temporada complicada por la introducción de la norma de que todo lanzador debe enfrentar a un mínimo de tres bateadores, pero es que además será agente libre el año que viene. El seguro del bullpen podría estar en su última temporada con la franquicia del desierto.
El futuro
Los Diamondbacks hicieron todo lo posible para cuadrar salarios y plantilla de tal manera que les diera la opción de competir por los playoffs en 2020. Si la temporada se suspende completamente las opciones del equipo no desaparecerán, sino que seguirá compitiendo. Lo primero y más importante será reemplazar a Ray, algo que seguramente podrán hacer. Se ahorrarán su contrato, el de Jake Lamb, probablemente el de Mike Leake y el de un desparecido como Yasmany Tomás. Van a tener dinero para invertir y tienen talento suficiente para competir en la Liga Nacional en 2021.
El sistema de granjas de la organización tiene mucho talento en el nivel A. Perder la temporada (como se espera) haría mucho daño. Una cosa es tener inercia cuando eres un adolescente, y otra cosa mantenerlo lejos de las instalaciones del equipo, complejos y estadios de las menores. También resulta difícil imaginar a, por ejemplo, Alek Thomas, debutando en las Mayores en 2021 después de un año perdido. Lo mismo sucede con Kristian Robinson y Corbin Carroll, mientras que Blake Walston, una primera ronda del 2019, lanzó muy poco después de fichar y parece condenado a pasar una temporada entrenando en casa. Corbin Martin podrá usar el año para terminar de recuperarse de la Tommy John, pero qué hará J.B. Bukauskas mientras tanto para mejorar su control. ¿Y podrá Daulton Varsho convertirse en un receptor lo suficientemente bueno sin el trabajo constante y repetitivo que hace falta detrás del plato? Parece difícil que una temporada perdida en las Menores vaya a ayudar al futuro del equipo, una lástima por la importancia relativa de lo que estaba sucediendo en los niveles por debajo de las Mayores.
Si no se juega en 2020, cada equipo perderá a su manera. Sin embargo, es probable que ninguno hubiera sorteado tantos obstáculos como Arizona para competir en 2020. Perder el año será bastante perjudicial para el futuro de los Diamondbacks, y hará que sea aún más difícil derrotar a esos Dodgers de Los Ángeles.
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