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Image credit: Tommy Gilligan-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

La semana pasada, la MLB y su Sindicato de Jugadores (MLBPA por sus siglas en inglés) llegaron a un acuerdo de amplio alcance sobre el retraso y la posible cancelación de la temporada 2020 debido a la pandemia del COVID-19. Craig Goldstein detalló el viernes las implicaciones del tiempo de servicio de ese acuerdo. El pacto fue, en gran medida, una victoria para jugadores veteranos, y de hecho, el miembro del comité ejecutivo de la MLBPA Andrew Miller señaló a Ken Rosenthal y Evan Drellich de The Athletic que “el tiempo de servicio era el tema vital para nosotros”.

Por supuesto, hubo perdedores creados para obtener su gran victoria en ese asunto vital. Los mayores perdedores aquí, con mucho, son los jugadores amateurs elegibles para ser seleccionados en los próximos dos drafts.

Los cambios más llamativos y oportunos son para el draft de 2020, actualmente programado para realizarse entre el 10 y el 12 de junio. La MLB se ganó el derecho de acortar el draft a tan sólo cinco rondas y retrasarlo hasta mediados de julio, a su discreción. También aseguró una estructura de pago diferido para las bonificaciones de más de $100,000 dólares, con la mitad del resto a ser abonado en 2021 y la otra mitad en 2022. Y para el tiro de gracia, el valor de las posiciones para los jugadores sin reclutar se ha reducido de $125,000 a $20,000 dólares, aunque habrá muchos más jugadores sin reclutar.

De primeras, puedes esbozar una justificación para todo esto: la búsqueda de reclutas para el 2020 se interrumpió igual que en el resto del mundo, y es posible que no haya mucho—o nada—de temporada de ligas menores en 2020 para que jueguen los nuevos reclutas.

Aquí hay un secretillo sucio: la mayor parte del trabajo de scouting para el draft 2020 ya estaba hecho. Los equipos se han estado preparando para este año desde mucho, mucho antes de que la pandemia cerrara todo. Los scouts ya han estado siguiendo a estos jugadores durante meses o años. Ligas de verano con bates de madera, juegos de exhibición para preparatorianos, ligas otoñales, todas esas cosas de las que hablamos en los informes de reclutamiento como más importantes que la competencia variable contra los bates de ping en primavera, ya han sucedido. El draft podría ocurrir dentro de una semana o dos y todos estarían relativamente bien preparados.

¿Se extrañarían la mayoría de los chicos sorpresa de la primavera? Seguro. ¿Los ejecutivos de alto rango perderían la oportunidad de ser vistos en los partidos de Vanderbilt del viernes por la noche? Por supuesto que sí. Pero eso va a suceder de todos modos, y eso afecta a las primeras cinco rondas tanto o más que a las siguientes 35. Reducir drásticamente el número de rondas no va a aumentar la preparación; si acaso, va a costar a los equipos jugadores en los que su equipo amateur se ha fijado por un tiempo. La de este año era considerada una clase fuerte y profunda. Ahora, gran parte de la profundidad no será realmente reclutada.

Lo que acortar el draft del 2020 hará en realidad a corto plazo, aparte de llevar a muchos jugadores de preparación a la universidad (que a su vez crea su propia caja de Pandora) y a muchos jugadores universitarios fuera del ecosistema del béisbol por completo, es reducir los gastos de propiedad en unos pocos millones de dólares por equipo. Esa es una razón cómicamente miope dada la cantidad de talento que realmente firma en las rondas posteriores. Sin embargo, de alguna manera hay un razonamiento aún más cómicamente miope detrás de la puerta número 2: el plan de contracción de las ligas menores del que se hablaba en la temporada invernal antes de que “las trampas de los Astros” se convirtiera en una frase que todos conocíamos.

En lo que aún no he profundizado es que la Liga también negoció el derecho de acortar el draft de 2021 a un affair de 20 rondas. Si estás fingiendo que todo esto no está relacionado, esa es con mucho la parte más curiosa de todo el acuerdo; el draft del 2021 está a más de un año de distancia, y aunque no tenemos ni idea de si la pandemia lo tocará o no, es seguro decir que si el 2021 está tan afectado tenemos problemas mucho más grandes que tratar que un draft de béisbol. ¿Por qué estamos haciendo grandes cambios en el draft del 2021 como parte de un acuerdo para conseguir una rápida resolución de los problemas inmediatos?

La respuesta es clara si eres tantito cínico. Sabemos a través de informes anteriores (incluyendo los de J.J. Cooper en Baseball America y Bill Madden en el New York Daily News) que la Liga ya estaba tratando de reducir el draft de 2021 a … 20 rondas. Utilizaron una pandemia mundial catastrófica para negociar cambios en el draft no relacionados con lo que ya querían hacer.

No hay duda, todo esto tiene la intención de matar de hambre al sistema de ligas menores tal y como lo conoces. Habrá decenas de jugadores menos por equipo bajo contrato en los próximos años, lo que a su vez se convertirá en otra justificación para recortar los niveles de béisbol que la MLB ha querido recortar desde el año pasado.

Gran parte del discurso sobre la contracción de las ligas menores supone que el béisbol es lo suficientemente bueno para escoger y desarrollar el talento adecuado, por lo que dejar caer una parte significativa de reclutas y contratos internacionales tendrá poca o nula consecuencia. No habrá un cambio en los niveles de talento, o el cambio será imperceptible.

Esto no es cierto de ninguna manera. No hace falta mirar más allá del lanzador de los Mets, Seth Lugo, uno de los mejores relevistas del juego en los últimos años, para demostrarlo. ¿Crees que un jugador de la 33ª ronda de la División III del Centenary College en Louisiana que fue seleccionado después de que un cazatalentos de repuesto lo invitara a una prueba se filtre a la pelota profesional en un draft de 20 rondas? ¿Y qué hay de Luke Voit, un fichaje de la 22ª ronda que pasó su primer verano profesional ocupando un puesto de receptor en la liga New York-Penn que está destinada a desaparecer?

La suposición de que todos los futuros jugadores de las Grandes Ligas están en la mitad superior del potencial de su sistema de ligas menores y crecen de forma relativamente lineal podría ser cierta en un entorno de videojuegos o de simulación. Pero el desarrollo de los jugadores simplemente no funciona así en la vida real, y jugadores que de otra manera se habrían convertido en buenos peloteros de Grandes Ligas en cinco o 10 años se convertirán en contadores y profesores y trabajadores de la construcción porque cada equipo reclutará más de 50 jugadores menos en los próximos dos años. La mayoría de ellos simplemente nunca verán un campo de béisbol profesional.

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