keyboard_arrow_uptop
Image credit: USA Today Sports

Traducido por Carlos Pérez

El martes pasado, en una contundente derrota contra los Pirates, Amir Garrett de los Reds cargó contra una marabunta de jugadores de los Pirates y comenzó a lanzar puñetazos. A él se unió Yasiel Puig, quien había sido traspasado minutos antes, en lo que se convirtió en una auténtica trifulca que resultó en seis jugadores suspendidos, así como suspensiones para los mánagers de ambos equipos.

Esta fue la segunda pelea entre las dos escuadras este año y, con seis partidos todavía por disputarse entre ambos, quizá no sea la última. Entre el temperamento de los Reds y la filosofía de lanzar adentro y arriba de los Pirates, el conflicto entre los dos equipos era inevitable.

La raíz del asunto fue un lanzamiento del relevista de los Pirates, Keone Kela que voló por encima de la cabeza del bateador de los Reds, Derek Dietrich. Dietrich había conectado un jonrón en abril y el lanzamiento de Kela parecía ser un mensaje de venganza.

“Voy a decir la verdad”, dijo Kela después. “La razón por la que [lancé] adentro y arriba fue, estrictamente, uno, para mostrar mis intenciones con ese lanzamiento y para demostrar a Dietrich que no estoy necesariamente de acuerdo con cómo salieron las cosas”.

El lanzamiento de Kela pudo haber sido intencional, pero los Pirates ya han realizado lanzamientos peligrosos por razones menos viles. Se conoce desde hace tiempo que la organización aboga por lanzar arriba y abajo para paralizar las manos de los bateadores. En teoría, esto produce contacto débil y rodados de out, pero el resultado de fallar el objetivo puede ser golpear al bateador y darle la primera base.

Y a veces lo es. Durante la última década, los Pirates lideran las Ligas Mayores en lanzadores golpeados por un buen margen. La brecha entre ellos y el equipo en segundo lugar (los Red Sox) es casi tan grande como el margen entre el segundo y el séptimo. No siempre lideran la clasificación de bateadores golpeados, pero suelen estar cerca de lo más alto.

Los equipos contrarios se han dado cuenta. El mánager de los Cubs Joe Maddon dijo que el pitcheo de los Pirates estaba “fuera de control” después de que una pelota casi le diera a Javier Báez. El relevista de los Pirates Clay Holmes le pegó al 1B de los Reds Eugenio Suárez, y lo mandó a la lista de lesionados. Pittsburgh casi incita otra pelea con un lanzamiento contra los Braves. Por su parte, los Pirates han estado desafiantes, y el entrenador de lanzadores Ray Searage ha dicho: “Van a tener sus opiniones, y eso está bien. Pero esto es parte de nuestro juego”.

Y frente a los Pirates estaban los encendidos Reds. Este dúo ha mostrado ya tensión en la temporada, incluyendo una pelea el 7 de abril en la que Puig cargó contra el montículo. Pero la ira de los Reds se ha extendido más allá de Pittsburgh y sus tácticas de pitcheo. A Puig lo contuvieron en un juego contra los Cubs, y casi empieza otra pelea. Han registrado expulsiones contra los Rockies, Brewers, y Cardinals.

La versión 2019 de los Reds se sale del ránking cuando hablamos de expulsiones. En 111 partidos esta temporada, los umpires han expulsado a jugadores o entrenadores de los Reds en 21 ocasiones. Para ponerlo en perspectiva, ningún equipo en los últimos cinco años ha recibido más de 17 expulsiones en una temporada completa. Si este ritmo continúa, los Reds podrían duplicar el récord anterior.

Los nombres de los principales actores no sorprenden. Amir Garrett y Yasiel Puig han abandonado el estadio dos y tres veces, respectivamente. Incluso el tranquilo Joey Votto ha sufrido una expulsión. Pero el más proclive a ser expulsado por parte de los Reds no es un jugador en absoluto, es su mánager, David Bell, quien ha sido expulsado ocho veces esta temporada. (Bell había sido expulsado antes incluso por discutir bolas y strikes antes de involucrarse en la pelea).

La actitud de Bell se compara, para mal, con otros jugadores con tendencia a la expulsión. El antiguo piloto de los Braves Bobby Cox tiene el récord de mánager con más expulsiones con 161 en 4,505 juegos. El ratio de Bell en 103 juegos esta temporada es el doble de alto que el de Cox. A este ritmo, podría cazar al infame Lou Piniella en unas cinco temporadas como entrenador.

Las expulsiones de los Reds no son culpa de los Pirates, tampoco. Incluso sacando las veces en las que se han enfrentado a ellos, todavía serían líderes en expulsiones y estarían a tiempo de superar el récord anterior por un margen sólido.

La MLB suspendió a Kela durante 10 juegos, a Garrett ocho, y a Bell seis. Además, comentaron que Bell ya había sufrido “numerosas expulsiones esta temporada”. Con seis partidos restantes entre ambos equipos esta temporada y una pequeña posibilidad de jugar playoffs, hay mucho potencial para ver más fuegos artificiales cuando vuelvan a encontrarse.

Detrás de todo esto, sin embargo, hay cuestiones sobre cómo la liga debería tratar a los equipos, jugadores, y entrenadores que continuamente ofrecen un comportamiento inadmisible. Son cuestiones legítimas, sobre si golpear a jugadores rivales con proyectiles a 95 mph (152 kph) deberían estar permitidas solo por “ser parte de nuestro juego”, como decía Searage. Por otro lado, la tendencia a explotar de los jugadores y entrenadores de los Reds puede ser divertida, pero también puede resultar en una lesión si se conectan esos puñetazos.

Ya sea la tendencia de los Pirates a lanzar adentro, o la actitud de los Reds, parece que la liga no se inclina a suspender a los sospechosos durante mucho tiempo para disuadirlos. Y sin un incentivo fuerte para no actuar así, los equipos como los Reds y los Pirates parecen destinados a continuar con las peleas.

Thank you for reading

This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.

Subscribe now
You need to be logged in to comment. Login or Subscribe