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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Pepe Latorre

Cuando empezó la temporada parecía que los Cincinnati Reds tenían demasiados jugadores para las dos posiciones del infield central.

El super novato Nick Senzel había sido drafteado como tercera base, pero en un 2018 plagado de lesiones acabó jugando la mayoría de sus juegos en segunda (65% de sus 43 partidos). Scooter Gennett, el segunda base titular, venía de una temporada en que participó en el Juego de las Estrellas y promedió .310/.357/.490 (117 DRC+). Su sueldo antes de salir a la agencia libre el año que viene es de $9,775,000. José Peraza tuvo el tercer mejor WARP del equipo en 2018. Combinó buenos números con el bate (.288/.326/.426, 101 DRC+) con sus piernas (un 2.4 en baserunning runs y 23 almohadillas robadas en 29 intentos).

En febrero el equipo dio a dos agentes libres, José Iglesias y Derek Dietrich, contratos para las Menores y les invitó a los entrenamientos primaverales. Iglesias ha pasado las últimas cuatro temporadas en Detroit, bateando .269/.312/.366 (84 DRC+) en 1,920 apariciones al plato y con un guante de primer nivel en el campocorto (+7.4 FRAA). Dietrich ha jugado en primera, segunda, tercera y el jardín izquierdo en seis años en Miami con un .254/.335/.422 (100 DRC+).

A veces las cosas se solucionan solas. Los Reds anunciaron que Senzel iba a jugar en una nueva posición, el jardín central. Lo mandaron al centro de entrenamiento de las Menores el 22 de marzo (ejem) para que trabajara aspectos defensivos (ejem). Unas horas después (literalmente) Gennett sufrió una lesión en la ingle y fue mandado a la lista de lesionados hasta finales de junio. Tres días después, Senzel se dañó el tobillo en un partido de las Menores. Y tres días después, los Reds incorporaron a Iglesias y Dietrich al roster de las Mayores.

El equipo empezó la temporada con Peraza e Iglesias como los segunda base y campocorto titulares respectivamente. Durante los primeros 31 juegos, Peraza empezó 19 en segunda y 5 como campocorto. Iglesias fue el campocorto en los otros 26 y Dietrich arrancó en segunda en 12 ocasiones.

Estas eran las estadísticas de bateo de esos tres peloteros después de 31 partidos:

Jugador PA AB H HR BB K AVG OBP SLG OPS
Dietrich 72 60 13 5 6 13 .217 .333 .517 .850
Iglesias 91 86 26 2 4 14 .302 .341 .419 .759
Peraza 98 95 19 2 2 20 .200 .224 .295 .519

Los Reds, lógicamente, empezaron a replantearse el uso de Peraza. Desde entonces, y hasta el partido del pasado domingo, ha empezado 17 partidos en segunda y ocho como campocorto. Iglesias ha sido el torpedero en 58 ocasiones. Dietrich ha pasado a convertirse en el segunda base “titular”, ha empezado 28 veces en esa posición. Gennett ha empezado 11 choques desde la vuelta de la lesión. Kyle Farmer también ha iniciado 10 juegos en segunda (Senzel, por cierto, se ha convertido en un jardinero).

A lo largo de este tramo de la temporada Dietrich ha acumulado un OPS de .901. El de Iglesias ha caído a un .673. El OPS de Peraza ha sido de .739, pero si no contamos un par de partidos en Colorado cae a .679 (la media en la posición en la Liga Nacional es de .775).

No es que Peraza haya dado muestras de mejora. En abril tuvo 92 apariciones en el cajón en las que acumuló un OPS de .532. En mayo registró un .661 en 81 apariciones en el cajón. Y .681 en junio con 62 visitas al plato. En lo que llevamos de julio si ha rendido bien. Acumula 33 apariciones en el cajón repartidas en seis partidos. Cuatro de ellas han sido como bateador emergente, dos como sustitución defensiva. Pero hay más: Peraza solo ha robado 5 bases en 9 intentos. ¿Qué está pasando?

¿Está lesionado? La respuesta corta: no ha estado en la lista de lesionados. La larga: Statcast nos dice que en 2016, 2017 y 2018 la velocidad de Peraza fue de 28.8 pies por segundo. En 2019 está siendo de 28. Está siendo más lento, pero aun así se mantiene por encima de la media y en el 27% de bates más rápidos de la liga con al menos 10 carreras competitivas. Si no se ha hablado de una lesión de espalda, cadera, pierna o pie es porque no es grave.

¿Está teniendo mala suerte? El promedio de bateo para bolas puestas en juego (BABIP) es utilizado en algunas ocasiones como un indicador de buena o mala suerte, pero no funciona igual para todos los jugadores. Los peloteros rápidos, como Peraza, tienden a registrar un BABIP más alto que el de los tipos que avanzan pesadamente entre las bases. En 2017, por ejemplo, el veloz Peraza promedio un .259, lo mismo que Carlos Santana, un jugador lento (26.1 f/s). Peraza tuvo un BABIP de .293, Santana de .274. Entre 2016 y 2018 los BABIP’s de Peraza han sido: .361, .293 y .307. Este año lleva .263.

Si tengo que poner la mano al fuego por una manera de medir las habilidades ofensivas lo hago por nuestro DRC+. Tiene en cuenta que pitcher lanza, quien fildea, en qué parque se juega, el catcher, el árbitro y otros factores. Aquí vemos el OPS y el DRC+ de Peraza por temporada. Añado también el OPS (sin decimales) dividido por el DRC+.

Año AVG OBP SLG OPS DRC+ OPS/DRC+
2016 .324 .352 .411 .762 102 7.5
2017 .259 .297 .324 .622 76 8.2
2018 .288 .326 .416 .742 101 7.3
2019 .241 .287 .369 .657 87 7.6

Cuanto más alto es el OPS/DRC+ más por encima de sus prestaciones está rindiendo el bateador (podríamos decir que está teniendo suerte). Y al contrario cuando el OPS/DRC+ es bajo. En el caso de Peraza las cifras no arrojan nada raro.

¿A qué está abanicando? Adjunto más abajo el porcentaje de lanzamientos que Peraza está recibiendo dentro de la zona de strike (Zone%), el porcentaje de swings a bolas dentro de la zona (Z-Swing%) y fuera (O-Swing%) y el porcentaje de contacto dentro (Z-Contact%) y fuera (O-Contact%).

Year Zone% Z-Swing% Z-Contact% O-Swing% O-Contact%
2016 48.6%% 63.6% 92.4% 38.3% 76.7%
2017 47.2% 66.2% 91.0% 36.8% 73.5%
2018 48.4% 63.6% 94.0% 34.2% 71.3%
2019 48.6% 72.9% 93.0% 35.5% 68.8%
2019 MLB
47.7% 65.0% 82.9% 30.2% 57.4%

Los lanzadores no le están lanzando en la zona más que antes. Pero él está haciendo swings a muchos más lanzamientos dentro de la zona y consiguiendo menos contacto tanto dentro como fuera. Quizás este cambio se deba a la agresividad/frustración, pero está claro que no funciona.

¿Cómo está bateado la bola? La tabla muestra el porcentaje de batazos elevados (FB), rodados (GB), line drives (LD) y popups (POP) desde 2016.

Year FB% GB% LD% POP%
2016 15.6% 45.5% 32.7% 6.2%
2017 18.5% 48.0% 25.2% 8.3%
2018 24.2% 38.9% 28.9% 7.9%
2019 28.0% 36.5% 23.7% 11.8%

En 2016 casi la mitad de los batazos de Peraza fueron bolas rodadas. Tuvo un buen promedio, pero su poder aislado (.087) fue el 289º más bajo entre los 307 peloteros con al menos 250 apariciones en el plato.

Lo mismo en 2017, otra vez la mitad de sus batazos fueron al suelo. Su promedio se desplomó. Su poder aislado de .066 fue el 315º entre los 318 jugadores con al menos 250 apariciones en el cajón. Era ese bateador clásico cuyo juego consiste en batazos rodados y correr.

En 2018 vimos cambios. Su porcentaje de bolas rodadas bajo en casi 10 puntos. Pegó más batazos elevados. 31 de ellos acabaron aterrizando lo suficientemente lejos como para que tuviera la mejor marca de su carrera en dobles. Y 14 de ellos se fueron a las gradas, también un máximo en su carrera. Su .128 de poder aislado no fue nada del otro mundo, fue el 254º entre los 313 jugadores con al menos 250 apariciones en el cajón, por delante de Buster Posey, Alex Gordon y Robbie Grossman.

Este año incluso más batazos de Peraza se convierten en bolas elevadas. Pero algunas de ellas van demasiado altas. Su porcentaje de pop-up es de 11.8%, el 19º más alto entre los 224 peloteros con al menos 250 apariciones en el cajón. Esos globos no están yéndose a las gradas ni cerca de los jardines. Aterrizan en los guantes de los infielders y se convierten en outs casi automáticos.

Y aquí está la proyección de promedio de bateo de Statcast (xBA), basada únicamente en su velocidad de salida (EV) y en su ángulo de lanzamiento (LA). Añado también columnas con su actual promedio de bateo (AVG) y la diferencia entre ambos (xBA-AVG).

Year EV LA xBA AVG xBA-AVG
2016 84.2 10.4 .319 .324 -.005
2017 81.9 9.9 .297 .259 +.038
2018 83.9 13.4 .284 .288 -.004
2019 84.5 17.6 .245 .241 +.004

Su promedio de bateo no dista mucho del que se le proyecta, aunque está pegando más duro que nunca. ¿Por qué? Se está convirtiendo en una viva imagen de Justin Turner, J.D. Martinez y otros de los beneficiados por la fly-ball revolution. Ha aumentado su launch angle. Está poniendo más bolas en el aire. Muchas de ellas, más que en otros años, están siendo atrapadas.

Quizás algo más de lo que hemos visto en este análisis le está sucediendo con Peraza, pero lo que parece indicar es que quizás lo mejor es volver a esa estrategia de golpear bolas rodadas y correr con si te persiguiera el diablo.

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