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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Nota: Este reporte es un extracto de mi presentación, ofrecida el 10 de marzo, en la conferencia de análisis de la Sociedad Americana para la Investigación del Béisbol (Society for American Baseball Research Analytics Conference) en Phoenix. Las diapositivas y el audio están disponibles aquí. La primera parte de esta serie, que trata sobre las tendencias del tiempo de servicio, está aquí. La segunda parte, centrada en las disparidades entre bateadores y lanzadores, está aquí.

La reducción del tiempo de servicio de las Grandes Ligas ha dado como resultado que menos jugadores alcancen el umbral de seis años de experiencia, el cual les da derecho a la agencia libre. Bajo la agencia libre, los jugadores pueden llevar a cabo una subasta de sus servicios, que es en efecto la manera en que casi todos los [empleados] que leen esto reciben su pago. Antes de eso, después de tres años de servicio, los jugadores pueden presentar una solicitud de arbitraje, lo que, al menos en teoría, ayuda a garantizar que se les pague en proporción a sus coequiperos.

Antes de eso, la compensación es determinada únicamente por el patrón (los equipos), sujeto a un piso salarial mínimo de las Grandes Ligas. Ese piso es en efecto un techo, como recientemente lo evidenciaron los Rays, renovando al ganador trofeo Cy Young de la Liga Americana, Blake Snell (dos años, 72 días de servicio) por sólo $573,700 dólares, sólo $18,700 por encima del salario mínimo de la MLB. (Poco después, le ofrecieron un contrato a largo plazo.)

Algunas personas han propuesto cambiar la agencia libre, requiriendo sólo cinco años de servicio en lugar de seis. Esto aceleraría la posibilidad de los jugadores de recibir un precio de acuerdo al mercado por sus servicios, lo cual aumentaría los salarios a nivel global. Para tener una idea de cuánto sería el aumento, examiné los salarios de los jugadores en las plantillas de los Días de Apertura entre 2015 y 2017 durante sus primeros a 10 años en las Ligas Mayores. El resultado me sorprendió.

Esta tabla muestra, para bateadores, el número de jugadores en cada uno de sus siete años en las Ligas Mayores, su salario promedio, y la cifra y los aumentos porcentuales del nivel anterior de tiempo de servicio. He puesto en negritas las cifras de los jugadores en su cuarto año (elegibilidad para arbitraje) y séptimo año (elegibilidad para agencia libre).

Año Bateadores   Salario promedio Incremento $ Incremento %
1 227 $515,200
2 167 $527,600 $12,400 2%
3 150 $558,700 $31,100 6%
4 126 $2,600,000 $2,041,300 365%
5 125 $3,700,000 $1,100,000 42%
6 100 $5,175,000 $1,475,000 40%
7 66 $7,250,000 $2,075,000 40%

Y lo mismo para lanzadores:

Año Lanzadores Salario promedio Incremento $ Incremento %
1 265 $514,200
2 185 $531,000 $16,800 3%
3 161 $550,100 $19,100 4%
4 145 $2,100,000 $1,549,900 282%
5 122 $3,025,000 $925,000 44%
6 99 $4,600,000 $1,575,000 52%
7 84 $5,625,000 $1,025,000 22%

Como lo ilustra esta tabla, ser elegible para la agencia libre tiene un gran impacto en la compensación, aumentando los salarios de los bateadores en alrededor de $2 millones de dólares y los salarios de los lanzadores en $1 millón. Pero la elegibilidad para el arbitraje tiene un mayor impacto en dólares para los lanzadores, aproximadamente el mismo impacto en dólares para los bateadores, un cambio porcentual mucho mayor para cada uno, y afecta a muchos más jugadores. La elegibilidad previa a la agencia libre sería de gran ayuda para la compensación de los jugadores, pero la elegibilidad previa para el arbitraje sería todavía mejor.

Algunos aficionados cuestionan la relevancia de la economía del béisbol. Cuánto ganan los jugadores no afecta el juego en el campo (o, para el caso, cuánto cuesta ir al estadio). Claro, afecta al movimiento de jugadores, pero el arbitraje ha sido parte del juego desde 1973, la agencia libre desde 1976, y no se van a ir. ¿Por qué preocuparse?

La razón es que aparentemente las negociaciones para el próximo contrato colectivo de trabajo (CBA por sus siglas en inglés) entre la MLB y la Asociación de Jugadores de Béisbol de las Grandes Ligas (MPBPA por sus siglas en inglés) serán peliagudas, con la amenaza del primer paro laboral desde la desastrosa huelga del 1994-1995. Este análisis indica dónde ocurrirán algunas de las fallas cuando el actual CBA expire en diciembre de 2021.

Específicamente, este análisis señala que existen tres problemas principales. En cada caso, la cifra de 50% es clave.

En primer lugar, el crecimiento de los jugadores con menos experiencia (no necesariamente más jóvenes) aboga por salarios mínimos considerablemente más altos. Como se discutió en el primer artículo de esta serie, más del 50% de los días en las plantillas de las Ligas Mayores son ocupados por jugadores que no son elegibles para arbitraje, para quienes el mínimo de la MLB establece su salario real. Este gráfico muestra el salario mínimo desde 2012.

El mínimo de las Grandes Ligas ha aumentado de $480,000 en 2012-2014 a $555,000 en 2019. La tasa acumulada de crecimiento anual desde 2012 es del 2.1%, apenas superior a la inflación media del 1.5% durante el período, mucho menos del crecimiento de los ingresos de la industria. (Los ingresos, de acuerdo con Forbes,  en las Grandes Ligas en los últimos 25 años han aumentado en un 13% por año.) Suponiendo que no haya cambios en la inflación, el mínimo aumentará un 2.7% en los próximos dos años. Un salario mínimo más alto beneficiaría a la mayoría de los jugadores.

En segundo lugar, como se ilustra anteriormente, mientras que una agencia libre más prematura sería de beneficio para los jugadores, un arbitraje previo lo sería aún más. El aumento monetario que experimentan los nuevos jugadores elegibles para el arbitraje es comparable al aumento monetario que los nuevos agentes libres pueden esperar, y el aumento porcentual es mucho mayor. Además, debido a la supervivencia, la elegibilidad para un arbitraje más temprano afectaría a un 50% más de jugadores que la agencia libre previa.

La elegibilidad previa para el arbitraje también tiene la virtud de haber existido en el pasado. Entre 1974 a 1985, los jugadores fueron elegibles para el arbitraje después de dos años de servicio. El béisbol ya lo ha experimentado antes, y lo ha hecho muy bien.

Tercero, los límites en los cuerpos de lanzadores probablemente tendrían un impacto saludable en los salarios. He argumentado que los cuerpos de lanzadores más pequeños podrían beneficiar al juego en el campo. También podrían beneficiar los salarios de los jugadores. Como se discutió en el segundo artículo de esta serie, los lanzadores, en promedio, tienen menos experiencia que los bateadores, y en cada nivel de experiencia, ganan menos dinero que los bateadores. Si, limitar el número de lanzadores en las plantillas a 12, como ha propuesto la MLB, pondría al decimotercer lanzador de cada plantilla en el paro. Pero ese decimotercer lanzador está tomando el lugar en la plantilla de un tercer receptor, o un quinto jardinero, o un bate de relevo zurdo, quien probablemente tiene más experiencia y sería mejor compensado. Los lanzadores ocupan más del 50% de las plantillas de Grandes Ligas. Reducir esa reputación probablemente mejoraría la compensación promedio de los jugadores.

Debe enfatizarse que el cambio hacia jugadores con menos experiencia y más lanzadores, al tiempo que beneficiaría financieramente a los dueños, es un producto tanto del análisis como de la mendacidad. El ascenso de Juan Soto, a la edad de 19 años, de Doble-A a la posición de titular en el jardín izquierdo de Washington es defendible desde la perspectiva del béisbol, a pesar de que reemplazó a jugadores de más edad. (Los Nationals estaban rotando a Andrew Stevenson, de 23 años, Brian Goodwin, de 27, Moisés Sierra, de 29, Matt Adams de 29 y Howie Kendrick de 34, en el jardín izquierdo, después de la grave lesión anual de Adam Eaton, de 29 años, que sufrió al inicio de la temporada).

La construcción de un bullpen de jóvenes lanzallamas es igualmente defendible. (Jugar con el tiempo de servicio, contentarse con la mediocridad y evitar a los agentes libres, no tanto.) Sin embargo, a la lista de consecuencias, tanto buenas como malas, debemos añadir la presión a la baja sobre la compensación de los jugadores. La ramificación fuera del terreno de juego es lo que se perfila como una confrontación polémica, y potencialmente inductora de huelga, para el próximo CBA.

Mi agradecimiento para Jeff Euston por proporcionarme los datos de tiempo de servicio y salarios.

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