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Image credit: USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Los Dodgers ficharon al J A.J. Pollock por cinco años y $60 millones de dólares. [24 de enero]

Resulta imposible discutir el fichaje de A.J. Pollock por parte de los Dodgers sin tomar en cuenta su transacción anterior, en la cual enviaron a Yasiel Puig, Matt Kemp y Alex Wood a los Cincinnati Reds a cambio de dos prospectos. Esa transacción se consideró como “curiosa” cuando ocurrió y daba pistas sobre la flexibilidad en nómina que los Dodgers ahora tenían para ir tras un jugador relevante para mejorar la plantilla. Para ser francos, todo indicaba que irían tras Bryce Harper.

Pollock no es Harper, desde luego. Pero, ¿es una mejora por sobre Puig, a quien sustituirá en el jardín de Los Ángeles? En el vacío, no. Pollock es tres años mayor que Puig, no tiene tanto valor en los últimos años y tampoco se ha encontrado muy disponible, ya que las lesiones le han limitado durante las últimas tres temporadas. También hay que considerar el hecho de que le va a costar a los Dodgers un poquito más en 2019 de lo que Puig obtuvo en su resolución de arbitraje salarial con Cincinnati.

¿Entonces, por qué los Dodgers cambiaron a Puig para después fichar a Pollock en vez de…pues, quedarse con el cubano?

Los Dodgers ciertamente se han ganado el beneficio de la duda. No se ganan seis títulos divisionales consecutivos y se alcanzan dos Series Mundiales consecutivas por casualidad. Pero es injusto describir esto simplemente como “los Dodgers probablemente saben lo que están haciendo”. Los buenos equipos toman malas decisiones, y los buenos equipos no permanecen buenos para siempre. No hay garantía de que los Dodgers serán buenos en 2019, o de que este fichaje funcione, pero seguramente existe un método para su locura.

Uno de los aspectos principales en la construcción de una plantilla—especialmente las de los equipos contendientes a títulos—es la flexibilidad, la cual ha adquirido mayor importancia y fue determinante en la pasada postemporada. Los tres Dodgers mencionados en la lista de profundidad para el jardín central antes del fichaje de Pollock eran Cody Bellinger, Enrique Hernández y Chris Taylor. El punto en común entre esos tres peloteros es que tienen la capacidad de jugar varias posiciones, y el contar con un jardinero central nato en Pollock les otorga mayor flexibilidad para utilizarlos en otras posiciones. El poder mezclar esos nombre en los jardines y en el cuadro—si contamos con Max Muncy—ofrece un valor agregado al status quo de sólo quedarse con Puig y Matt Kemp.

De todas formas, parece ser un enorme riesgo tan sólo para añadir flexibilidad. Pollock he sido muy bueno cuando ha jugado durante los últimos cuatro años, pero su principal problema ha sido el poder jugar. Las lesiones han acortado cada una de las tres temporadas desde su despunte en 2015. Incluso siendo un veterano de 31 años de edad y más de 2,500 apariciones al plato, existe incertidumbre con este fichaje. Ya sabes lo que obtendrás con Puig, pero existe un universo en donde Puig sigue siendo Puig mientras que Pollock se sigue lesionando y el añorado prospecto Alex Verdugo no alcanza su potencial, y en ese universo, los Dodgers viven en en arrepentimiento. Las variables de desempeño potencial varían drásticamente de esta manera, pero es un riesgo que los Dodgers se pueden permitir, dada la flexibilidad de su plantilla y el potencial que un Pollock en su máximo esplendor puede añadir a la alineación.

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