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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Marco Gamez

El miércoles, el agente libre Yasmani Grandal  firmó un contrato de $18.25 millones por un año con los Brewers. Es un acuerdo absurdo para uno de los mejores receptores del béisbol, un jugador proyectado a producir más de 4.0 victorias por encima del reemplazo por año durante las próximas temporadas. El contrato de Grandal es el más inusual hasta ahora en esta temporada de descanso casi totalmente desprovista de actividad. El contrato da lugar a preguntas sobre por qué los 29 equipos restantes no le ofrecieron más.

Grandal no es un nombre familiar, pero los lectores de Baseball Prospectus deben reconocer el currículo del ex jugador de los Dodgers. Ha sido uno de los mejores y más completos jugadores en el béisbol durante los últimos tres años, clasificándose en el noveno, 27 y 15 puestos respectivamente en WARP de toda la liga. Grandal no es solo producción pasada; las proyecciones están de su parte también. Combina uno de los mejores manejos de lanzamientos para confundir a los árbitros en la liga con una ofensiva por encima del promedio y una durabilidad sólida. Para colmo, solo tiene 30 años y no cuenta con antecedentes de lesiones significativas.

A pesar de toda esa producción y de los signos positivos para el futuro, aceptó un contrato de un año que apenas superó el valor de la oferta calificada de $17.75 millones que rechazó de los Dodgers. Es difícil criticar a los Brewers por ficharlo; esto se traducirá en uno de los mejores contratos de la temporada de descanso de 2018-2019. Marca la segunda temporada de descanso consecutiva en la que los Brewers han aprovechado con éxito lo que podría ser la nueva ineficiencia del mercado: los agentes libres. Lo que no entiendo es por qué los otros 29 equipos no hicieron una oferta mejor.

No tenemos acceso a las proyecciones privadas que usan los equipos, pero según todos los sistemas públicos disponibles, incluidos Steamer de FanGraphs y PECOTA de Baseball Prospectus: se espera que Grandal produzca alrededor de 4-6 WAR esta temporada. Aproximadamente tres de esos WAR provienen de su valor de línea base como receptor combinado con excepcional bateo para la posición. Dos WAR más se deben a sus habilidades defensivas particulares, especialmente su talento para manejar los pitcheos y hacer que parezcan strikes. Hay muy pocos receptores que pueden competir con eso. Incluso ignorando su valor en el manejo de pitcheos, el sistema de proyección Steamer predice que solo tres receptores producirán más victorias que Grandal esta temporada: Gary Sanchez, J.T. Realmuto, y Buster Posey. (Las proyecciones de PECOTA aún no están disponibles al público, pero a Grandal le va muy bien). Cada uno de ellos es significativamente peor a la defensiva que Grandal.

Docenas de otros equipos, incluidos muchos que se perfilan como contendores, no cuentan con receptores de ese mismo nivel. Considere a Robinson Chirinos de los Astros, un jugador de 34 años de edad que proyecta valer menos de la mitad en el plato que Grandal, con uno de los peores manejos de pitcheos de la liga. Reflexione sobre Chris Iannetta en los Rockies, un jugador de 35 años con un contrato barato que estuvo cerca del nivel de reemplazo el año pasado y no proyecta nada mejor esta temporada. ¿Qué pasa con los Indians, cuya actual tabla de candidatos para la posición de receptor consiste en una combinación de Kevin Plawecki y Roberto Perez?

Esos tres equipos llegaron hasta los playoffs el año pasado. Según las estimaciones de Craig Edwards en FanGraphs, los tres equipos tenían el espacio para ofrecer a Grandal alrededor de $20 millones en un contrato de un año. Es demasiado pronto para calcular las probabilidades de los playoffs, pero es probable que las dos o tres victorias adicionales agregadas por Grandal sobre cualquiera de esos receptores tengan un impacto significativo en la probabilidad de que cada equipo logre y sobresalga en los playoffs, incluso como una póliza de seguro para un equipo relativamente fuerte como los Astros.

De hecho, 29 equipos están actualmente por lo menos $20 millones por debajo de la nómina de la temporada pasada, según datos de Spotrac. (El equipo que no lo está, los Phillies, probablemente debería gastar mucho más que los $100 millones del año pasado considerando su mercado y su capacidad para competir). No es realista esperar que los Giants, por ejemplo, fichen a Grandal y, por lo tanto, reduzcan el tiempo de juego de Posey. Pero, incluso entre los equipos con receptores establecidos, Grandal habría sido una bendición como respaldo y ofrece suficiente capacidad de bateo para tener valor en la primera base o también como bateador designado. No hay que darle muchas vueltas para afirmarlo: al menos dos docenas de equipos deberían haber pujado por los servicios de Grandal a este precio.

Algunos culparon al propio Grandal por el contrato, señalando que, según informes, rechazó una oferta de cuatro años y 60 millones de dólares de los Mets antes en la temporada de descanso. Pero ese contrato, también, es insultantemente bajo. Russell Martin, un receptor agente libre inferior, fichó por más ($82 millones) en 2015. La tasa anual de Yadier Molina fue 30% más alta a pesar de ser cinco años mayor y de ser mucho peor bateador y manejador de pitcheos. Un salario anual de $15 millones para un jugador que la temporada pasada produjo 5.0 WAR (y se proyecta que lo haga nuevamente) representa un costo de dólares por ganancia de solo $3 millones, muy por debajo de lo que es, o al menos solía ser, la tasa actual de $8-10 millones.

Dada la imprecisión en torno a los rumores y los informes de los agentes libres, no podemos saber si el contrato de los Mets (suponiendo que, para empezar, estuviera firmemente en la mesa de negociación) incluía opciones o incentivos que podrían reducir aún más el valor garantizado del contrato. Era razonable que Grandal rechazara esta oferta y esperara algo mejor. Hay muchas preocupaciones legítimas sobre las habilidades de Grandal, pero ninguna socava este argumento.

Los receptores envejecen rápidamente, pero las proyecciones tienen eso en cuenta. Gracias a su oferta calificada, Grandal le cuesta a su equipo una selección de draft, pero muy pocas selecciones de draft producirán tanto como lo hará Grandal este año. Grandal ha tenido problemas de capturar ciertos pitcheos (passed balls), pero esos son raros, y son ampliamente compensados por su habilidad para manejar los lanzamientos para que parezcan strikes y, de nuevo, son tomados en cuenta por las métricas defensivas de BP. Grandal tuvo problemas en los playoffs el año pasado, pero los equipos tendrían que estar muy por delante de los datos públicos para leer información significativa de una muestra de una docena de juegos. Además, el desempeño en los playoffs de Grandal no logró asustar al equipo contra el que más luchó, ya que los Brewers lo ficharon luego de ver de cerca sus dificultades en la NLCS.

La Sabermetría ha arraigado en los fanáticos la idea de que la eficiencia en dólares por ganancia es fundamental para poder competir. Eso es cierto, pero solo en la medida en que un equipo pueda ser competitivo con esa prioridad económica. Si la búsqueda de la eficiencia es la única razón, un equipo puede tener una plantilla muy bien formada, compuesta completamente por jugadores jóvenes que ganan salarios mínimos en la liga, que ganen 70 juegos. Eso no es valioso para los fanáticos.

De manera similar, los escritores sabermétricos han aprendido a celebrar contratos en los que el equipo obtiene lo mejor del trato, extrayendo de los jugadores sub pagados ganancias adicionales por encima del reemplazo. Pero cuando un equipo ficha a un jugador con un contrato tan desigual, los fanáticos deben preguntarse por qué su gerente general no hizo una oferta un poco mejor. Los partidarios de los Rockies, los Indians y los Astros, entre otros, deberían morir por saber por qué Grandal no está obteniendo un poco más de dinero para ayudar a que sus equipos se conviertan en favoritos de la Serie Mundial.

Y este acuerdo tiene otro efecto peligroso para los fanáticos de los 30 equipos. Ha habido un gran descontento entre los jugadores por los contratos de agentes libres en los dos últimos inviernos, incluida la mención de la palabra “C” mortal, Colusión. Si uno de los mejores receptores en el béisbol apenas puede obtener un contrato por encima de su oferta calificada, es correcto y apropiado que la asociación de jugadores esté molesta. Acuerdos como éste aumentan enormemente la probabilidad de conflictos laborales y potencialmente de una huelga. Si el resto del invierno continúa con esta orientación, la liga podría estar encaminada hacia una catástrofe cuando el actual Acuerdo de Negociación Colectiva expire en 2021.

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