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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Carlos Pérez 

Cincinnati Reds ficharon al LD Yovani Gallardo a un contrato de un año, $750,000. [3/31]

Gallardo nunca perdió su velocidad, aunque él trata de ocultarlo lanzando su preparación a regañadientes y una máscara de indiferencia. Para un tipo con una caída tan drástica en su rendimiento, particularmente en la categoría de strikeouts, lo fácil sería incluirlo en esa indeseable categoría de peloteros que ajustan su manera de jugar a mitad de su carrera. Pero las rectas de casi 90 mph que nuestro héroe ha lanzado durante los últimos años se han mantenido igual, y eso está bien. Lo que preocupa de verdad es que eso no es suficiente.

El debut de Gallardo con los Reds no fue tan feo como pareció, pero a la vez sí lo fue. La primera de sus dos carreras limpias permitidas llegó a través de un globito de Wilmer Difo que habría sido atrapado por un jugador de 6’ 2’’ como José Peraza: la bola rápida se veía bien en sus manos, pero a 90 mph, el segunda base fue incapaz de atraparla. La segunda carrera, más decisiva, la entregó el bate de Adam Eaton, que extendió con belleza una curva no muy dañina pero sí bien ubicada justo debajo de la zona, para conectar un jonrón al jardín derecho. Después de eso, Gallardo, se resignó a rascar los bordes del plato, esperando que fueran golpeadas donde estaban.

Esto es lo que Gallardo es ahora, y de esta manera encajará trágicamente bien en el bullpen de los Reds. Al mismo tiempo, es una adquisición bastante sólida para los Reds, cuyo bullpen está plagado de lesiones y que vio a Gallardo rendir mejor después de ser retirado de la rotación la última temporada en Seattle. Gallardo tenía otras ofertas después de que fuera cortado por los Brewers tras los entrenamientos primaverales, pero vio un camino en el que era posible ser abridor con los de rojo y blanco. Para llegar ahí, tendrá que encontrar lo que perdió, y después recuperar eso que perdió.

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Oakland Athletics adquieren al LD Joshua Lucas de St. Louis Cardinals a cambio del LD Casey Meisner. [3/31]

Los relevistas son calcetines. No todos los calcetines son iguales; algunos son mejores que otros, en términos de estética o fuerza elástica o como diablos se mida la calidad de un calcetín. Usted puede tener una pareja de calcetines favoritos, o algunos más casuales. No sé usted. Pero la verdad incuestionable para que esta analogía funcione es que usted necesita un cierto número de calcetines para su vida diaria. No puede ir a trabajar sin ellos. Y aunque, una vez más, no sé usted, la parte de atrás de su cajón de calcetines es posiblemente una maraña de calcetines idénticos, blancos, de altura media, con rectas y sliders que usa de vez en cuando. Los A’s, hasta el momento, tenían un par menos; los Cardinals tenían un par de más.

Lucas, de 27 años, le da a los Athletics un derecho que pueden bajar a las menores con impunidad, un miembro de esa sombra de plantillas de 28 hombres del béisbol moderno que viene y va a Triple A tan pronto como otro de esos relevos intercambiables lanza demasiadas entradas y necesita un descanso. Su recta es aceptable para los estándares modernos, y su ‘slurve’ de estilo Jeff Nelson podría haberle dado más rendimiento cuando Jeff Nelson jugaba. Realiza sus lanzamientos desde un ángulo de tres cuartos, pero se inclina mucho hacia la derecha cuando lanza, lo que aumenta su inutilidad contra bateadores derechos y abandonando cualquier esperanza de eliminar a zurdos. Se pasará el verano lanzando en el anonimato, asegurándose de que los partidos que usted deja de ver a la mitad, terminen.

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Seattle Mariners ficharon al LZ Wade LeBlanc a un contrato de un año, $650,000. [3/24]

Los Mariners se reunieron con su viejo amigo, que proporciona un rendimiento a la altura del promedio. El último año fue en realidad la mejor temporada del lanzador zurdo, al menos según DRA, que siempre lo ha odiado de manera silenciosa y apasionada. Comenzó incluyendo en la mezcla un slider el pasado año, lanzándolo el cinco por ciento del tiempo, en parte porque ya se había cansado de lanzar cualquier otro tipo de lanzamiento salvo el ‘knuckleball’. (Solo tiene 33 años, así que eso es una cuestión de tiempo). Lo que Wade necesita para seguir jugando, lo hará.

En la mayoría de los casos, fue el mismo Wade de siempre: una vida al borde del plato, evitando pasaportes, y siendo devastado cada vez que cometía un solo error. La diferencia fue que su cortadora comenzó a generar rodadas de manera decente, y quizás no por casualidad, solo unos pocos de sus errores se quedaron en el parque. Llámelo la Regla Keuchel: LeBlanc lanzó el 31 por ciento de sus lanzamientos por debajo de la zona, opuesto a su 26 por ciento en 2016. Keuchel puede cambiar esta tendencia porque consigue que la gente abanique contra él (o les canten strikes); Wade no puede hacer ese truco, pero siempre puede negociar bien la cuenta con su control si es que eso no funciona.

Es probable que hayamos presenciado el año de carrera más invisible en la historia, pero es posible que ‘The Blank’ se haya topado con algo que funciona, al menos la mayoría de las veces. LeBlanc seguirá en el mismo rol que en Seattle y que en Pittsburgh: relevo largo, con quizá la oportunidad de comandar el día ocasional de bullpen. Mientras tanto, será una buena presencia dentro del vestuario, inspirando a sus compañeros con su presencia física. Quizá yo pueda sobrevivir en la liga hasta que tenga 33 años también, pensarán para sí mismos. La mayoría no lo logrará.

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