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Image credit: USA Today Sports

Traducción de Martin Alonso  

Previamente en esta serie:
Confesiones de un falso manager: El inicio
Confesiones de un falso manager: Abril
Confesiones de un falso manager: Mayo
Confesiones de un falso manager: Junio
Confesiones de un falso manager: Julio
Confesiones de un falso manager: Agosto

En un esfuerzo para volverme el mejor SaberManager ™, estoy tomando mando de los Cubs del 2005, liderándolos en una temporada simulada en OOTP. Haré todas las cosas que he dicho que los managers deberían hacer, mientras que estudio cómo funcionan estas estrategias de manera aislada y dentro del contexto de un equipo de béisbol jugando una temporada. Para mayor detalle y una explicación sobre por qué y cómo decidí hacer esto – y con los Cubs del 2005 – haga clic aquí.

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Partido 133 (2 de septiembre) – en Pittsburgh; Derrota 4-5; Record: 73-60; 8.5 GB División, 5.5 GB Comodín

Ryan Dempster no pudo aguantar una ventaja de 4-3 en la octava entrada. Si esta temporada muere de disentería, esa será su epitafio.

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Partido 136 (5 de septiembre) – en St. Louis; Derrota 2-3; Record: 74-62; 8.5 GB División, 5.5 GB Comodín

Los Cubs terminaron perdiendo dos de tres partidos en Pittsburgh y llegaron cogiendo a St. Louis, aun con 5.5 partidos por detrás del comodín gracias a que los Marlins también están arrastrándose. Y he comenzado a revisar el marcador a decir verdad. Cualquiera que diga que no lo hace está mintiendo.

En la alta de la novena entrada, tomé una decisión de la cual estoy muy orgulloso. Con los Cubs abajo 2-1, Michael Barrett bateó un sencillo con un out. Barrett ha hecho muchas cosas buenas por mí esta temporada, pero necesitaba a alguien más veloz para correr las bases en esta ocasión. Envíe al veloz corredor designado Eric Patterson. Desafortunadamente para mi, Jeromy Burnitz pegó la bola al shortstop. Según la narrativa del juego, el segunda base de los Cardinals Mark Gruzi…Grudzelan…Gruzz…oh, ustedes saben a quién me refiero, no pudo convertir el doble play porque Patterson había avanzado a tal velocidad que obstruyó (pero no en el sentido legal) su lanzamiento.

La entrada sobrevivió, y Burnitz se volvió el corredor en primera base que logró anotar cuando Jason Dubois bateó un doblete. Después de eso, me felicité por haber enviado a alguien a correr por un verdaderamente lento cátcher que representaba la carrera del empate en la novena de un partido ajustado. Luego Dempster permitió una carrera en la baja de la novena y los Cardinals ganaron.

Con 26 partidos por jugar, me encuentro con un número trágico (el opuesto al número mágico)  de 18 en la carrera por la división. Cualquier combinación de 18 victorias por los Astros o derrotas por los Cubs sería mi perdición. En la carrera por el comodín, el número trágico es 21. Nuevamente me enfrento con la realización de que si esto fuera la vida real, estaría muy mal calificado para hacer lo que necesito hacer ahora mismo. Empecé este ejercicio, esencialmente con la idea que si me dieras un equipo promedio, con el beneficio de mi conocimiento de sabermetría, lo podría convertir en un equipo de postemporada.

Y de alguna manera, los Cubs están al borde de la contención, así que algo debo estar haciendo bien. Quizás necesite que los Marlins tengan una mala semana y media, pero al menos es algo con lo que puedo soñar. Por supuesto, los jugadores en mi (falso) equipo también pueden ver la tabla de posiciones, y se darían cuenta que las probabilidades de calificar por el comodín no son buenas. Después de 136 partidos, todos están cansados, y para tener una oportunidad de alcanzar los playoffs les tendría que decir que a partir de ahora no hay días de descanso. Todos juegan todos los días, con la posible excepción de Barrett, el cátcher.

También estoy considerando cambiar a una rotación de cuatro días, para poder maximizar el número de partidos lanzados por Carlos Zambrano y Greg Maddux. El cronograma no me está jugando favores. Debido al partido cancelado por lluvia el mes pasado en Nueva York y el partido reprogramado, los Cubs jugarán 24 días consecutivos entre el 2 y 25 de septiembre antes de su próximo día de descanso, el cual también es el último día de descanso de la temporada. Incluso si estuviesen motivados, la fatiga eventualmente surtirá efecto.

Las leyes de la economía de comportamiento también me están jugando en contra. Ahora mismo, los Cubs no tienen el puesto de Comodín. Los Marlins sí. Los Marlins tienen el miedo de “perder” el (falso, electrónico) puesto de Comodín. Si los Cubs “no lo alcanzan”, entonces se “esfumó”. Es más fácil inspirar a alguien con el miedo de perder algo que la idea de alcanzar un posible sueño lejano.

Encima de todo eso, no puedo dar un gran y motivador discurso que inspire a mis chicos a mantener un alto nivel de desempeño por tres horas para ganar un partido. Es de notar que todos los ejemplos de “gran discurso gana partido y por ende la temporada” vienen del fútbol americano, donde juegan 16 partidos, y un partido si hace la diferencia. El cuerpo humano puede mantener un flujo estable de cortisol y adrenalina por un corto periodo, pero no por semanas. Necesito que mis chicos lo mantengan por un mes. E incluso si terminan 18-8 en los últimos 26 partidos, significa que habrá ocho noches, quizás dos o tres consecutivas, donde estarán acelerados y aun así tendrán que lidiar con el amargo sabor de la derrota. Cualquiera estaría tentado a rendirse. Con las probabilidades tan bajas, no sé cómo voy a mantener mis creencias.

Me sorprende que tan delicado es lo que propongo. Estoy pidiéndole a personas que están cansadas que corran lo más rápido que puedan para alcanzar algo que – incluso si funciona – no está garantizado. Me pregunto cuántos de ellos dirán – quizás no a mí y quizás no en público – que no vale la pena. No es que no tengan orgullo profesional, pero en algún momento, no tiene sentido echar más leña al fuego. Todos tienen su punto de quiebre. Y cuando dos o tres personas se rinden, incrementa el incentivo para que todos los demás se rindan. Si el no va a aportar del todo, eso hace que nuestro trabajo sea más difícil, así que por qué debería molestarme.

No hay ningún libro de sabermetría sobre cómo enfrentarse a esto. Mi lujoso Ph.D. quizás pueda explicar por qué algo así podría suceder, pero como intervengo para prevenirlo es otra historia. De hecho, me doy cuenta que ya ni siquiera pienso estratégicamente. Sí, aun estoy utilizando todos los trucos de sabermetría de los que he escrito antes, pero me doy cuenta que si bien eso está bien, no es lo que el equipo realmente necesita ahora. Este equipo necesita un líder. Necesitan una razón para luchar contra La Fatiga y no rendirse. Si esto fuera la vida real, estaría tan jodido ahora mismo. He traído una laptop a una pelea de cuchillos.

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Partido 139 (8 de septiembre) – en San Francisco; Victoria 4-1; Record: 76-63; 8 GB División, 6.5 GB Comodín

¿Empujé a Maddux a que haga 115 lanzamientos solo para que pueda terminar la octava entrada, y evitar así usar mi bullpen, incluso aunque personalmente he escrito sobre que tan terrible idea es obligar a los lanzadores a hacer más de 110 lanzamientos en un partido? Sí. Lo hice. Y funcionó.

De alguna forma voy 2-1 en los últimos partidos y he caído aun más lejos de los Marlins. El problema con tratar de ganar terreno en una carrera por la división es que no basta con decir, “Bueno, si juegan a .500, necesito jugar a 6 partidos sobre .500 para alcanzarlos.” Eso es un pedido fuerte. Los Marlins (o cualquier equipo liderando una carrera por la postemporada) no son un equipo de .500, por definición. Si lo fueran, no estarían liderando una carrera de playoffs. Mis Cubs tienen que jugar 6.5 partidos mejor que un equipo de playoffs por los próximos 23 días.

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Partido 142 (11 de septiembre) – en San Francisco; Victoria 3-1; Record: 79-63; 7 GB División, 4.5 GB Comodín

Acabamos de barrer cuatro partidos contra los débiles Giants, quienes se encuentran en último lugar de la NL Oeste. (Eso es decir algo. Los Diamondbacks lideran la NL Oeste con un récord de 70-74. Mi récord de 79-63 sería perfecto para una ventaja de nueve partidos. Mientras que nos damos lástima por un momento, los Cubs estarían empatados por el Comodín de la AL y también serían líderes de la AL Este por 6.5 partidos. ¡Geografía!)

Pero Mark Prior sufrió una lesión en la primera entrada del partido. Con pocas opciones, inserté a José Mercedes en el partido, y me asombré al verlo lanzar 4 2/3 entradas sin permitir una carrera. Ricky Nolasco lanzó 3 2/3 entradas y Mike Remlinger consiguió el último out del partido.

Prior estará lesionado por cuatro semanas. Básicamente, lo que queda de la temporada. Tenía la esperanza de que el modelo de lanzadores-emparejados hiciese más posible que termine la temporada sin lesionarse, y no tengo la menor idea de dónde saqué esa idea. Quizás si aumentó mis probabilidades, y sólo tuve un mal lanzamiento de los dados. Nunca lo sabré. Pero en esta loca carrera, solo me queda seguir sin él. Nolasco se encargará de “arrancar” los partidos emparejados y su compañero será Sergio Mitre. Mercedes – cuya última experiencia lanzando fueron cinco partidos con los Expos en el 2003 – quizás se acaba de convertir en una opción clave de mi bullpen.

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Partido 143 (12 de septiembre) – vs. Reds; Derrota 4-10; Record: 79-64; 8 GB División, 4.5 GB Comodín

Me imaginé que tendría una racha de 20 victorias consecutivas como los Rockies tuvieron (¿tendrán?) en el 2007.

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Partido 145 (13 de septiembre) – vs. Reds; Victoria 11-6; Record: 80-65; 9 GB División, 3.5 GB Comodín

Con mi 80ª victoria, puedo garantizar que mis falsos Cubs del 2005 tendrán una mejor temporada que los verdaderos Cubs del 2005, que tuvieron récord de 79-83. Así que, supongo que eso es algo. Los Marlins han perdido cuatro partidos consecutivos, así que hemos podido ganar terreno. Me siento extrañamente esperanzado. Siento que hay una pregunta que el lado racional de mi cerebro quiere hacer y el lado emocional está evitando a toda costa. ¿Cuál es la probabilidad de que alcance a los Marlins, quienes aun tienen el puesto del Comodín?

Estuve jugando en el menú de OOTP y encontré que el programa lo calcula por ti. Es 6.7 por ciento. Una en 15. Supongo que es mejor que ser uno de esos equipos que tienen una “e” junto a su nombre, gritándole al mundo que están eliminados. El número 162 – el número de partidos en la temporada regular – es divisible entre nueve. (18 x 9 = 162). Por ende, cada 18 partidos en una temporada regular es como una entrada de un partido. Con 145 partidos jugados, mis Cubs acaban de arrancar la novena entrada.

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Partido 146 (14 de septiembre) – vs. Cardinals; Victoria 6-3; Record: 81-65; 2.5 GB Comodín

Mentalmente, ya cedí cualquier idea de ganar la división. Los Astros no se detendrán, y aun seguimos nueve partidos por detrás. En algún sentido, quizás sea mejor que ganen la división. Mirando el cronograma, siete de los últimos nueve partidos de los Cubs son contra Houston. Quizás una vez que ganen la división, dejarán de jugar en serio. Los Marlins, en cambio, han perdido cinco partidos seguidos, y estoy devuelta a tiro de piedra. Pero nuestros oponentes por los próximos tres días, los Cardinals, aun están activos. Entraron a este partido empatados con los Cubs, y gracias a un home run en la sexta entrada por Scott McClain, ahora están un partido por detrás de nosotros.

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Partido 147 (15 de septiembre) – vs. Cardinals; Victoria 5-4 (10); Record: 82-65; 1.5 GB Comodín

Béisbol de septiembre. Contra un rival. En medio de una carrera por la postemporada. Incluso Dempster logró lanzar una entrada sin carreras.

En la quinta entrada, los Cardinals estaban ganando 4-3. El libro oficial dice que cuando un equipo está perdiendo, incluso por una carrera, deberían estar más dispuestos a dejar que el partido salga de control, especialmente a medida que el partido va avanzando. Al menos no deberían estar usando a los relevistas buenos. Parece contra-intuitivo, pero un equipo debería guardar sus escasos recursos para proteger ventajas, en lugar de perseguir déficits. Eso es lo que dice la matemática. Pude haber enviado a quien sea que esté sentado al fondo del bullpen y esperar por lo mejor.

Pero aunque estoy tratando de ser el Sabermanager perfecto, mientras que me ponía en esa situación, sentí algo diferente. Estoy pidiéndoles a estos chicos que mantengan un ritmo acelerado. Necesito que acepten esta situación. Y así, yo voy a tomar una decisión que dice “Si, no creo que ustedes sean capaces de anotar una carrera que empate el partido.” Quizás ese sea el tipo de pensamiento que causé que mi equipo esté en desventaja por los próximos dos o tres partidos, y es una derrota neta, pero todo lo que podía pensar era que necesitaba seguir la carrera, si tan solo por el hecho que si me rendía, yo era el que le estaba diciendo a mis chicos que rendirse era aceptable. No sé si esa será la situación o no, pero así la sentía.

Cuando Dubois empató el partido en la octava entrada con un sencillo, me sentí como un genio. Creo que me fui al Lado Oscuro.

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Partido 148 (16 de septiembre) – vs. Cardinals; Victoria 2-1 (7); Record: 83-65; 0.5 GB Comodín

En la baja de la séptima entrada de un partido empatado 1-1, Jerry Hairston Jr. estaba parado en tercera con Todd Walker al plato. Walker bateó un fly hacia el jardín izquierdo, no muy profundo y pegado a la línea. Mientras que el jardinero izquierdo de los Cardinals, John Rodriguez, atrapaba la pelota, el programa me preguntó si quería que Hairston tratara de anotar.

¡CORRE, JERRY! ¡CORRE!

Diría que había una nube de polvo cuando el umpire lo llamó a salvo, pero el partido se estaba jugando en medio de una tormenta, así que probablemente hubo un montón de lodo alrededor de Yadier Molina. Después de que Derrek Lee caminara, los umpires miraron al cielo encima de la Avenida Waveland y decidieron que no se jugaría más béisbol. Estoy seguro de que los Cardinals electrónicos estaban furiosos de que un partido que podría afectar los playoffs sea cancelado por lluvia. Yo solo me sonreía. Tuve una victoria cercana sin el terror de tener que recurrir a mi bullpen.

Y los Marlins perdieron nuevamente, su séptima consecutiva, y su octava en nueve partidos. Estamos detrás por medio partido.

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Partido 149 (17 de septiembre) – vs. Cardinals; Victoria 10-2; Récord: 84-65; 0.5 Por Delante en el Comodín

No estoy seguro cuál es más increíble, barrer a los Cardinals o el hecho que los Marlins hayan perdido ocho partidos consecutivos. Después del partido, estoy seguro de que les di un gran discurso a los chicos en los camerinos sobre el poder de enfocarse en conseguir algo. El problema es que aún nos quedan 13 partidos por sobrevivir.

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Partido 150 (18 de septiembre) – en Nueva York (N); Victoria 9-7 (10); Récord: 85-65; 1 Por Delante en el Comodín

Debo admitir que no maneje este partido. Este fue un partido de recuperación de uno cancelado por lluvia el mes pasado y apreté el botón equivocado en OOTP y el partido siguió adelante sin mí. Después de darme cuenta de lo que hice, no estaba muy seguro de qué hacer. ¿Qué es un equipo sin su manager?

Resulta que los Cubs jugaron este partido casi como si yo lo estuviera dirigiendo. Ya había ingresado la alineación y al lanzador del día, Kerry Wood, era parte de una pareja. La computadora ya sabía que había puesto un límite de 55 lanzamientos y fue removido del partido después de haber lanzado 2 1/3 entradas con resultados mediocres. Permitió tres carreras. Normalmente, le habría cedido el turno a Rich Hill, pero la computadora insistió en jugar a Mercedes.

Mercedes llevó a los Cubs hasta la quinta, permitiendo dos carreras adicionales, y se encontraban en el lado opuesta de una desventaja 5-0. Pero en la sexta, se recuperaron anotando seis carreras, sellado con un grand slam por parte de Nomar Garciaparra para poner el marcador 6-5, Probablemente hubiera recurrido a Glendon Rusch en ese instante, pero la computadora optó por la progresión de Remlinger (concedió la carrera del empate en la sexta), Will Ohman (séptima inmaculada), y Michael Wuertz (octava y novena inmaculadas). Luego, mientras que el partido empezaba la 10ª, y dobletes de Brandon Sing y Todd Walker, y una base por bolas con las bases llenas a Jeromy Burnitz le daba a los Cubs una ventaja de 9-6, la computadora le dio la bola a Dempster, quien concedió una carrera a los Mets, pero eventualmente le puso punto final al partido.

Parece que la computadora no le tiene tanto miedo al bullpen como yo.

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Partido 152 (21 de septiembre) – en Milwaukee; Victoria 6-3; Récord: 87-65; 3 Por Delante en el Comodín; Número Mágico: 8

Los Marlins acaban de perder su décimo partido consecutivo. Este fue la octava victoria consecutiva de los Cubs. Supongo que esa es una forma de ganar terreno en una carrera por el campeonato. ¿Debería tomar crédito por esto? Ciertamente, no tengo control sobre lo que le está sucediendo a los Marlins, pero creo que si soy un poco responsable por tener a los Cubs jugando consistentemente para que cuando esta oportunidad se asomase, estuviese preparado.

¿Pero soy yo acaso? Y francamente, si esto colapsase en la siguiente semana y media, ¿seré yo el responsable? Si voy a felicitarme por esto, ¿no debería ser responsable por sea lo que se venga? Es fácil tomar crédito cuando las cosas van bien.

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Partido 154 (23 de septiembre) – vs. Astros; Victoria 2-0; Récord: 89-65; 4 Por Delante en el Comodín; Número Mágico: 5

Los Cubs ganaron su décimo partido consecutivo, en un partido que 1994 hubiera estado orgulloso. Greg Maddux luchó contra Roger Clemens en un duelo 2-0, con ambos lanzadores yendo hasta las últimas. Maddux necesitó 102 lanzamientos para acabarlo todo. Parece que iremos a los playoffs.

En otras noticias, los Marlins finalmente ganaron un partido.

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Partido 157 (27 de septiembre) – vs. Pirates; Victoria 8-4; Récord: 92-65; ¡Conseguimos el Comodín!

Después de ganarle una serie de tres partidos a los Astros, los Cubs entraron a este partido con una racha de 12 partidos ganados y un número mágico de 2. Después de revisar los marcadores y ver que los Marlins perdieron 1-0 contra los Nationals, era cuestión de ganar este partido.

Antes del partido, finalmente volví a insertar a Garciaparra como primer bateador, unos meses después de que lo perdió. Respondió bateando su 28º home run de la temporada en la tercera entrada para empatar el partido 2-2. Los lanzadores emparejados Wood (quien va 1-10 este año) y Hill (16-2) lanzaron decentemente (combinando 6 1/3 entradas y permitiendo cuatro carreras) bastando los dos home runs y cinco RBIs de Barrett para enviar a los Cubs a casa como ganadores, y a sus fans soñando una vez más con octubre.

Técnicamente, el título por la división aún es posible, especialmente con el hecho de que los Cubs acaban la temporada jugando contra los Astros, pero no tiene sentido empujar hacia ese punto. Hora de darles a todos un merecido descanso. Al empezar este mes, pensé que escribiría sobre una temporada que termino antes de tiempo.

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Partido 158 (28 de septiembre) – vs. Pirates; Victoria 8-2; Récord: 93-65

Jugué con la alineación menor. Esta se veía así:

Calvin Murray LF

Scott McClain 3B

Neifi Perez SS

Henry Blanco C

Brandon Sing RF

Ronny Cedeno 2B

Felix Pie CF

Nikolaus Crouch 1B

Greg Maddux SP

Limité a Maddux a cinco entradas. De alguna forma, esa alineación produjo mi 14ª victoria consecutiva. Ahora me pregunto si OOTP tendrá un código especial que hace que sus jugadores se sientan especiales al hacer que sus equipos ganen un par de partidos en septiembre.

Los Cubs terminarán la temporada con cuatro partidos sin sentido en Houston. Los Astros ganaron la NL Central, y están tres partidos por detrás de los Phillies para el mejor récord en la NL. Es probable que los Phillies me esperen en la NLDS.

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