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Image credit: © Joe Nicholson-Imagn Images

Traducido por Pepe Latorre

La situación: Los Mariners son competitivos. Dylan Moore, intermedialista titular, ha tenido dificultades en mayo (y es lo suficientemente versátil como para jugar en otras posiciones) y la siguiente mejor opción en la plantilla era Miles Mastrobuoni. Todo esto contribuyó a que Young tuviera su oportunidad y aterrizara en Seattle después de un buen comienzo en Triple-A.

Antecedentes: Young, de 21 años, era un joven talentoso y precoz, que desafiaba con fuerza el estereotipo del novato de preparatoria sobradamente preparado. A los 10 años de edad, al tiempo que era criado en el área de Pittsburgh, se convertía en el mejor pelotero nacional de lanzamiento, bateo y carreras. Más tarde, durante su primer año de preparatoria, se convertiría en un prospecto universitario y un jugador destacado en el área de Pittsburgh. Logró batear por encima de .400 en cada una de sus temporadas de preparatoria. Tras renunciar a un compromiso universitario con Duke, Young firmó con Seattle al salir de la escuela preparatoria por $3.3 millones. Fue la 21ª selección del Draft de 2022. Desde entonces ha sido más o menos lo que esperaba de él: sólido, avanzado y poco emocionante, ascendiendo rápidamente en el sistema gracias principalmente a sus buenas manos, su ojo perspicaz y su habilidad con el bate con una línea de .278/.388/.431.

Reporte de los visores: Young presentó su candidatura sobre unos cimientos bien sólidos. Todo aquí apunta a un segunda base titular superior al promedio, consistente, aunque poco espectacular, para los años venideros. Un prospecto con un valor futuro no inferior a 55 y tan solvente como cualquiera que haya actualmente en la Liga.

La clave aquí será la habilidad de Young para embasarse. El bateador zurdo interpreta bien tanto el giro como la ubicación de la bola cuando sale de la mano del lanzador, manteniendo sus swings principalmente en la zona y acumulando tasas de bases por bolas de entre el 12 y el 14 % a lo largo de su carrera en ligas menores.

​​Las bases por bolas impulsan a un bateador ya de por sí potente, como lo demuestra una tasa de contacto en la zona del 92.6% en su corta temporada. Young mantiene una postura cuadrada, conectando con paciencia todo tipo de lanzamientos a todos las partes del campo. Una velocidad superior a la media desde el lado izquierdo del plato genera un BABIP elevado, algo que ha logrado hasta el momento. Su enfoque, disciplina y coordinación apuntan a porcentajes de embasamiento de nivel alto es decir, superiores a .360.

Las deficiencias notables comienzan con la capacidad de impactar a la pelota. Muchos bateadores con buen ojo han sido expuestos en los niveles superiores debido a su incapacidad para castigar las rectas en la esquina de la zona. Young supera esa barrera, ya que ha trabajado para aumentar su masa muscular y, como resultado, ha visto su poder bruto alcanzar los 45 según los ojeadores. Diez o más cuadrangulares parecen razonables. Dicho esto, el poder de Young nunca será una herramienta destacada: su velocidad de salida, ubicada en el percentil 90 hasta ahora en 2025, caería justo en la mitad de la curva de campana, y su slugging debería rondar los .400. Esa corpulencia en la mitad superior del cuerpo y un brazo promedio también limitan su futuro diario a la segunda base, donde, siendo justos, debería fildear bien. Por último decir que le ha costado atrapar algunas de las rectas más rápidas y vivas que ha visto en ligas menores.

En definitiva, Young debería ser un jugador muy valioso, incluso si cae en el aburrido cuadrante de los “buenos legales”.

Futuro inmediato en las Grandes Ligas: La palabra clave aquí ha sido “avanzado”. Young debería manejar bien las Grandes Ligas, aunque podría tener dificultades contra algunas de las rectas más duras del béisbol. Al principio podría tener solo turnos puntuales contra zurdos. Cabe destacar que ha visto un mayor porcentaje de bolas bateadas ir directamente hacia abajo o hacia arriba contra lanzadores más avanzados en Triple-A, pero parece más probable que se trate de ruido y de una muestra pequeña que da un impacto real en su proyección de bateo.

Young debería ser un jugador promedio de Grandes Ligas de inmediato, con un corto camino hacia un futuro superior al promedio.

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