Traducido por José M. Hernández Lagunes
Los Mets de Nueva York fichan al LD Clay Holmes por tres años y $38 millones de dólares.
Los Mets han sorprendido al mundo últimamente con la firma de un contrato récord con un jugador que no tiene ningún aplazamientos. Hicieron otro movimiento, también: la contratación de Clay Holmes por de tres años, $38 millones con una opción de nulificación después del segundo año. Es uno de los 11 relevistas que han registrado al menos 250 entradas en los últimos cuatro años. De ese grupo, ha registrado la sexta mejor tasa de ponches-menos-caminatas (17.3%), la mejor tasa de roletazos (68.7%) y la tercera menor cantidad de lanzamientos (4,217).
Al parecer, los Mets van a colocarlo en la rotación. Es un movimiento poco convencional que se está convirtiendo rápidamente en normal. Se ha escrito mucho sobre ello. El ejemplo más exitoso es probablemente Spencer Strider. Hay reflexiones sobre lo que un lanzador necesita en su arsenal para hacerlo y sobre parámetros específicos que aclaran lo grande que puede ser el salto. En cuanto al propio Holmes, podría ser apto para lograrlo. Lo que todos estos pensamientos quieren decir es que cada jugador individual es un caso de prueba, porque la transición implica muchas variables.
Sólo en la temporada 2024, hubo jugadores de todo el espectro. Garrett Crochet fue uno de los lanzadores abridores más dominantes de toda la Liga, reduciendo su DRA- a la mitad, de 121 a 62. Michael King conservó gran parte de su velocidad y mantuvo la calidad de su material, logrando un DRA- de 89 en su primera temporada completa en la rotación. Lo mismo ocurrió con Reynaldo López, aunque los Bravos lo trataron con más cautela y tuvo problemas de lesiones en el brazo en la segunda mitad. Jordan Hicks se veía muy bien desde el principio y tropezó, haciendo sólo una aparición después del 24 de agosto y terminando con una marca de 111. Los Giants se comprometieron públicamente a recuperarlo el año que viene. Antes de ellos fueron Seth Lugo y Tanner Houck, que eran considerados más que relevistas a secas, entre otros que causaron impresiones igualmente variadas.
Holmes no ha lanzado más de 70 innings en una temporada desde 2018, que también resulta ser la última vez que fue abridor en la mayoría de sus apariciones. Se encuentra, efectivamente, en línea para tomar el lugar de Luis Severino en la rotación, quién ha partido hacia una especie de limbo en Sacramento. Severino fue uno de los tres abridores de los Mets que hicieron al menos 31 aperturas el año pasado. Acumuló 180 y ⅔ entradas. Los otros fueron Sean Manaea y José Quintana, que también entraron en el invierno como agentes libres. Incluso mientras los Mets gastan en sus estrellas, David Stearns ha dejado claro que ve la rotación como un campo, o un laboratorio.
Desde una perspectiva de “uno fuera, uno dentro”, pedir a Holmes que desempeñe ese papel no es razonable. Casi nadie hace ese tipo de salto en entradas, aunque no es inaudito. En la mayoría de los casos, se trata de tipos que ya han lanzado mucho antes y han perdido tiempo, hombres que conocían los límites de sus cuerpos y tuvieron que reaclimatarse a las exigencias de una larga temporada. En realidad, sin embargo, la idea de que casi cualquier fichaje de agente libre podría ofrecer ese tipo de intercambio uno por uno en términos de carga de trabajo no es razonable. El único que podría hacerlo es el mejor brazo del mercado, Corbin Burnes.
No es que los Mets tengan un presupuesto real que les impida agregar a Burnes–por ahora, el hecho divertido del momento sigue siendo que su nómina de 2025 sigue siendo inferior a la de 2024–pero es relevante que el jugador más útil desde el punto de vista de las entradas también sería el más caro. En 2008, 69 lanzadores lanzaron al menos 180 innings, entre ellos Mike Pelfrey, Jair Jurrjens y John Lannan. (¡Y Nick Blackburn! ¿Y Kevin Correia? ¿Braden Looper?). Ese número subió a 73 en 2010 y ha disminuido constantemente casi todos los años desde entonces. El año pasado, sólo 21 lanzadores alcanzaron el umbral. Los Mets tienen tres de ellos es bastante loco en sí mismo, y va un largo camino hacia la explicación de cómo sobrevivieron con una relativa falta de profundidad. Un equipo que pierde a tres tipos como esos normalmente sería una historia más grande, una cuestión de identidad saliendo por la puerta. No es que Holmes necesite recuperar 110 o 120 entradas, sino que su nuevo equipo lo necesita. Con Stearns al timón, puede que no haya un equipo mejor preparado para conseguirlo.
En el transcurso de su mandato de nueve años con los Cerveceros, Milwaukee terminó en la mitad inferior de la Liga en entradas lanzadas por abridores seis veces. Terminaron entre los 10 últimos en cuatro ocasiones distintas, incluidas dos en las que ocuparon el puesto 25 o peor. La rotación nunca fue constantemente la columna vertebral del club, sin embargo, hicieron cinco apariciones en la postemporada y siempre fueron competitivos en una división luchadora, aunque un poco atrasada.
Si eso no es una nota convincente sobre cómo las entradas lanzadas de los abridores no se correlacionan con el éxito, considera cómo los Dodgers acaban de ganar la Serie Mundial con una rotación de parches que ocupó el puesto 25 en entradas. O cómo los Guardianes llegaron a la Serie de Campeonato en el puesto 24. O cómo los Rays fueron 26º en 2023. Por supuesto, los equipos que flanquean estos ejemplos en la tabla de clasificación estaban fuera de los puestos de postemporada antes de que llegaran los días de verano, pero lo importante es que el hecho de que los abridores de un equipo lancen menos entradas no es una sentencia de muerte. Los que lo consiguen se encuentran a menudo entre los más astutos y mejor informados de la Liga.
En este contexto, los Mets apenas corren riesgos al firmar a Holmes con un contrato de hasta $38 millones de dólares. Si no funciona en la rotación, él y su 84 DRA- pueden volver al bullpen, donde su material funcionará como lo ha hecho en los últimos cuatro años y puede cubrir momentos de alto riesgo. Si el movimiento funciona, tal vez sólo lo consigan por dos años, pero probablemente sean los dos mejores años que podría ofrecer. Por un lado, es una muestra de cómo un ejecutivo que se curtió en equipos con un presupuesto estricto puede ser creativo. Por otro, es un ejemplo de cómo ese mismo ejecutivo puede maximizar las perspectivas de un equipo cuando dispone de recursos considerables.
También hay que tener en cuenta el panorama general. Si lees nuestro sitio constantemente, o cualquier artículo analítico moderno del béisbol, sabes que el lanzador que abre ha estado muriendo una muerte lenta durante mucho tiempo. El papel de un lanzador ha importado cada vez menos en comparación con lo que pueden ofrecer en un momento dado. Cuando se trata de cómo se utilizan los lanzadores, a menudo se habla de que van camino de cierta falta de forma. Lo que este fichaje indica es que puede que ya estemos ahí.
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