Traducido por Marco Gámez
Una de las mejores partes del béisbol es la gran cantidad de expresiones esotéricas utilizadas por la gente dentro y alrededor del juego. Todos hemos visto a un jugador cometer un error mientras corría las bases y hemos visto a todos los periodistas que cubren el juego tuitear al mismo tiempo “TOOTBLAN” (abreviatura de puesto out en las bases como un tonto). En el mundo de la prospección tienen TINSTAPP, abreviatura de “no existe un lanzador prospecto”.
Otro estribillo popular sobre los prospectos es la verdad omnipresente de que “el desarrollo de los jugadores no es lineal”; escuchamos esto cada vez que un jugador joven surge de ligas menores y lucha contra la competencia de las Grandes Ligas. Es bastante fácil hacerse una idea: los avances se producen a trompicones, a medida que un jugador se adapta a la Liga y la Liga contraataca. Si su habilidad se dibujara como una línea en un gráfico, sería más una cadena montañosa que una línea recta.
Sin embargo, eso se refiere al jugador promedio que está por llegar. ¿Qué pasa con las superestrellas, los jugadores que surgen y se mantienen firmes inmediatamente antes de ascender a alturas que el 99% de la Liga nunca podrá alcanzar? Para reformular la máxima: el desarrollo de las superestrellas es logístico.
Lo que me lleva a Bobby Witt Jr. Profundicé en Witt hace aproximadamente un año, cuando parecía un ex gran prospecto que se estaba asentando como un jugador de alto nivel. Terminó esa temporada con 4.7 WARP (14º mayor) y 131 DRC+ (empatado en el puesto 17), ambas marcas confirman su estatus como uno de los 20 mejores jugadores de béisbol. El DRC+ fue un salto de 22 puntos con respecto a su temporada de novato y el WARP fue más del triple de lo que hizo el año anterior. Eso se debió en parte a un gran progreso como defensor; si bien las diversas métricas defensivas muestran imágenes diferentes de su capacidad general de fildeo, todas coinciden en que mejoró de uno de los peores fildeadores de todo el béisbol a un guante al menos competente, aparentemente de la noche a la mañana.
La mejora en el plato provino de la constante evolución de Witt hasta convertirse en un destructor de mundos contra rectas de cuatro costuras. No muestra signos de desacelerar contra ese lanzamiento en particular:
Año | SLG | wOBA | xwOBA |
2024 | .683 | .426 | .470 |
2023 | .524 | .362 | .383 |
2022 | .410 | .302 | .317 |
De cara a su tercera temporada, era una suposición perfectamente razonable pensar que habíamos visto lo mejor de Witt: ¿cuánto podría mejorar de manera realista luego de una temporada 30/30 en la que se estableció como un pilar en la posición más importante del campo?
Resulta que la respuesta es “mucho”: no importa qué tipo de WAR(P) prefieras, Witt es visto universalmente como uno de los tres mejores jugadores de este deporte este año. Ocupa el segundo lugar tanto en fWAR como en bWAR y tercero en nuestro WARP, solo detrás de Aaron Judge y Juan Soto. El salto de 22 puntos que tuvo en DRC+ hace un año parece pintoresco en comparación con el aumento de 37 puntos que logró esta temporada, de 131 a 168.
Ya hemos repasado su constante ascenso para convertirse en uno de los mejores bateadores contra lanzamientos altos del mundo. Naturalmente, los lanzadores contrarrestaron a Witt lanzándole menos cuatro costuras a medida que avanzaba el año en 2023. En cambio, atacaron sus debilidades percibidas con lanzamientos en las rodillas: Witt logró un wOBA acumulado de solo .293 y un valor de carreras de solo -11 contra sinkers, sliders y sweepers el año pasado.
Era un plan eficaz, y ciertamente mejor que seguir lanzándole las rectas de cuatro costuras que le llegaban hasta la cintura y que destrozaba habitualmente. Los lanzadores han continuado con este enfoque en lo que va de 2024, con los derechos en particular reduciendo las rectas del 33% al 26% en general, y del 38% al 26% cuando Witt está por delante en el conteo. No se rinden y, en cambio, le lanzan más lanzamientos contra los que peor se desempeña, incluso cuando necesitan colocar el lanzamiento dentro de la zona. Después de todo, cada año que pasa, una base por bolas parece menos una mala opción. Solo hay un problema: Witt de repente está bateando lanzamientos más bajos en la zona, incluso mejor que las rectas.
Mientras continúa mejorando en la parte superior de la zona, Witt se ha vuelto casi imbatible tanto abajo como allí donde antes había sido vulnerable. ¿Esta temporada? Su wOBA contra la variedad de lanzamientos utilizados en la mitad inferior de la zona es de .446 con 30 carreras de producción. Los progresos año tras año son casi difíciles de comprender, pero imposibles de negar.
Esta nueva capacidad de batear tanto los de cuatro costuras como los sinkers (también conocidos por cubrir tanto la parte superior e inferior de la zona de strike) es poco común entre los bateadores; la mayoría sobresale solo en uno u otro, y ahí es donde los bateadores se ganan la etiqueta de bateador de “bola alta” o “baja”. Witt parece haberse convertido en un camaleón que puede batear ambas, con un wOBA de .478 contra sinkers y .406 contra cuatro costuras esta temporada, que lo coloca en un grupo poco común entre los bateadores. Solo hay seis regulares (más de 400 apariciones al plato) con un wOBA de .400+ contra ambos tipos de rectas. Quizás reconozcas algunos nombres en esa lista:
Bateador | Sinker wOBA | Rectas wOBA |
Aaron Judge | .597 | .508 |
Juan Soto | .500 | .497 |
Bobby Witt | .478 | .406 |
Bryan Reynolds | .433 | .413 |
Shohei Ohtani | .425 | .407 |
Rafael Devers | .410 | .422 |
Si agregas un wOBA de .400+ contra sliders/sweepers (las armas preferidas de tantos lanzadores), la lista se reduce a Judge y Witt, con Ohtani perdiendo por poco el corte con una marca de .398.
Un bateador que se deleita con rectas, sinkers y sliders no deja mucho sobre la mesa para que los lanzadores aprovechen. Witt es capaz de cubrir cada cuadrante de la zona debido a la increíble velocidad del bate y su habilidad de batear la pelota que le permite ajustar contra lanzamientos de velocidad intermedia y aun así poner toda la carga en la pelota.
El rendimiento del bateador sube y baja a medida que los lanzadores descubren cómo contrarrestar sus habilidades; un bateador demuestra de lo que es capaz cuando puede soportar la velocidad de los envíos en las grandes ligas y luego ve una avalancha de lanzamientos rompientes, por nombrar un ejemplo común. A menudo puede parecerse al juego de tapar un hueco abriendo otro en el que el bateador lucha constantemente para cerrar un agujero en su swing. Inherente a ese ir y venir es la suposición de que surgirán nuevos agujeros a medida que el bateador se ajuste; Bobby Witt está poniendo a prueba los límites de esa suposición. En cada una de sus primeras tres temporadas, ha solucionado una debilidad suya sin aparentemente ningún perjuicio para el resto de su juego. No se sabe dónde terminará su techo, y ese debería ser un pensamiento aterrador para los lanzadores de todo el mundo.
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