
Traducido por José M. Hernández Lagunes
Ya está muy cerca una nueva temporada, y con ella la promesa de nuevos nombres en la mira. Intentaremos desenterrar algunos de esos nuevos nombres analizando algunos indicadores estadísticos clave y utilizando algunas nuevas variaciones de viejas herramientas que nos han servido bien anteriormente.
El año pasado, un modelo de calidad de contacto que determinó un wOBA “merecido” en contacto ayudó a predecir una inminente explosión de Taylor Ward. Entró en 2022 con un OPS+ de 88 en su carrera y lo terminó con una excelente marca de 135 en la temporada. Los demás vieron resultados dispares: Justin Williams y Kyle Lewis sufrieron lesiones significativas, y Cody Bellinger continuó luchando contra sus peculiaridades antes de emprender camino hacia Chicago en la temporada invernal.
Utilicé un método similar este año para asignar las probabilidades de un sencillo, doble, triple o cuadrangular a cada pelota bateada por un jugador en 2022 basado en datos de 2015-2021, y calculé su promedio de bateo, porcentaje de slugging y porcentaje de slugging aislado (slugging menos promedio) a partir de ahí. El uso de esos resultados puede ayudarnos a identificar a algunos jugadores ignorados cuya mejora en la calidad de la bola bateada podría conducir a mejores temporadas en el futuro.
Para 2015-2022, estas son las correlaciones del ISO modelado con el ISO del próximo año, que es la más pegajosa de las estadísticas de línea superior y quizás la más útil para estimar la producción de potencia pura:

Una r de Spearman de 0.6 muestra una fuerte relación monótona con el ISO de la próxima temporada, y eso sin tener en cuenta factores de parque, curvas de edad o una pelota fluctuante. Nos gustaría saber cómo de fiable es esta medida, es decir, la relación de la estadística consigo misma en el futuro, y ahí es donde realmente brilla:

Los resultados modelados son muy similares año tras año, con una r de Spearman de 0.76, lo que significa que podemos tomar estas estimaciones de una temporada y estimar razonablemente que serán similares en temporadas futuras. Esto hace que este ejercicio sea especialmente útil para descubrir jugadores que sufrieron suerte o circunstancias desfavorables en un año y que se puede esperar que rindan mejor en el siguiente. Pasemos a los nombres:
Michael Massey, 2B, Kansas City Royals
El jugador con menor rendimiento (mínimo de 100 pelotas bateadas) no fue otro que el 2B de los Royals, Michael Massey, quien también obtuvo buenas calificaciones según las métricas de Baseball Savant, con una tasa de contacto con el barril del 13% y un xwOBACON de .400+ en sus 131 pelotas bateadas.
Nuestro método le asignó un porcentaje de slugging de .503 por el mérito de su contacto, si no por el libro del anotador. La mayor diferencia parecía derivarse de algunos de los cavernosos parques de la División Central de la Liga Americana, no menos importante que aquel en el que jugó la mayoría de sus partidos. Por ejemplo, esta pelota tenía un 82% de posibilidades de ser un cuadrangular, basándose en su combinación de velocidad y ángulo de salida, y ángulo de rociado (o dirección del hit); terminó siendo un sencillo:

O este batazo en Target Field, el cual tenía 92% de posibilidades de ser un cuadrangular:

Massey la bateó a 100.1 mph con un ángulo de salida de 31 grados y la jaló ~ -24 grados. En la era Statcast, bolas con esa combinación de parámetros han salido del parque 61 de 63 veces.
Es posible que Massey tenga que hacer algunos ajustes frente a los lanzamientos rompientes—abanicó en más del 40% de ellos y sólo logró un promedio de 85.6 EV en ellos—y enfrentará competencia por tiempo de juego con Nicky López y Samad Taylor en un abarrotado cuadro en KC, pero seguramente tendrá mejor suerte cuando conecte en 2023.
Harold Castro, IF, Detroit Tigers
No mucho le salió bien a ningún Tigre de Detroit en 2022. Nuestro siguiente jugador no fue la excepción. La línea superficial de Harold Castro fue brutal—.271/.300/.381—y le valió no ser renovado por los nuevos encargados de tomar decisiones en Detroit, pero no todo es pesimista en 2023.
El infielder recibió una invitación al campamento de los Rockies y, gracias a la desafortunada lesión de Brendan Rodgers, tiene la oportunidad de desempeñar un papel importante allí. Es difícil imaginar una mejora de parque más grande para un bateador que ir de Comerica a Coors Field, y los números subyacentes de bolas bateadas de Castro sugieren que debería haber sido más productivo el año pasado a pesar de todo:
AVG | SLG | ISO | |
Real | .271 | .381 | .110 |
Modelado | .286 | .457 | .171 |
Castro no batea con especial fuerza, pero sí lo suficiente y con una elevación normalmente productiva para conseguir sencillos y dobletes. El porcentaje de pelotas que bateó entre 8 y 32 grados—conocido como porcentaje de “punto dulce” en Baseball Savant—fue del 41.6%, el quinto entre los bateadores calificados, justo detrás de Freddie Freeman, J.D. Martínez y Taylor Ward. (El número 1 en esa lista es Bryan De La Cruz, otro jugador aparentemente en fila para dar un paso al frente). Dado el espacioso jardín al que se traslada, es probable que Castro consiga bastantes más hits y podría ser un bate sorprendentemente importante en la División Oeste de la Nacional.
Keibert Ruiz, C, Washington Nationals
La opinión sobre Ruiz se ha amargado un poco desde que los Dodgers lo traspasaron y aparentemente retrocedió la temporada pasada, pero tras una inspección más detallada, su primera temporada completa en las Mayores no fue tan mala. Según todos los indicios, fue víctima de la mala suerte con las pelotas bateadas, y las brillantes evaluaciones de su herramienta de bateo demostraron estar al menos un poco basadas en la realidad cuando se ponchó en sólo el 11.5% de sus apariciones al plato.
La mayor parte de su mala suerte la tuvo como zurdo, y gran parte de ella se explica por los reacomodos defensivos. Conectó 23 roletazos o líneas al reajuste, las cuales tuvieron un xBA combinado (que no tiene en cuenta la dirección del batazo o la posición del defensa) de .495; algunos de ellos seguramente caerán en esta próxima temporada contra defensores peor situados estratégicamente. El método que utilizamos indica que debería haber obtenido 12 hits más: 11 como zurdo y 1 como diestro.
% reacomodo (lanzamientos) | AVG | BABIP | Hits | Hits modelados | |
Zurdo | 86.3 | .255 | .276 | 77 | 88 |
Diestro | 28.8 | .269 | .304 | 22 | 23 |
Eso debería resultar en un gran impulso a su promedio de bateo en 2023, y después de lograrlo, el siguiente paso de Ruiz es simple: puede cambiar su exceso de contacto débil por más producción de contacto. Hay una relación inversa entre el swing para elevados y los ponches, pero cuando se pone el palo en la bola con tanta frecuencia como lo hace Keibert, puede darse el lujo de ceder un poco.
Ji-Man Choi, 1B, Pittsburgh Pirates
Ji-Man Choi es otro jugador cuyos resultados de 2022 no reflejaron con exactitud lo que estaba haciendo en el plato. Si bien su OBP de .341 lo impulsó a un OPS+ de 114, su porcentaje de slugging de .388 pareció inferior para un 1B/BD. Quizás se merecía algo mejor. Siempre ha tenido una disciplina de élite en el plato (percentil 96 en tasa de persecución), pero un aumento constante en la calidad del contacto parece que debería conducir a una mejor producción en el campo.
Un área en particular en la que ha mejorado es contra los cambios de velocidad. Como zurdo, es particularmente importante que Choi sea capaz de manejar lanzamientos de menor velocidad, y 2022 marcó un punto alto en el tipo de contacto que estaba haciendo en estos lanzamientos:
Año | SLG | SLG modelado |
2020 | .343 | .332 |
2021 | .388 | .426 |
2022 | .394 | .512 |
Una vez que sus resultados alcancen su tasa de contacto, Choi estará listo para ver su mejor temporada de poder desde la temporada 2019 y sus pelotas turbocargadas, en la cual conectó 20 cuadrangulares.
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