Hay veredicto

Image credit: Wendell Cruz-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

Cuando un Yankee tiene un mal día, semana, mes o temporada, rara vez pasa inadvertido para quienes siguen el béisbol; tal es el peso de jugar para la franquicia más venerada del deporte, en la ciudad, llena de medios de comunicación, que nunca duerme. Lo contrario también es cierto: una racha sobresaliente de un jugador de los Yankees obtendrá elogios que los jugadores en clubes seguidos más modestamente nunca experimentarán. Y, sin embargo, un Yankee está teniendo una temporada histórica verdaderamente trascendente y no está recibiendo el nivel de reconocimiento que merece porque es una temporada que va más allá de la cantidad de jonrones.

Me refiero, por supuesto, a Aaron Judge, quien está con su equipo luchando por mantener el liderato de su división y él mismo está luchando contra otras estrellas por la corona del Jugador Más Valioso de la Liga Americana. No estoy aquí para discutir esa competencia; básicamente solo quiero asegurarme de que las personas aprecien una de las mejores temporadas de poder que jamás hayan visto. Estas son algunas formas en que, este año, Judge se ha diferenciado del resto:

ISO histórico

El poder aislado, o ISO como se le llama en la mayoría de los sitios de internet, es la diferencia entre el promedio de bateo y el porcentaje de slugging; es esencialmente una especie de “porcentaje de bases extra”. Muchos de los jugadores que generalmente se ubican cerca de la parte superior de las tablas de clasificación ISO tienen cifras extraordinarias en los tres resultados básicos cuya producción de poder se ve afectada por un promedio de bateo bajo: la lista de los 10 mejores en ISO entre jugadores activos incluye nombres como Kyle Schwarber, Joey Gallo, y Pete Alonso quienes encajan en tal descripción. Batear para un promedio de .300+ no ayuda a un bateador en este departamento. De hecho, hace que tener un ISO más alto sea más difícil. Y, sin embargo, Aaron Judge, con su promedio de .301, lidera el béisbol con una marca de .382, 90 puntos por delante del segundo lugar, Yordan Alvarez, quien vive una temporada de poder monstruoso con una cifra de .292.

El ISO de .382 de Judge es impresionante por algo más que liderar la liga este año: sería la décima mejor marca de temporada individual desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Las nueve temporadas de bateadores que se ubican por delante de él son: cuatro esfuerzos de Barry Bonds, 3 campañas de Mark McGwire, un año de Sammy Sosa y uno de Jeff Bagwell. Compañía decente para un bateador de poder.

Explorar más tablas de clasificación históricas nos lleva a estadísticas ajustadas por efectividad y estadio que intentan contextualizar el desempeño de cada bateador en un campo de juego estadísticamente nivelado. El SLG+ de Judge de 175 es el noveno mejor desde la Segunda Guerra Mundial, una vez más detrás de algunas temporadas de Bonds y McGwire, además de dos años de Ted Williams y uno de Stan Musial y Hank Aaron. Eso es, eh, cuando menos un muy selecto grupo. Este gráfico muestra SLG ajustado por era (eje y) contra ISO (eje x) desde 1946.

Dominando la curva (y la slider)

No se equivoquen, Judge ya era un gran bateador antes de esta temporada, llegando al 2022 con un OPS+ de por vida de 150 en casi 2500 apariciones en el plato. Pero si tenía una debilidad, había sido (en relación con su costumbre) un contacto más débil y una gran cantidad de abanicados contra lanzamientos quebrados; incluso cuando terminó en segundo lugar para el JMV de 2017, abanicó más de la mitad de las bolas quebradas a las que les hizo swing. Sin embargo, en los últimos dos años, Judge ha tomado medidas para superar esas debilidades. Podrías decir que le ha dado resultado:

Judge gradualmente ha hecho más contacto contra los lanzamientos quebrados, y cuando lo hace, su poder prodigioso realmente aparece. Para dar una idea de cuánto vale eso: si hubiera hecho contacto con los lanzamientos quebrados a este ritmo mejorado en su temporada de 2017, ceteris paribus (con todo lo demás igual), eso lo habría llevado a sumar 24 bolas más en juego. A primera vista, puede que no parezca mucho, pero con su tasa de jonrones por bola bateada (12.5 % ​​en su carrera), esa es la diferencia exacta entre las 55 bombas que tiene ahora y las 52 que tuvo con casi 100 apariciones más en el plato en 2017.

Ha convertido tan a fondo esta debilidad en una fortaleza que, con un mes de juegos por disputar, Judge ya ha acumulado el valor de carreras más alto en una temporada contra las sliders, 17.8 carreras, desde que comenzó el seguimiento de lanzamientos.

Bueno en las nuevas mediciones, también

Desde la introducción de Statcast en 2015, MLBAM ha desarrollado una serie de medidas para cuantificar la calidad de la bola bateada por un bateador. Quizás la más exitosa entre estas es “barriles”, que generalmente mide los tipos de contacto que con frecuencia se convierten en extra bases y jonrones. La tasa de barriles de un bateador es la frecuencia con la que produce esos barriles.

Teniendo en cuenta el resto de este artículo, puede que no le sorprenda saber que Aaron Judge está logrando la tasa de barriles más alta registrada hasta ahora, con barriles que representan más de una cuarta parte (26,8 %) de sus bolas bateadas este año. Sobre una base de aparición en el plato, el 15.7% de sus viajes hacia el plato terminan con una bola que tiene posibilidades de ser extra bases. Eso, también, es un nuevo récord para Statcast, y su tasa de Batear Fuerte (porcentaje de pelotas bateadas a más de 95 mph (153 kph)) del 61.5% sería un récord si no fuera por la temporada 2020 de Fernando Tatis, Jr.

Pon todas estas cosas juntas y es evidente que Judge está teniendo una temporada para la historia. Ya sea que termine con premios individuales o no, es una que debería ser reconocida por lo que es: la mejor temporada que alguien haya tenido desde que Barry Bonds se retiró.