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Image credit: Brett Davis - USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

Avisaíl García no fue un prospecto muy promocionado ni seguido de cerca en los inicios de su carrera profesional. En sus primeras tres temporadas en las Grandes Ligas, en dos de las cuales solo actuó como jugador suplente, solo conectó 27 jonrones. El venezolano comenzó su carrera profesional en la organización de los Tigers en 2008 e hizo su debut en las Grandes Ligas con Detroit en 2012. Jugó allí hasta 2013 cuando fue enviado a los White Sox en el intercambio múltiple que involucró a Jake Peavy. A lo largo de cinco temporadas con Chicago, desde 2014 hasta 2018, García registró números aceptables, aunque no fueron asombrosos: una línea ofensiva de .271/.322/.424, con 74 jonrones, 285 carreras anotadas, 289 carreras impulsadas y 26 bases robadas en 2,358 apariciones al plato.

Después de dejar Chicago, firmó con Tampa en 2019 y luego con los Brewers para las temporadas 2020 y 2021. Durante ese lapso de tres temporadas, disfrutó de su mejor período ofensivo hasta la fecha, acumulando una línea ofensiva de .267/.332/.453 y totalizando 51 jonrones, 149 carreras, 173 carreras impulsadas y 19 bases robadas en aproximadamente la mitad de las apariciones al plato (1,252) que tuvo con los White Sox. Su mejora en las estadísticas cuantitativas, impulsada por un buen accionar en el plato, lo ayudó a asegurar un contrato de cuatro años con los Marlins antes de que comenzara el cierre patronal.

Por mucho que García haya pasado por un renacimiento durante los últimos dos años con Milwaukee, todavía hubo algunas cosas que no salieron como uno quisiera. Su tasa de ir tras los envíos subió a la segunda peor marca de su carrera, y la peor desde que dejó a los White Sox, casi un 42%. También fue más agresivo con los lanzamientos en la zona, atacando casi el 84% de los lanzamientos sobre el plato, pero haciendo contacto con ellos a una tasa de 77.2%, la más baja de su carrera. También se ubicó entre los 20 primeros en tasa de abanicar lanzamientos, registrando un 33,6% y poniendo en duda su capacidad para conectar la pelota con combinación de buena velocidad de salida y buen ángulo de despegue.

A pesar de esas señales preocupantes, García tuvo la segunda mejor temporada de su carrera, como lo demuestra su WARP de 2.6. Victorias por Encima de Jugador Reemplazo (WARP, por sus siglas en inglés) no es una estadística de fantasía, pero las 515 AP que contribuyen a ese valor indican su reciente robustez, lo que es muy valioso en ligas con formatos más largos. Su línea ofensiva de .262/.330/.490 se tradujo en impresionantes estadísticas cuantitativas, las mejores cifras de su carrera en jonrones (29) y carreras impulsadas (86), mientras seguía produciendo cifras valiosas para ligas de fantasía en las otras categorías. Lo más interesante de su temporada 2021 resultó ser que su índice de batear fuerte (46.1%) y de barrel  (12.2%) fueron los más altos de su carrera. También registró su segunda mejor velocidad máxima de salida con 116.7 mph (188 kph), que solo fue superada 13 veces por otros jugadores de Grandes Ligas. Debemos tener cuidado al evaluar estas estadísticas, ya que la mezcla de diferentes tipos de contacto, más la pelota adulterada, complica considerablemente el análisis. Esto es especialmente cierto para Velocidad de Salida máxima (max EV, por sus siglas en inglés), comparando temporada tras temporada. En este gráfico, que rastrea la velocidad de salida versus el ángulo de despegue, los puntos azules representan 2021 y los puntos naranjas 2020.

Sin embargo, la tasa de batear fuerte de García estuvo entre las 30 mejores en la liga, su Velocidad de Salida máxima fue la duodécima, y la tasa de barrel estuvo cercana a la de monstruos del poder como Matt Olson y Mitch Haniger Pero lo que más me llamó la atención fue la agresividad de García en el primer lanzamiento de cada turno al bate.

Su tasa de swing al primer lanzamiento subió casi 10 puntos al 50.1%, una cifra impresionante que incluso superó la tasa de 48.5%, la más alta de su carrera en 2017. Sin embargo, este aumento no es motivo para desanimarse: su wOBA (Weighted On-Base Average, por sus siglas en inglés) en conteo de 0-0 en 2021 fue .424, regresando a los mismos niveles de su cifra tope en 2017-2018.

Avanzando

García ganará buenos centavos durante los próximos cuatro años, con un equipo de Miami que sigue siendo interesante a pesar de que Derek Jeter se fue. Se espera que batee tercero, después del eléctrico segunda base Jazz Chisholm Jr. y el consolidado campo corto Miguel Rojas, y por delante del consistente bateador de poder Jesús Aguilar y del joven, prometedor y capaz de hacer bien muchas cosas Jesús Sánchez. Esta parte de arriba de la alineación de los Marlins puede parecer poco impresionante en comparación con otros clubes, lo que hace que la esperada ubicación en la alineación de García sea menos sorprendente. Sin embargo, hay indicadores de que podría estar a la altura de la tarea.

Aunque PECOTA lo etiqueta para una línea ofensiva de .257/.328/.428 con 20 jonrones, 72 carreras anotadas, 68 carreras impulsadas y siete robos en 2021, no puedo evitar pensar que su agresividad en los primeros lanzamientos es válida para esta temporada 2022. En ese caso, sus posibilidades de alcanzar un promedio de bateo de .270 y 25-30 jonrones, más ~85 anotadas/empujadas, aumentan. Además, al alcanzar la base más veces elevarán las oportunidades de robar bases. Estos números lo convertirían en una mejor opción en su actual Posición Promedio de Selección (ADP, por sus siglas en inglés), que es la 166, para el Campeonato Nacional de Ligas de Fantasía de Beisbol (NFBC, por sus siglas en inglés) que Lourdes Gurriel Jr., yendo una ronda completa antes.

El más allá

¿Hay vida para los jugadores después de los 30  años? Casos como los de Joey Votto y Nelson Cruz son bastante representativos y parecen indicar que sí puede haber. Sin embargo, es significativo que García se encamine hacia la oportunidad de repetir este tipo de comparación al desarrollar un nuevo nivel de poder, similar al que desarrolló Votto la temporada pasada. Seamos completamente claros: no estoy diciendo que García se convertirá en un bateador de proyectiles como lo hizo Votto en 2021. Sino que podría mostrar su habilidad para conectar elevados significativos a pesar de su avanzada edad, lo que le da una buena oportunidad de superar el valor de un típico viejo que se aburre en casa y por eso trabaja.

Sin duda, es justo dudar de su capacidad para mantener este tipo de producción, dado que pocos jugadores cumplen lo que podríamos esperar después de llegar a 30 años. Pero García no solo está mejorando. Ha hecho un gran ajuste en el plato, lo que lo convierte en un candidato perfecto para un gran tercer acto la próxima temporada. Como tal, deberías considerarlo una opción más viable que el típico jugador de su edad.

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