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Image credit: Kirby Lee - USA Today Sports

Traducido por Pepe Latorre

La semana pasada le eché un vistazo a algunos nombres no muy conocidos que podrían acumular más bases robadas que las esperadas. Esta semana me voy a centrar en lo contrario: aquellos ladrones de bases cuyo rendimiento podría estar por debajo de lo esperado en el día del draft.

Myles Straw, Cleveland Guardians

¿Cómo puede estar sobrevalorado (al menos desde el punto de vista de las bases robadas) alguien que ha alcanzado las 30 almohadillas? Cuando rascamos un poco nos damos cuenta de que las cosas no son tan positivas.

  • Straw acumuló 312 oportunidades de robar bases. Casi la mitad de su total de apariciones al plato.
  • Su porcentaje de intentos de robo fue del 11.5%, menor que el de Randy Arozarena o Akil Baddoo.
  • Empató en la cuarta posición en robos totales, pero fue el 25º en TRAA (intentos de robo con respecto a la media de la Liga, por sus siglas en inglés).

No me malinterpretes, no estoy diciendo que Myles Straw no vaya a llegar ni a las 10 bases. De hecho, creo que no va a tener problema, siempre y cuando tenga tiempo de juego necesario, en llegar a las 20. Es muy rápido, pero no tan rápido como era cuando debutó. 75 pies en 3.31 segundos es una muy buena marca—tan buena que me sorprende que no corra más.

Y es que es cierto, Straw no está corriendo tanto como piensas. Sus 30 robos llegaron en solo 36 intentos. Jugó casi todos los juegos, y eso arroja ciertos datos a su favor. Solo Tyler Wade y Jarrod Dyson, dos peloteros que normalmente se desempeñaron como corredores emergentes, lograron irse a las dos cifras en bases robadas con un mejor porcentaje de éxito.

Straw no conecta ni muchos cuadrangulares ni muchos hits de extra base, por lo que dispondrá de una cantidad de oportunidades de robar superior a la media en relación con sus apariciones en el plato. Esto también significa que podría no seguir bateando como primer bate, ya que su valor ofensivo está por debajo del promedio. Si logra menos hits, o incluso si estos disminuyen cuando hay alguien en base delante de él, no es demasiado difícil verle caer al rango de las de 20/25 bases robadas. Me gustaría que intentará ir a por todas, y es que aquí tienes a uno que afirmó que podía robar 50-60 bases con el tiempo de juego necesario. De momento, hay que decir que Straw simplemente no ha corrido a un nivel de élite.

Mookie Betts, Los Angeles Dodgers

Esto puede sorprender menos, pero sigo pensando que vale la pena hablar sobre el tiempo que le queda a Betts como un pelotero de cinco herramientas. La estrella de los Dodgers robó tantas bases en 2021 como lo hizo en la temporada acortada del año anterior. Está claro que hubo factores atenuantes, los problemas en la cadera le limitaron a 122 juegos y le hicieron jugar con molestias durante buena parte de la temporada. La buena noticia, y el optimismo respecto al futuro, viene del hecho de que no ha necesitado cirugía.

El escenario ideal es que Betts vuelve completamente recuperado, con sus capacidades atléticas restablecidas y que intenta robar bases de nuevo. Sin embargo, consideremos lo que ha perdido. Su marca en los 75 pies se redujo a 3.45 segundos, fuera de los 3.4 que marcan el límite para las temporadas sobresalientes en robos de bases. Recorrió la línea más lentamente que nunca: 4.46 segundos, es decir, 14 centésimas peor que el año anterior y casi tres décimas peor que la mejor marca de su carrera. A pesar de contar con 254 oportunidades de robo, acumuló 15 intentos. Esto supone una tasa de SBA (intentos de robo) del 5.9%. Su TRAA estuvo apenas por encima del promedio (0.008).

Hay dos problemas potenciales en el futuro. Uno es que Betts, en términos de velocidad, es exactamente la misma versión que era en 2021, si no una peor. Eso no solo dificulta el éxito, sino que también podría reducir su disposición a intentarlo. La segunda es que Betts podría recurrir a la técnica del costo-beneficio para justificar el dejar de correr, incluso si se recupera físicamente. Hemos visto a Mike Trout tomar una decisión similar, y su velocidad sigue siendo mucho más impresionante que la que mostró Betts la temporada pasada.

Si hay un riesgo adicional para su salud por robar una base, y dado todo lo demás que Betts puede hacer, es difícil argumentar que vale la pena correr. Es posible que se proyecte que el jardinero de los Dodgers se vaya a los 15-20 robos, pero es muy plausible que acabe con un solo dígito. Sigue siendo un excelente bateador, pero no una opción de primera ronda si los robos no vuelven.

Isiah Kiner-Falefa, Texas Rangers

La llegada de Corey Seager y Marcus Semien ya suponían una amenaza para el tiempo de juego del Kiner-Falefa. Pero ahora mismo, todavía está siendo seleccionado como titular en la parte baja o como primer reserva en ligas de 15 equipos, justo fuera del Top 300 en formatos NFBC (una tendencia que dura desde principios de diciembre). La velocidad es claramente la razón principal para reclutar a Kiner-Falefa, que robó 20 en 25 intentos en 2021.

No nos precipitemos. Además de la posibilidad de que se reduzca su tiempo de juego, Kiner-Falefa logró esa producción en 293 oportunidades repartidas en 677 apariciones en el plato. Dado el riesgo de que lo desplacen hacia abajo en el lineup así como que quizás sus compañeros no dejen las bases vacías tan a menudo, hace casi seguro que sus totales bajen. El porcentaje de bases robadas de Kiner-Falefa fue del 8.5%. Dadas las 218 oportunidades promedio de la Liga, el número de intentos se reduce a 18 o 19.

Luego tenemos el problema de su velocidad, que no es espectacular. Su marca en los 75 pies fue la misma que registró un Betts lastrado por las lesiones: 3.45 segundos. Es un área límite para tener éxito, y perder tan solo una pizca de velocidad en la temporada en que cumple 27 años podría suponer una diferencia importante. Está justificado rebajar las expectativas de Kiner-Falefa a al menos 15 robos. Dado el riesgo de perder tiempo de juego por las nuevas incorporaciones (y la inminente llegada de Josh Jung) y su débil bate, creo que las opciones de éxito son muy limitadas, y las de decepcionar extremadamente altas.

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