keyboard_arrow_uptop
Image credit: Nathan Ray Seebeck - USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

La situación: Es casi sorprendente que los Rays hayan tardado tanto en llamar a Shane Baz. Para cualquier otro equipo en su situación—11 miembros del cuerpo de lanzadores en la lista de lesionados de 60 días y dos más en la de 10 días—habría debutado hace meses. Pero los Rays tienen una abundancia de brazos útiles. Ahora, después de llamar a Wander Franco en junio, finalmente están debutando a su otro mejor prospecto, haciendo su primera apertura en las Grandes Ligas contra los Blue Jays de Toronto el lunes.

Antecedentes: Seleccionado en el puesto 12 en 2017 por Pittsburgh, Baz era conocido por su gran brazo, sus lanzamientos secundarios avanzados y su complexión proyectable. Su material eléctrico venía con una mecánica cuestionable, lo que llevó a tasas de bases por bolas insostenibles en sus primeros años como profesional. A pesar de ponchar a más de un bateador por entrada, el temido perfil de relevista comenzó a aparecer en las mentes de los evaluadores, a pesar de que sus números subyacentes mostraban que sobresalía en la prevención de cuadrangulares y demás contacto fuerte.

Afortunadamente, un intercambio sobresaliente envió a Tyler Glasnow, Austin Meadows y Baz a los Rays en agosto de 2018. Cada uno es visto como prospectos de alto nivel con defectos y rachas de bajo rendimiento. Desde el intercambio, los movimientos de Baz, que alguna vez fueron violentos, se han refinado en algo mucho más controlado y consistente. Camina a menos de dos bateadores por cada nueve entradas y poncha a más contrincantes que nunca. Este año ha sido igual de dominante en las temporadas de Doble-A, Triple-A y en el equipo olímpico de EE.UU., y pronto podría convertirse en una de las mayores armas de los Rays al entrar en la recta final y en la postemporada.

Reporte de los visores: Si se comparara a Baz en su etapa de amateur y a Baz a punto de su debut en las Grandes Ligas, se verá una complexión similar y su característica melena rubia saliendo por la parte trasera de su cachucha. Si se observa cómo lanzaba entonces y cómo lo hace ahora, la historia es completamente diferente. Ya no hay giros de cabeza, ni esfuerzos excesivos, ni giros sobre el talón hacia el lado de la primera base. Hoy en día, es tan simple como los movimientos sobre la lomita pueden ser: fuera de la extensión, hay una breve elevación de la pierna para conseguir un poco de impulso bajando el montículo, pero básicamente permanece erguido con los ojos en su objetivo.

El esfuerzo que realizaba antes no servía de mucho. El talento del brazo siempre ha estado ahí (se ha asentado en la banda de velocidad de mediados de las 90 millas para su bola rápida), y a veces lo reduce aún más para tener un mayor dominio del lanzamiento. Sin embargo, si es necesario, digamos, más tarde en el juego durante una cuenta de dos strikes, puede volver a aumentar su velocidad a casi tres dígitos.

Su slider es su mejor oferta secundaria, al menos en la actualidad, y puede utilizarse en cualquier cuenta y lanzarse para robar un strike o conseguir abanicadas tanto dentro como fuera de la zona. Con rotura y velocidad promedio, depende en gran medida de que sea recibido el lanzamiento correctamente. La curva tiene algunas características de bucle y no la lanza con el mismo tipo de confianza que el slider o la bola rápida. El cambio de velocidad podría convertirse en su mejor lanzamiento en el futuro, con un buen desvanecimiento hacia el lado del brazo, necesitando sólo una mejor consistencia con su punto de liberación.

Impacto inmediato en las Grandes Ligas: Nunca se sabe realmente lo que Tampa hará con sus jóvenes lanzadores. Baz podría impactar y aún así ser regresado a ligas menores después del juego. Lo que es importante en este momento es que el equipo tiene el mejor récord de la Liga Americana, y está posicionado para usarlo en cualquier variedad de roles una vez que comience la postemporada.—Keanan Lamb

Impacto en equipos de fantasía: Hay muchas cosas por las que entusiasmarse al tiempo que Baz hace su debut en las Grandes Ligas, pero se trata más de su potencial para el 2022 que de lo que haga en el calendario restante. Baz obtuvo unos números sorprendentes en Doble-A, lanzando 32 y ⅔ innings en siete aperturas con un ERA de 2.48 y un WHIP de 0.73, mientras ponchaba al 40.8% de los bateadores que enfrentaba. Incluso mejor, redujo su tasa de caminatas a un sorprendente 1.7%. En 2019, cuando estaba en liga A baja, su tasa de bases por bolas fue del 10.8%.

Al cambiar sus movimientos en la lomita a algo mucho más tranquilo y fluido, Baz pudo saltarse un nivel de ligas menores y acelerar su llegada a las Mayores un año entero. Cuando fue ascendido a Triple-A a mediados de junio, siguió mostrando una extraordinaria mejora. Terminó con 46 innings lanzados en 10 aperturas con un ERA de 1.76, un WHIP de 0.85 y una tasa de ponches del 36% con una tasa de bases por bolas del 6.2%.

Si bien se podría objetar que Baz se benefició de la buena suerte con un índice de corredores dejados en base del 95.5%, no hay duda de que ha dado un gran salto en su desarrollo durante esta última temporada. Esto es un buen augurio para su debut, pero estoy mucho más entusiasmado con lo que podría hacer para los dueños de equipos de fantasía en 2022.

Baz debutará contra la temible ofensiva de los Blue Jays, lo que podría llevarlo al fracaso si confía demasiado en su bola rápida de cuatro costuras. Tendrá que mezclar bien su slider y su cambio de velocidad para superar esa alineación. Así que, aunque estoy intrigado por ver lo que puede hacer contra una alineación de Grandes Ligas, los propietarios de fantasía deben ser advertidos de que los novatos son a menudo volátiles: incluso los mejores.—Tim McCullough

Thank you for reading

This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.

Subscribe now
You need to be logged in to comment. Login or Subscribe