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Image credit: © Richard Mackson-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

Estamos recuperándonos de la fecha límite de intercambios más activa y motivada por WAR de la historia.  En contra de mis expectativas, los equipos intercambiaron jugadores de impacto en todas las direcciones, desde Max Scherzer y Trea Turner que se dirigían a Los Ángeles hasta el cadáver endurecido de la dinastía de los Chicago Cubs entregando sus últimos tesoros al resto de la liga. Esperaba, basándome en una lucha por los playoffs que en la mayoría de las divisiones ha terminado, que la fecha límite de intercambios podía ser tranquila y dominada por los equipos que no necesitaban refuerzos.

Con solo un par de equipos compitiendo por las posiciones de octubre y varios clubes en reconstrucción con estrellas negociables, parecía que los compradores podían dictar su precio a los vendedores. No fue así: varios de los 101 mejores jugadores se mudaron a cambio de peloteros alquilados como Scherzer y José Berríos. Pero además de una de las carreras de playoffs menos emocionantes de la historia, esta temporada ha presentado, paradójicamente, una falta de equipos verdaderamente dominantes similares a los Astros de 2017 y los Dodgers de 2019. La ausencia de equipos muy dominantes puede haber incentivado a todos a probar suerte de buscar el campeonato, creando una carrera armamentista alimentada por los mejores prospectos y conduciendo a una de las fechas límite de intercambios más activa de tiempos recientes.

La semana pasada, me di cuenta de que la mayoría de las luchas por los playoffs de la liga estaban decididas. De hecho, la temporada 2021 resultó tener una de las trayectorias más lineales y menos emocionantes para los equipos hacia los playoffs de cualquier año del que tengamos datos. Pensé que eso podría disminuir los incentivos para que los equipos que ya están prácticamente en los playoffs quisieran adquirir nuevos talentos; después de todo, ¿por qué intercambiar buscando ayuda inmediata cuando tu boleto a octubre ya está asegurado?

Pero hay más en juego para estos equipos que, simplemente, entrar en la postemporada. Aunque hubo menos incertidumbre para conformar el grupo de equipos hacia los playoffs que en cualquier otro momento de la última década, en realidad ha habido más incertidumbre sobre las posibilidades de llegar a la Serie Mundial de la que hemos presenciado en los últimos años. La liga ha estado en una tendencia, desde aproximadamente 2015, hacia un puñado de equipos extremadamente dominantes con una gran oportunidad de ganar el campeonato, mientras que el resto del grupo de clasificados a los playoffs tiene una posibilidad mucho menor. Pero este año (hasta el 4 de agosto), los tres mejores equipos, los Dodgers, Astros y Brewers, tienen colectivamente solo el 43,7% de probabilidad de la Serie Mundial (según PECOTA), que es mucho más baja que los tres mejores equipos en anteriores años.

Por lo general, los Dodgers y los Astros han reunido súper equipos con más del 20% de probabilidad de campeonato cada uno, y a menudo se les ha unido un elenco rotativo de los otros equipos dominantes de la liga según el año: los Yankees, los Red Sox y los Cubs, entre otros, los acompañaron en el pasado reciente. Este año, estamos bastante cerca de donde estábamos en 2016, cuando los tres mejores equipos tenían solo el 40,7% de la probabilidad de ganar la Serie Mundial.

La tendencia de plantillas muy superiores en la cima de la liga alcanzó (lo que parece en retrospectiva) su punto más alto en 2019, cuando BP predijo que Houston, Los Ángeles y Nueva York juntos se llevarían alrededor de siete de cada diez victorias en la Serie Mundial. El resto de los participantes, de manera combinada, tenía solo el 31% de probabilidad de ganar el campeonato, incluidos los a la postre campeones, los Washington Nationals.

Si lo comparamos, entonces, con un 40% de posibilidades para uno de los tres mejores equipos parece que todos los clasificados tienen la puerta hacia el campeonato abierta de par en par. Es difícil creer que la diferencia de fuerza motivaría un comportamiento diferente entre los ejecutivos, pero algunos periodistas han argumentado que se ha logrado precisamente eso. “Creo que hay una idea generalizada en el béisbol actualmente de que el trofeo de la Serie Mundial 2021 está a disposición de cualquiera”, dijo Jeff Passan en el podcast Hang Up and Listen de Slate. Es poco probable que las oficinas de los equipos se abran y expliquen sus razones, por lo que la explicación de Passan sobre la forma de pensar de los ejecutivos en estos días puede ser lo más cercano que podemos entender.

Puedes ver la debilidad en la cima de la liga en los diferenciales de carrera de los dos perennes gigantes que habitan en Houston y en Los Ángeles. En los últimos años, las mejores plantillas, que generalmente han incluido a estos dos, han logrado diferenciales de carreras de temporada completa muy superiores a 200, proyectándose hacia un territorio récord de alrededor de +300. Esta temporada, se predice que solo los Dodgers cruzarán la marca de +200 carreras, y no muy por encima tampoco. Todavía son dominantes, y ahora están reforzados por Max Scherzer y Trea Turner, pero simplemente no son la misma fábrica de talentos que han sido en la última media década, especialmente cuando están devastados por lesiones.

Es razonable creer que los Dodgers y los Astros, repentinamente menos fuertes, pueden ser derrotados. En lo que va de la temporada regular, simplemente no han sido los mismos gigantes aplastantes de la liga de antaño. Lo que tiene un poco menos de sentido es la idea de que su relativa debilidad abre las esperanzas de la Serie Mundial para el resto de la liga.

Después de todo, el béisbol de playoffs no es igual al béisbol de temporada regular, una lección que Andrew Friedman conoce muy bien. El dominio durante la temporada regular de las plantillas anteriores de los Astros y los Dodgers solo se tradujo en ganar dos campeonatos en los últimos cinco años; nunca ha sido una garantía. La combinación de series cortas, plantillas expandidas, concentración de pitcheo de alta calidad y muchos factores adicionales aumentan la aleatoriedad de la postemporada a niveles de lanzamiento de dados. Aunque las proyecciones de BP (y de otros sitios) pueden tener en cuenta algunos de esos factores, otros, como el hecho de que la propia pelota de beisbol cambió durante el torneo de playoffs en 2019, son completamente impredecibles.

No parece prudente apostar tus fichas cuando la mano final del juego puede tener reglas completamente diferentes, como descubrieron los Twins y otros equipos aquel octubre. Pero, independientemente de si los movimientos de Friedman maximizan los campeonatos esperados para Los Ángeles, esta fecha límite de intercambio fue salvaje, activa y divertida. Hay algo dramático y atractivo en las oficinas de los equipos que realmente intentan ganar partidos de béisbol (¡jadeo!) y armar las mejores plantillas posibles, y el juego es mejor al tener ejecutivos con el coraje de jugarse el todo por el todo, incluso cuando implica desprenderse de algunos valiosos prospectos. Ahora nos sentaremos y esperamos a ver cómo la postemporada de este año aplastará los bien trazados planes de las oficinas de los equipos.

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