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Image credit: © Thomas Shea-USA TODAY Sports

Traducido por Pepe Latorre

A pesar del endurecimiento de las medidas sobre el uso de sustancias pegajosas, 2021 se ha convertido en un año con muchos ponches. Los Ks han aumentado hasta casi haber uno cada cuatro apariciones al plato. Pero en medio de esta locura por abanicar y poncharse hay un equipo que se destaca por evitar los ponches como nunca se había visto antes: los Astros de Houston de 2021.

Según la tasa bruta de ponches, los Astros de este año tendrían una de las tasas de strikes más altas de todos los tiempos. Solo después de ajustarla podemos ver lo extraordinaria que es. Resté el índice de los Astros del 18,7% del promedio de la liga, y luego lo escalé por la desviación estándar entre los equipos de la liga.

Una vez ajustado de esta manera al entorno de la liga, resulta que son el equipo con la tasa de ponches más baja de la historia.

Temporada Equipo K% K%-Ajustado (Desviación estándar)
2021 Houston 18.7 -2.8
2002 Anaheim 12.7 -2.63
2015 Kansas City 15.9 -2.63
1986 Boston 11.3 -2.57
1988 Boston 11.5 -2.51

La diferencia entre los Astros y el resto de la liga es notable. Están casi tres desviaciones estándar por debajo del promedio de la liga en términos de K%. El equipo más cercano a ellos, los Angels de 2002 que ganaron la Serie Mundial, están a una distancia considerable. La diferencia entre Houston y el equipo que ocupa el segundo lugar este año (Toronto) es la misma que la diferencia entre Toronto y el equipo que ocupa el puesto 23.

Son, en una palabra, excepcionales. Estamos solo a mitad de la temporada, por lo que es probable que sus números tiendan al promedio. Pero aún así pueden terminar con la tasa de ponches más baja de la historia porque su ventaja sobre todos los demás equipos en la historia del béisbol es amplia, con casi 0.2 desviaciones estándar.

Los jugadores que los están ayudando a conseguir este logro son una combinación de superestrellas y sorpresas sobresalientes. José Altuve siempre ha evitado los abanicos y su tasa de ponches del 15% no está muy lejos de lo que PECOTA proyectó para él. Aunque Carlos Correa no tiene el talento de Altuve para hacer contacto, también está haciendo su parte, como se esperaba.

Pero luego hay muchos bateadores que están superando ampliamente las expectativas. El rejuvenecido Yuli Gurriel está bateando .313/.377/.472, con una tasa de ponches alrededor de cinco puntos por debajo del pronóstico de PECOTA (o la mayoría de los otros sistemas). Es posible que Michael Brantley no haya recuperado el rendimiento ofensivo de su juventud, pero está superando su esperada disciplina en el plato por un amplio margen. Gurriel y Brantley son veteranos, pero Kyle Tucker, de 24 años, también ha bajado seis puntos porcentuales de su tasa esperada.

Los cambios bruscos en la tasa de ponches de los bateadores pueden tener causas muy diversas. Hacer menos swings puede llevar a más bases por bolas, al igual que el desarrollo de poder obliga a los lanzadores rivales a lanzarte menos strikes. En este caso, sin embargo, la tasa de ponches sin precedentes de Houston no está fuertemente relacionada con una tasa de bases por bolas elevada, lo que pesa en contra de estas explicaciones alternativas.

Es el síntoma de una tendencia inusual, pero clara: su tasa de contacto está aumentando. Sus strikes por abanicar bajaron del 9,3% en 2020 al 8,4 en 2021, una caída asombrosa para un equipo que no cambió su roster demasiado. Lideraron la liga en 2020 y lideran este año, pero la brecha entre ellos y el resto ha aumentado de una manera ridícula. La temporada pasada, fue de 0,1 puntos porcentuales; este año, es casi dos puntos porcentuales completos.

Los Astros han liderado la liga en strikes por abanicar cuatro veces en los últimos cinco años, por lo que su dominio en el contacto no es inesperado. Pero en los últimos cinco años nunca ha habido una brecha tan grande entre ellos y el resto de la liga. Las tasas de strikes por abanicar se han disparado a medida que los lanzadores ganaron velocidad (y recientemente, giraron gracias a cosas pegajosas), pero no para Houston, que ha mantenido la misma tasa que tenían en 2017.

Como estamos hablando de los Astros, y como la sombra del escándalo del robo de señas es muy alargado, algunas personas tomarán sus increíbles índices de ponches y contactos como una evidencia más de sus trampas. Sería injusto. Existen abundantes hipótesis alternativas que podrían explicar su escasez de abanicos, desde el desarrollo del jugador hasta una ventaja sabermétrica perfectamente legal que aún no conocemos.

Me parece necesario señalar que el tema de los golpes para indicar que iba a lanzar el pitcher no hizo que se produjeran estadísticas anormales e históricamente excepcionales. De hecho, mi análisis (y otros) mostró que pudo haberlos dañado tanto como ayudó. Entonces, la única vez que sabemos con certeza que hicieron trampas no dejó ninguna anormalidad notable en sus estadísticas de rendimiento, ni siquiera los ayudó de una manera material. Si no fuera por los reportajes de The Athletic y el audio en el que se escuchan los golpes en los cubos de basura, probablemente nunca hubiéramos detectado nada malo.

Al mismo tiempo, sería una tontería descartar la posibilidad de un mal comportamiento. Houston tiene un récord aquí. Estas estadísticas son tan impactantes e históricas que suscitan preguntas, e incluso si la respuesta es que hicieron un gran avance en el entrenamiento de los bateadores sobre cómo evitar los abanicos, sería interesante. Si la ventaja de Houston persiste durante el resto de la temporada exigirá una explicación de algún tipo, incluso si esa explicación es completamente banal.

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