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Image credit: Brett Davis-USA TODAY Sports

Traducido por Carlos Pérez

Cuando veo a un lanzador con un largo historial de lesiones “convertirse en jugador revelación”, asumo ese hecho como un evento aleatorio que está destinado a cambiar con una regresión hacia la media. Sin embargo, cuando ese éxito está sostenido durante un período largo de tiempo y continúa mejorando, busco en los números para ver si es algo real o tan solo humo.

Taijuan Walker definitivamente encaja como lanzador con un largo historial de lesiones. Una lesion de hombre cancel todas salvo 38 entradas de labor en 2014. Después de realizar 29 aperturas y lanzar 169 2/3 entradas en 2015, problemas de pie y ampollas limitaron a Walker a solo 25 salidas en 2016 y 157 1/3 entradas en 2017. La cirugía Tommy John borró casi todo su 2018, y otro problema de hombro le costó a Walker todo salvo una sola entrada con Arizona.

Cuando estuvo sano, de 2015 a 2017, Walker fue poco más que un lanzador promedio de la liga. Su ratio de ponches llegó al 22.1% y tendía a caminar a muchos bateadores. También permitió muchos jonrones. Saltemos a 2020, y Walker se ha transformado en una mejor versión de sí mismo. Su ERA de 2.70 y su WHIP de 1.16 en 53 1/3 entradas (11 aperturas) con Arizona y Toronto fueron una mejora considerable sobre los primeros números de su carrera. La ratio de ponche de Walker regresó al 22.2% que registró por primera vez en 2015.

Por supuesto, 2020 fue como fue, y provocó que la mayoría de la comunidad del béisbol descartara que estábamos viendo una resurrección de Walker. De hecho, la mayoría de las ligas mayores lo hizo también. No fue hasta los entrenos primaverales cuando se anunció que los Mets habían fichado a Walker con un contrato de tres años y $20 millones. ¿Se encontraron los Mets con una ganga? Y más importante, ¿puede Walker convertirse en un lanzador significativo en 2021?

La mayoría del éxito de Walker la temporada pasada puede atribuirse a algunos cambios en su mezcla de lanzamientos. Antes de su cirugía Tommy John, Walker principalmente utilizó su bola rápida de cuatro costuras y su sinker de dos costuras. Aunque estos lanzamientos generaron un porcentaje sólido de fallos en los bateadores, también contribuyeron a una ratio de elevados que fue demasiado alto demasiadas veces. Cuando Walker dejó una bola rápida de cuatro costuras en la zona o su sinker no bajó, los jonrones fueron el principal resultado. El año pasado redujo el uso de esos lanzamientos y metió más sliders, curvas y splits.

Esta temporada, Walker ha usado un mezcla de lanzamientos similar, y ha sido bastante exitoso. También está lanzando su bola rápida en el rango de las 94-96mph que vimos anteriormente en su carrera, y está consiguiendo algo más de movimiento en su slider. Estas mejoras han impulsado su ratio de ponches a un máximo histórico personal de 23.7%. Sin embargo, todavía mantiene un 10% ratio de swings en la zona de strike, lo que no deja mucho espacio a la mejora.

Walker tuvo problemas al inicio de la temporada con su control. En sus cuatro primeras aperturas lanzó 21 entradas, pero tuvo una débil ratio de ponches a caminadas de 23 a 14. Aun así, su ERA fue solo de 2.14 porque los bateadores solo estaban bateando .174. Durante sus últimas cuatro aperturas, su control mostró signos de mejoría. Caminó a solo cuatro bateadores en 23 entradas, pero su ratio de ponches bajó un poco en tanto que solo ponchó a 18, y permitió su primer jonrón de la temporada. Su ERA fue de 1.96 durante ese período y los bateadores solo pegaron .160.

Desde entonces, Walker ha registrado una ERA de 2.05, y un WHIP de 0.96 apoyado con un FIP de 2.86. Aunque estas estadísticas brillantes pueden hacernos intuir que Walker está explotando como lanzador, algunas estadísticas avanzadas no terminan de convencerse. Nuestras proyecciones de PECOTA para Walker incluyeron un DRA de 4.90, y de hecho, su DRA actual es 4.15. Cuando consideras que su xFIP es de 4.13 actualmente, es evidente que no deberíamos creernos del todo la habilidad para limitar jonrones.

El perfil de la bola bateada de Walker es una prueba de que una tormenta de jonrones podría llegar. Su ratio de rodados es solo de 38.4%, y su ratio de elevados es del 35.7%. Ambos están alineados con su historia estadística, así que no hay mucho cambio ahí. Es su 2.5% actual de su ratio HR/FB lo que más alarma. Su ratio histórica es de 12.4% y estuvo sobre el 13% la temporada pasada. La regresión hacia la media es casi segura en cierto punto.

Statcast está de acuerdo con esa evaluación, ya que la mayoría de rankings de Walker están en torno al percentil 50º. Este es el perfil de un lanzador promedio con habilidades muy limitadas. Esencialmente, Walker es lo que siempre ha sido; simplemente está teniendo una buena racha de suerte. Esta noción está además apoyada por su bajo e insostenible BABIP de .214.

Walker fue retirado de una salida reciente después de tres entradas con molestias parciales, pero su lesión es menor, y está pendiente de evolución día a día. Si todo va bien, parece que ni siquiera se perderá una apertura. Eso son buenas noticias, pero ya hemos visto esta película antes, y que Walker esté cultivando una posible lesión solo aumenta el riesgo de creer que ha mejorado.

Walker ha demostrado ciertamente mejoras esta temporada, y es posible que estos sean incrementados y den paso a más mejoras. Sin embargo, no son lo suficientemente significativas para llamar a Walker “una revelación”. Como mucho, regresará a ser lo que era al principio de su carrera: un lanzador sólido del final de la rotación. Las mejoras que estamos viendo hacen a un tipo como Walker una elección tardía en los drafts de pretemporada, pero no son suficientes mejoras para convertirlo en un agente de cambio en los juegos de fantasía ahora mismo.

También es sabio considerar los problemas de lesiones que han acompañado a Walker durante la mayoría de su carrera. Ya ha sufrido lesiones esta temporada. Personalmente, no compro nada del progreso de Walker y lo atribuyo a un evento aleatorio destinado a colapsar cuando la regresión hacia la media actúe. Añade su historial de lesiones, y se convierte en alguien que vendería en vez de adquiriría.

Una pregunta reciente llegó en nuestro portal de “Bati-Señal” para suscriptores sobre un cambio por Andrew Heaney y José Urquidy. No importa quién traspasaba al margen del hecho de que era el mejor jugador del trato. Debido al historial de lesiones de ambos lanzadores, recomendé no realizar el intercambio, y le dije que estaba buscando problemas traspasando un jugador valioso que podía obtener mejores beneficios. Me siento igual con Walker. No vale la pena traspasarlo ahora. Sea por empeorar o por lesión, sus buenos tiempos no parece que vayan a durar. No confundas el éxito repentino de Walker como prueba de una explosión, y no cometas el error de adquirirlo para tu equipo de fantasía.

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