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Image credit: © Orlando Ramirez-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

En la sexta entrada de su sexta apertura con los Padres, Yu Darvish se enfrentó a un duro reto. Era su tercer viaje a través de la sorprendentemente animosa alineación de los Giants, y se enfrentaba al corazón del orden al bate: Mike Tauchman, Buster Posey y Brandon Belt, con Alex Dickerson a la espera. Su margen de error también era estrecho, ya que el juego estaba empatado 1-1 y los Padres estaban batallando contra Logan Webb. Tras dos lanzamientos en la oportunidad, Tauchman estaba en la segunda base después de un doble al jardín opuesto, y ese margen de error se había reducido a cero.

Lo que sucedió a continuación fue una clínica en el estilo que Darvish ha perfeccionado en los últimos años, y que está adoptando con todavía más entusiasmo en 2021. Ponchó a Posey en cuatro lanzamientos: curva, slider, slider, splitter. Se deshizo de Belt aún más fácilmente: bola cortante, curva lenta, curva de poder. Eso trajo a Dickerson, a quien Darvish lanzó una combinación de bola cortantee-slider-cortante, para ponerse con cuenta de 1y 2. Hasta ese momento, Darvish había tirado 12 lanzamientos en la sexta, que van desde poco menos de 70 millas por hora a 92 (de 112 a 148 kph). Su curva lenta se asentó alrededor de 70, y tenía su curva más dura y su slider que van desde 80 a 83 millas por hora (128 a 133 kph), y su bola cortante se asentó cómodamente justo abajo de las 90 mph (144 kph). Pero estando en 1 y 2 se echó atrás y lanzó a Dickerson un sinker. Estaba en la parte superior de la zona, pero era claramente un strike, con un montón del plato. Pasó a 96.4 millas por hora (155 kph), y Dickerson se quedó completamente congelado.

A estas alturas, el principio de lanzar menos bolas rápidas (o, más sencillamente, de lanzar con más frecuencia el mejor lanzamiento de un lanzador) es conocido por casi todos los aficionados al béisbol. El juego lleva mucho tiempo cambiando, y Darvish no es el único que hace hincapié en sus lanzamientos de ruptura en detrimento de las bolas rápidas. Los bateadores cazan calentadores; los lanzadores hacen bien cuando se aseguran de que el juego preferido de sus adversarios siga siendo escaso.

Sin embargo, este es otro aspecto de esa evolución, y uno que no todos los lanzadores están ejecutando tan bien o aprovechando tan agresivamente como Darvish. Sigue siendo valioso tener una bola rápida por los 144 kph, y cuanto más infrecuente sea su lanzamiento, más difícil será para los bateadores cuando llegue. En efecto, la bola rápida puede ser utilizada como un cambio de velocidades, y si crees que los bateadores se ven mal tratando de frenarse cuando son engañados por un buen cambio de velocidad, sólo observa a un bateador que está esperando un slider y debe ajustarse a 156 kph cerca de su pecho.

Como escribí el mes pasado, cada vez más lanzadores se sienten cómodos lanzando sus bolas de ruptura en cualquier cuenta, y pueden aterrizar esos lanzamientos en la zona de strike más consistentemente que sus antepasados. Eso tiene un gran valor en sí mismo, porque la mayoría de los bateadores todavía no se sentarán en una bola de ruptura, excepto en situaciones y cuentas específicas, e incluso entonces, muchos bateadores no pueden conectar una. Sin embargo, sigue habiendo espacio para la innovación y el refinamiento, porque la mayoría de los lanzadores siguen pensando como sus antepasados una vez que se adelantan en la cuenta: picotear cerca del plato, doblar los lanzamientos rompientes y tratar de inducir abanicadas.

Darvish se está liberando de esa mentalidad. Desde el comienzo de 2020, en todos los conteos que no sean 0 y 2 y 1 y 2, Darvish lanza bolas rápidas (ya sea de cuatro costuras o sinkers; su cortador no es una verdadera bola rápida) el 21.1% de las veces. Eso es un asombroso 217º de 2,220 lanzadores calificados durante ese período.

Pero en 0 y 2 y 1 y 2, Darvish lanza bolas rápidas el 38.1% por ciento de las veces. Eso lo coloca en el puesto 132 de 213 lanzadores calificados, pero cambia su perfil. Los bateadores no se están ajustando; no pueden. Por un lado, el 38.1% de las veces todavía no es una mayoría, por lo que si los bateadores trataran de centrarse en su bola rápida cuando están muy por detrás en la cuenta, todavía estarían tomando el lado perdedor de la apuesta. Por otro lado, los efectos de los túneles y el embozo son reales. En este caso, funcionan en la dirección opuesta a la que estamos acostumbrados, pero eso no disminuye su magnitud general. Cuando Darvish le mostró a Tauchman, Posey, Belt y Dickerson 12 lanzamientos seguidos con algún tipo de detallito, y especialmente cuando le dio a Dickerson tres vistazos seguidos a lanzamientos de alto efecto con movimiento hacia el lado del guante, se preparó para causar estragos en las neuronas de Dickerson cuando otro lanzamiento de alto efecto se precipitó hacia él, sin la caída o el giro hacia adentro que su cerebro anticipó.

A estas alturas, hacer túneles no es un concepto nuevo en las casetas, y Darvish ni siquiera es el principal practicante de este arte. Sin embargo, puede que se esté convirtiendo en uno de sus artistas más eficaces, porque esta inversión de la secuencia tradicional de bola rápida y bola rompiente puede ser aún más devastadora. Requiere, por supuesto, un gran dominio de todos los lanzamientos en cuestión. Asimismo requiere de un receptor que también comprenda el valor de esa secuencia y que acuda a ella con confianza en situaciones clave. Víctor Caratini ha sido una batería perfecta para Darvish durante su reciente rejuvenecimiento (y elogiado como ejecutor de decisiones sobre lanzamientos en otros éxitos recientes, como los juegos sin hit lanzados por Alec Mills y Joe Musgrove) porque es precisamente ese tipo de receptor.

Sin embargo, si se colocan todas esas piezas en su lugar, una buena bola rápida a la antigua puede ser tan desagradable como cualquier cambio de velocidad en Grandes Ligas. De hecho, desde el inicio de 2020, Darvish ha ponchado a bateadores rivales en el 29.9% de todas las bolas rápidas que ha lanzado en cuentas de dos strikes. Eso es idéntico a la tasa en la que el cada vez más famoso splitter de Kevin Gausman le funciona en la misma situación. Es cierto que Gausman lanza su splitter mucho más frecuentemente en esos conteos, sin que disminuya el rendimiento, pero ese es el punto. Darvish está obteniendo resultados acordes con un lanzamiento de cambio de velocidad de élite en cuentas de dos strikes, pero con bolas rápidas, que todavía no son su arma principal en esa situación. No es una coincidencia que, entre abridores, sólo Jacob deGrom y Shane Bieber obtengan mejores resultados con bolas rápidas de dos strikes que Darvish.

Al igual que deGrom, Darvish lanza increíblemente duro. Al igual que Bieber, tiene otros dos o tres lanzamientos que los bateadores se ven obligados a tomar en cuenta en esos conteos. Por eso, después de esos dos lanzadores y Gerrit Cole, Darvish tiene que estar en la conversación para completar cualquier lista de los cinco mejores abridores del béisbol en este momento. Es por eso que está ponchando a los bateadores a la tasa más alta de su carrera y caminando a menos bateadores que en cualquier temporada, excepto en 2020, mientras que también maneja mejor el contacto. La profundidad de su repertorio ya no es una mera anécdota, porque está aprendiendo a hacer un uso real de él. Sin embargo, otros lanzadores seguramente seguirán sus pasos. Aaron Civale ya lo está haciendo, con resultados impresionantes (especialmente tomando en cuenta que su material es mucho menos intenso). Musgrove todavía no ha hecho el cambio hacia más bolas rápidas en cuentas de cambio o bolas rompientes, pero parece una apuesta segura que lo hará. Incluso Kenta Maeda, cuyo comienzo en 2021 ha sido mucho menos impresionante que su primera temporada abreviada en Minnesota, tiene espacio para estirar más su uso para aprovechar a los bateadores que esperan sus lanzamientos de velocidad cambiante. Para los bateadores, eso debería ser una idea aterradora. Pero ninguno de esos lanzadores es tan temible como Darvish, porque se ha sentido muy cómodo usando lo que equivale a un cambio de 96 millas por hora (155 kph).

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