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Image credit: Sam Navarro - USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Al tiempo que la esperanza primaveral eterna regresa al béisbol, también regresan las preguntas. ¿Cuánto valoramos los 60 partidos del año pasado? ¿Cuántas entradas lanzarán realmente los lanzadores? Más allá de esas preguntas que conciernen a la temporada 2021, también nos hacemos otras más amplias, como: ¿Qué estadísticas basadas en los procesos utilizamos para calibrar el rendimiento de un bateador sumido en un escollo para no descartarlo demasiado rápido? ¿Los jugadores que despuntan tarde están destinados sólo a alcanzar picos cortos? ¿Cuánto tiempo puede un jugador rendir al máximo?

Como si esas preguntas no nos irritaran lo suficiente, algunos jugadores llegan y destruyen un par de esas preguntas, como Jacob deGrom. Fue parador en corto en la Universidad de Stetson, y no lanzó en serio hasta su tercer año. No necesitas sus superlativos desde entonces. Sabes que subió al montículo y ha sido tremendo desde entonces, que es posiblemente el mejor lanzador del béisbol y lo ha sido durante los últimos años. Pero ahora tiene 32 años. Cumplirá 33 a mediados de la próxima temporada. Cada año lanza más y más lanzamientos que alcanzan 100 mph (160 kph) e incluso llegó al campamento primaveral lanzando a 99, simplemente porque puede hacerlo. Con cerebros que están programados para alejarnos del riesgo, ¿cuánto tiempo más podemos creer en Jacob deGrom antes de que nos dejen con el paquetito?

Para apreciar realmente el ascenso y la edad de deGrom, considera su lugar entre otros abridores notables actuales en la Liga hasta sus temporadas de 32 años.

Lanzador Entradas de Grandes Ligas hasta los 32 años de edad
Felix Hernández 2,658
Yu Darvish* 2,395 1/3
Zack Greinke 2,253 1/3
Kenta Maeda* 2,205 2/3
Justin Verlander 2,111 2/3
Hyun-jin Ryu* 2,076 1/3
Max Scherzer 1,897
Jacob deGrom 1,493
*Incluye innings en Liga Nipona y/o Coreana

Esta lista se compone de lanzadores quienes han estado entre los más buenos de la Liga en un momento u otro, y que todavía están lanzando. Además de cómo eran en sus temporadas de 32 años, también nos dan una idea de lo que han hecho después.

Algunas cosas saltan a la vista. En primer lugar, el Rey Félix. En segundo lugar, Maeda y Ryu podrían haber lanzado incluso más entradas si no hubieran estado sometidos a la profundidad y a la manipulación de los Dodgers durante años. Luego, está Max Scherzer, a quien, cuando probaba las aguas de la agencia libre en 2015 a los 30 años, el agente Scott Boras pregonó que tenía poco kilometraje en su odómetro de lanzamientos. Luego, finalmente, está Jacob deGrom, registrando 402 entradas menos. Si Scherzer era un vehículo de segunda mano poco usado, altamente certificado, el kilometraje actual de deGrom es comparable al coche de la abuela que sólo ha sido conducido al mercado y de vuelta a casa.

Pero el motor es mucho más que eso. Comienza con la bola rápida. El pasado mes de septiembre, Rob Arthur detalló que la bola rápida de deGrom se encuentra en un territorio desconocido. Nadie ha aumentado la velocidad de la forma en que él lo ha hecho—alrededor de cinco millas por hora (8 kph) desde que llegó al Gran Circo—y nadie lo ha hecho a medida que envejece como él. La velocidad, al igual que gran parte del béisbol, es a menudo el oficio de un hombre joven.

En el sprint del año pasado, la bola rápida de deGrom produjo la mejor tasa de strikes abanicados de cualquier abridor (18.6%), lo que alimentó la mejor tasa de strikes cantados y abanicados (34.7), lo que ayudó a que fuera el mejor en despachar a los bateadores una vez que tenían dos strikes en contra (29.6). Más de la mitad de las veces que la lanzaba, ocurría algo positivo.

Como si tener una bola rápida tan buena no fuera lo suficientemente injusto, el slider de deGrom también generó la mayor cantidad de strikes abanicados de cualquier abridor y resultó en aún más eventos positivos para él que su bola rápida de cuatro costuras. Su cambio de velocidad obtuvo abanicadas más que el 90% de la liga. Son tres lanzamientos muy por encima de la media, además de una curva que puede utilizar para pintar los bordes del plato. Su material es tan bueno que le sitúa por encima de Scherzer. Para encontrar otro posible competidor, tenemos que ir más atrás en el tiempo.

Lanzador Entradas de Grandes Ligas hasta los 32 años de edad
Greg Maddux 2,849.1
Roger Clemens 2,533
Pedro Martínez 2,296
Mike Mussina 2,238.1
Curt Schilling 1,691.2
Randy Johnson 1,521

Debemos reconocer las diferencias significativas que existen entre el juego actual y el tramo de entre finales de los 80s y principios de los 2000. La mayor de ellas es la tasa de abanicadas. Cuando Johnson lanzaba, el promedio de ponches de la Liga estaba por el 15. Desde que deGrom llegó a las Grandes Ligas, ha sido de al menos el 20%. Eso significa que la tasa de bases por bolas también era un poco más alta entonces (alrededor del 9%) que ahora (alrededor del 8.5%).

Sin embargo, el arco de deGrom podría coincidir mejor con el de Randy Johnson. Cada uno de ellos irrumpió a mediados de su segunda década, ambos tienen grandes esqueletos (aunque Johnson es ciertamente más grande), y cada uno de ellos gira o giró lanzamientos de alto octanaje. Y si hubiésemos conseguido una temporada de 162 partidos en 2020, el total de innings de deGrom probablemente estaría en el mismo ámbito, también.

Es interesante considerar a los dos a través de sus temporadas de 32 años, pero podría ser más informativo considerar lo que Johnson hizo después de eso. Después de todo, estamos hablando de que podríamos quedarnos con deGrom por mucho tiempo.

Entre sus temporadas de 33 y 38 años, Johnson ponchó al menos al 32% de los bateadores cada año, y nunca caminó a más del 9.1%. Es útil recurrir a esas estadísticas porque son sencillas y nos permiten ver el impacto que Johnson ejercía sobre la parte del juego que más podía controlar. Además, a veces el mejor lugar para empezar a evaluar a un lanzador es también el más sencillo. Y si eso no es lo suficientemente claro, recuerda que Johnson ganó cuatro premios Cy Young consecutivos.

Incluso después de eso, cuando Johnson se acercó y superó los 40 años de edad, lanzó otras siete temporadas. En cinco de ellas, tuvo una tasa de ponches de al menos el 25%. En cuatro de ellas, lanzó al menos 184 entradas. Sólo durante este período empezó a sufrir lesiones crónicas. Sin embargo, su ERA fue de 3.91 y su WHIP de 1.16. Terminó su carrera habiendo lanzado 4,135 y ⅓ entradas.

Esto no quiere decir que Jacob deGrom lanzará otras 2,600 entradas, o que seguirá otras 12 temporadas con casi la mitad de ellas siendo tan absolutamente dominante como siempre, y la otra mitad todavía siendo generalmente útil. Sólo se trata de señalar, una vez más, que probablemente nos encontramos con paisajes sin precedentes con curvas de envejecimiento más de lo que queremos reconocer. Parece que la cuestión de la edad siempre se cierne sobre el béisbol de fantasía como una bruma de pleno verano. Parece imposible considerar que un lanzador de 32 años sea un activo cómodo a largo plazo. Pero aquí estamos.

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